MÉXICO -- Cuando las personas hablan de deporte profesional y expresan el afamado comentario que clama el orgullo, dignidad y legado de un atleta legendario en sus últimos años: "debería de retirarse cuando todavía está en la cima", John Elway recibe una alusión lejana en tributo a su carrera.
Elway era el jugador más talentoso que nunca ganó nada. Bueno, títulos de la AFC sí. La llegada de Mike Shanahan a los Broncos y la actuación soberbia de Terrell Davis en el primer campeonato para la franquicia pareció recompensar tantos años de luz manchados por el fracaso en la hora final. Pero el Super Bowl XXXIII era el momento de Elway.
Con 38 años de edad, tras una carrera prolífica de 15 temporadas en los Broncos, Elway regresó para un año más tras el campeonato del SB XXXII. Esta vez la historia le tenía reservado un lugar especial.
El juego. Diversos jugadores Broncos de la época, como el ala cerrada Shannon Sharpe y el guardia Mark Schlereth, recuerdan que Shanahan fue contundente en su mensaje previo al choque definitivo por el título de la NFL: si no le ganan a los Atlanta Falcons por 50 puntos, deberán avergonzarse. No había margen siquiera para un resultado ambiguo. Mucho menos una derrota. Los Falcons venían de sorprender a los Minnesota Vikings en la Final de la NFC y entraron al duelo muy desfavorecidos en los pronósticos, y el partido dio la razón al vaticinio colectivo. La mecha se encendió con el pase de 80 yardas para anotación desde Elway hasta el receptor Rod Smith, quien puso la elegancia alrededor de los acarreos anotadores de Howard Griffith. Davis corrió para más de 100 yardas pero la carrera que más emoción causó vino por parte del legendario mariscal de campo, quien jugó como si fuese su último partido. Y lo fue. Los Falcons hallaron las diagonales hasta el último cuarto por medio de un regreso de patada de Tim Dwight y al final del encuentro, con el marcador 34-13 abajo, Chris Chandler encontró a Terance Mathis en pase anotador de 3 yardas.
JMV. Elway terminó el partido con 336 yardas aéreas, un pase de touchdown y un acarreo de 3 yardas hasta las diagonales, con el ímpetu de ganar que siempre lo acompañó, pero consciente que ese último sería el más dulce, que hasta los golpes generarían un moretón más valioso y la adrenalina podría no volver a ser igual. Elway se protegió detrás de Schlereth y ambos cayeron al terreno mirándose. Todo eran sonrisas.
Las claves. Elway se sobrepuso a la lesión de Sharpe, quien había sido aproximado por el coach Shanahan para dejarle saber que sería clave en el duelo. Tras dos recepciones que perfilaron el primer touchdown de los Broncos, Sharpe abandonó el partido para no volver por lesión de ligamentos en la rodilla. Denver volteó a sus otros estelares y pasó por encima de un equipo que quedó muy rezagado sobre el campo.