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Brady podría hacer historia, pero esa no es su prioridad

PHOENIX -- La imagen todavía está impregnada en mi cabeza.

Tom Brady estaba en el vestidor de los NewEngland Patriots con una toalla por encima de su cabeza tras una segunda derrota en Super Bowls ante los New York Giants.

Tiempo después, Brady admitiría que "fue una de las peores sensaciones que he sentido".

A los 37 años, el mariscal de New England tendrá la oportunidad perfecta de redención. No será ante el mismo rival, pero sí tendrá la oportunidad de no volver a tener ese mismo sentimiento. La oportunidad de hacer historia está al alcance de su mano.

De ganar los Patriots, Brady -- quien ya posee varios récords de playoffs -- se convertiría en apenas el tercer mariscal en la historia en ganar cuatro anillos, uniéndose a Terry Bradshaw y Joe Montana.

Brady ya tiene más yardas, más touchdowns y más triunfos que cualquier otro mariscal en la historia en postemporada.

No me gusta comparar épocas porque las reglas y los tiempos han cambiado. A la vez siempre he dicho que los números cuentan una historia incompleta.

Sin embargo, la curiosidad me ganó de mano y busqué los números de Montana, ya con los Chiefs, cuando tenía 37 años: Lanzó para 2,144 yardas con 13 touchdowns y siete intercepciones en 11 juegos con Kansas City.

A la vez, las victorias tampoco definen una carrera, pero sí hay que elogiar la dinastía de los Patriots, que estarán jugando en su sexto Super Bowl en los últimos 14 años, en la época del tope salarial y en la liga más pareja del deporte estadounidense.

"En mis ojos ya es el mejor de la historia", dijo su ex compañero Tedy Bruschi. "Pocos le dan crédito por esta característica particular, pero es de los hombres más competitivos que conozco".

Detrás de ese look prolijo y señoril, hay un mariscal que insulta constantemente en las laterales cuando las cosas no le salen bien; no se llega a ser uno de los más grandes de todos los tiempos sin ser extremadamente competitivo y tener un gen arrogante.

Con o sin ovoides desinflados, eso es algo que no se puede cuestionar. Tom Brady será recordado como uno de los mejores de la historia; el ránking quedará relegado a la opinión de cada uno.

Los Patriots no ganan un Super Bowl desde el 2004, y Brady recuerda a la perfección sus estadísticas de la primera de dos derrotas ante los Giants: "Me capturaron cinco veces y tuve un patético índice de pasador de 53.8".

Hay un par de noticias que deben tener al mariscal de New England optimista de cara al domingo.

En primera instancia, sólo fue capturado en 21 ocasiones en el 2014. Y en segundo lugar, a diferencias de sus dos anteriores Super Bowls, en los cuales tenía molestias en su pie y su hombro respectivamente.

Sí, aunque usted no lo crea en la era del amarillismo, un resfrío no va a detener a Brady.

A la vez, Rob Grownkowski, quien apenas fue factor en el anterior Super Bowl debido a una lesión, parece haber vuelto a la crema de la posición.

Brady ha lanzado para 4,109 yardas con 33 touchdowns y apenas nueve intercepciones en esta campaña. Sigue siendo uno de los mariscales más temibles en los minutos finales, tal como demostró ante Baltimore, y tiene el hambre de gloria intacta.

"Siempre que he llegado a esta instancia, tengo la misma sensación", explicó Brady. "No puedo creer que estoy aquí y tengo que trabajar al máximo de mis capacidades porque nunca se sabe cuándo va a ser tu última oportunidad".

Según el coordinador Josh McDaniels, Brady "se ha preparado mejor que nunca en su carrera" esta campaña.

La mejorada defensiva de los Patriots también es un aliciente para Brady, que sólo quiere quitarse la espina que todavía tiene clavada después de tantos años.

Porque si bien está claro que Brady entraría directamente en la conversación por ser el mejor mariscal de la historia si gana New England este domingo, esa no es la prioridad del mariscal de los Patriots.

"No hay nada peor que trabajar tan duro y quedarte a la orilla del éxito", concluyó Brady. "Haré todo lo posible por evitar volver ese sentimiento".