BUENOS AIRES -- Se viene el tan esperado torneo largo del fútbol argentino. Donde, se supone, habrá más margen para el error. Y un mal comienzo lejos de ser considerado una catástrofe puede dar lugar a la recuperación.
Sin embargo para Independiente, y sobre todo para su entrenador Jorge Almirón, el arranque será decisivo. Se sabe, el DT elegido por Hugo Moyano a comienzos del semestre pasado no tiene feeling con la gente. Pese al meritorio cuarto puesto (33 puntos) del pasado certamen, nada mal teniendo en cuenta que venía de jugar en la B Nacional, el entrenador nunca pudo llegarle a la hinchada. ¿Motivos? Poco carisma, escasa trayectoria en el país, falta de identificación con el club...
Los resultados del verano, con derrota ante Racing incluida, no fueron alentadores. Y como si con esto no alcanzara, el técnico (con el aval de la dirigencia) decidió dejar fuera del plantel al Rolfi Montenegro, uno de los últimos grandes ídolos. El enganche, de 35 años, se está entrenando con la Reserva y es una bomba de tiempo dentro del club. Como alguna vez ocurrió con Maradona y Riquelme, si el Rojo no tiene un buen comienzo de campeonato, el nombre del Rolfi empezará a sonar en las tribunas como un grito de guerra. Si por el contrario los resultados acompañan, la bronca se irá diluyendo, aunque quedará latente a la espera de algún tropezón.
De todos modos, a favor del DT hay que decir que tiene claro hacia dónde apunta. Mostró personalidad en los momentos difíciles del torneo pasado y ahora, con los refuerzos que llegaron, apuesta a armar un equipo con su estilo. Se sumaron Emiliano Papa, el experimentado hombre de Central y Vélez; Lucas Albertengo, una de las figuras de Atlético Rafaela; el Trencito Valencia, atacante proveniente de Central, y el volante Gabriel Graciani, de Estudiantes de La Plata. Pero las grandes esperanzas del técnico están puestas en dos viejos conocidos de Godoy Cruz: el enganche Claudio Aquino y el volante Diego Rodríguez, dos apuestas personales y fuertes del DT, a quienes dirigió en el Tomba.
Ya sin el Rolfi, la cuota de experiencia quedará en manos de Diego Rodríguez, el arquero que se hizo fuerte en el ascenso de Independiente a Primera, y de Federico Mancuello, la joya, que explotó el semestre pasado justamente de la mano de Almirón. No sobran jugadores con experiencia en este plantel del Rojo, y da la sensación de que Almirón, por su estilo, apunta más a la consolidación de un sistema que a la impronta de algún futbolista. No está mal, claro. La pregunta es: ¿tendrá tiempo para conseguirlo?
Un dato a tener en cuenta: el Rojo, una de las instituciones más endeudadas del fútbol argentino, con un pasivo de casi 600 millones de pesos, compró para el inicio de la temporada por casi 100 millones. Es cierto, de la mano y los contactos del polémico gremialista Moyano llegaron al club más sponsors, y en algunos casos se mejoraron los contratos de los que ya estaban. Pero no deja de ser llamativo que clubes casi quebrados incorporen futbolistas por sumas millonarias sin ningún control. Una postal del desdibujado fútbol argentino. Dejando de lado lo económico, está claro que al Rojo se le viene un comienzo de torneo complicado. Donde Racing, el máximo rival, llega dulce luego de ser campeón. Y donde los primeros resultados serán clave para el futuro de un entrenador muy cuestionado.