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Discusión sobre el pase de Wilson resta mérito a la jugada de Patriots

Malcolm Butler hizo un trabajo excepcional al anticipar el pase de Russell Wilson y atrapar el ovoide. Getty Images

MÉXICO -- Han transcurrido 72 horas de haber concluido uno de los Super Bowls más emocionantes en la historia reciente, y la discusión sigue centrada en una sola jugada.

Con 20 segundos por jugar, y enfrentando una segunda oportunidad y gol en la yarda 1 de los New England Patriots, los Seattle Seahawks requerían de un touchdown para retomar la ventaja en un marcador que en ese momento les desfavorecía por 28-24. Gracias al poco tiempo que quedaba, una anotación de 7 puntos aseguraba, prácticamente, el segundo Lombardi consecutivo para Seattle.

Los Seahawks ordenaron una jugada de pase, Russell Wilson fue interceptado en la línea de gol mientras buscaba a Ricardo Lockette, y Malcolm Butler se convirtió en uno de los héroes más improbables en la historia del Super Bowl.

¿Fue la mejor jugada para ese momento, en esa situación del juego? La apabullante mayoría piensa que no, y fueron varios los que se pronunciaron en contra de la decisión de lanzar, en lugar de correr el balón con Marshawn Lynch, en los instantes finales y posteriores al encuentro.

En primera instancia, el entrenador en jefe Pete Carroll asumió la culpa por el resultado, pese a que es bien sabido que el entrenador en jefe de los Seahawks no es quien manda las jugadas ofensivas. Más tarde, Darrell Bevell coordinador ofensivo, declaró que fue su decisión ordenar el paseen lugar de una jugada terrestre. Wilson dijo no tener dudas, incluso ahora, sobre la jugada que se ordenó, y admitió haber creído en primera instancia que el resultado había sido un touchdown de Seattle.

Lo único que sí fue de mal gusto en los momentos posteriores a la derrota de Seattle, para ser honesto, fue el comentario de Bevell apuntando el dedo en dirección de Lockette, tras declarar que debía, "atacar el balón con mayor fuerza". Seguro, tiene razón, pero no era el lugar ni el momento para exponer a su receptor.

Incluso, Bill Belichick, entrenador en jefe de los Patriots, saltó en defensa de Carroll y la jugada en cuestión, argumentando que las críticas hacia su contraparte han sido excesivas, y esencialmente descalificando a quien las ha lanzado.

Para ser honesto, la decisión de Belichick de no pedir tiempo fuera después del acarreo de Lynch que dejó el ovoide en la yarda 1, y que permitió a los Seahawks exprimir el reloj de juego hasta que quedaron 20 segundos, parecía una peor decisión que la del pase de Carroll/Bevell, en ese punto del juego.

Además, también está la estadística que lanzó el grupo de ESPN Stats and Information al momento de la jugada, y que parecería justificar hasta cierto grado la alternativa aérea: en cinco oportunidades terrestres desde la yarda 1 para Lynch a lo largo de la temporada, solamente anotó en una ocasión.

Dejando de lado las discusiones sobre el "hubiera", y más allá de cómo se intente entender la lógica que emplearon los Seahawks a la hora de definir la jugada que mandarían, pienso que se pierde de vista un aspecto crucial del partido, uno que debe ser recordado por décadas: la intercepción final de New England podría ser la mejor jugada defensiva en la historia del Super Bowl.

Desde luego, la figura obvia es Butler, quien anticipó a la perfección el lugar hacia donde dirigió el pase Wilson, y utilizó perfectamente el hombro como escudo para defender la posición, atrapando además el ovoide tras hacer contacto con Lockette, para sellar el triunfo. Defender el pase y dejar que cayera incompleto hubiera sido insuficiente para conquistar el Lombardi a nombre de los Patriots. Butler necesitaba el robo de balón y lo consiguió.

Lo que ha pasado desapercibido en casi todos lados --y por ello me referí arriba al momento como la mejor jugada defensiva en la historia del Super Bowl-- es el papel que desempeñó Brandon Browner en la acción.

Browner alineó frente a Jermaine Kearse, el receptor abierto interno, prácticamente sobre la línea de golpeo. Fue su capacidad para impedir que Kearse se desprendiera de su posición al momento del centro, con un jam perfecto, lo que permitió a Butler --quien arrancó a varias yardas de la línea de golpeo, alienado frente a Lockette por fuera de Kearse-- cortar a toda velocidad hacia el balón en línea recta.

De no haber defendido la posición sobre la línea de golpeo Browner, hubiera permitido a Lockette una recepción en solitario, obligando a Butler a rodear o atravesar a Browner, algo imposible dado lo corto y rápido del envío de Wilson.

Habrá quien diga que Wilson pudo haber lanzado el ovoide un poco más retrasado respecto a Lockette, para permitirle escudarlo con el cuerpo y en todo caso obligar a un pase incompleto en lugar de ceder la intercepción. Pero no hay que olvidar dos cosas: Lockette no tiene el radio de recepción de un Larry Fitzgerald, por ejemplo, y sobre todo, Wilson pensó en el triunfo inmediato, no en la siguiente jugada.

Los Seahawks tuvieron una combinación de ruta similar al lado opuesto de la línea, pero con Darrelle Revis enfrente, era claro que buscarían quemar a Butler.

La intercepción de Butler hubiera sido imposible sin el excepcional trabajo de Browner, y por eso intento destacar la labor conjunta de ambos esquineros. Además, no hay que olvidar que el último equipo de Browner antes de unirse esta temporada a los Patriots, fueron precisamente los Seahawks, por lo que su conocimiento sobre las tendencias ofensivas de Seattle fue seguramente determinante. No en vano, fue el propio Browner el que le puso el freno a Chris Matthews en la segunda mitad, luego de rogar a sus entrenadores por la oportunidad de cubrir al jugador que al medio tiempo parecía destinado a convertirse en el héroe de Seattle.

Quizás Belichick falló en no pedir tiempo, pero probablemente su decisión de no hacerlo y dejar a su personal heavy dentro del campo pudo influir en que Seattle decidiera en contra de correr. Quizás Lynch hubiera ingresado en la zona de anotación con una directa, o probablemente una jugada de read option hubiera sido suficiente para asegurar el bicampeonato de Seattle. Quizás un pase apenas una pulgada más retrasado por parte de Wilson hubiera bastado para conquistar el segundo Trofeo Lombardi, y la gente estaría aplaudiendo la decisión por haber sorprendido a unos Patriots que esperaban carrera.

Las conjeturas no se acabarán pronto.

Browner hizo ruido en la semana cuando sugirió públicamente ir a golpear a sus lesionados ex compañeros Earl Thomas, Richard Sherman y Kam Chancellor durante el partido, con tal de ganar. Nunca detecté esa intención por parte de los jugadores de los Pats --ya sea al hombro de Thomas, codo de Sherman o rodilla de Chancellor--, pero el juego de Browner, especialmente en la segunda mitad, fue clave para romper el corazón a los Seahawks con una jugada defensiva para recordar por largo tiempo.