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Un gran desafío para Osvaldo

BUENOS AIRES -- Mientras espera por Carlitos Tevez, quien sueña con llegar a Boca en 2016, el xeneize se dio el lujo de concretar la llegada de otro jugador de jerarquía internacional. El arribo de Daniel Osvaldo sin dudas potenciará a los de la Ribera en una temporada donde la obligación será conseguir, tras dos años de sequía, un título.

No le faltan jugadores a Boca, eso está claro. Y menos delanteros. Calleri, Chávez, Gigliotti, Martínez, Carrizo, Palacios... Para armar dos equipos, mínimo.

Sin embargo, el deseo del futbolista fue clave. Y el hecho de haber sido separado del Inter por problemas de disciplina abrieron una posibilidad impensada. Una posibilidad que no es para despreciar, claro.

Osvaldo llega a Boca en plenitud, con 29 años recién cumplidos y luego de una larga trayectoria en el fútbol europeo. Tras surgir de Huracán de Parque Patricios y jugar unos pocos partidos en la B Nacional, el goleador partió hacia el Atalanta de Italia, en ese momento en la Serie B.

Desde ese entonces su carrera no tuvo respiro en cuanto a clubes: jugó en Leche, Florentina, Bologna, Español y Southampton, y en grandes del Viejo Continente como Roma, Juventus e Inter. Nacionalizado italiano, la Azzurra decidió convocarlo: entre la juvenil y la mayor jugó para la selección europea 27 partidos, con seis goles.

¿Qué le puede aportar a Boca? Presencia en el área, gol, buen cabezazo... Osvaldo se siente cómodo en el mano a mano, aguanta bien la pelota de espaldas y está acostumbrado al roce con los centrales cerca del arco rival. Desde lo técnico, nada para reprochar.

Y tampoco desde la experiencia. No sólo por haber jugado en la selección italiana, sino por haber vestido camisetas de peso como las de la Roma, Juventus o Inter.

De todos modos, habrá que tener en cuenta algunos aspectos. El más importante: la competencia está por empezar y el delantero saldrá a la cancha con pocos entrenamientos junto a sus nuevos compañeros.

Tendrá un tiempo lógico de adaptación (hace un mes que no juega), y se sabe que en Boca no hay mucha paciencia ni margen de error. Además, el contrato es corto: apenas hasta mitad de año, con la posibilidad de ampliarlo si los Xeneizes llegan a las instancias decisivas de la Copa Libertadores. Poco tiempo y mucho para demostrar.

Extrovertido, de pocas pulgas a la hora de declarar o de tomar decisiones (su enfrentamiento con Icardi y la mala relación con Mancini, por caso, le valieron la salida del Inter), Osvaldo no le teme a la exposición mediática. Y en Boca, si la exposición no es bien manejada, puede convertirse en un arma peligrosa. Deberá estar atento el Vasco Arruabarrena para que el futbolista esté contenido, no genere conflictos dentro del plantel y no entre en un juego mediático que pueda desviarlo de sus objetivos.

En principio, llega con todo a favor. Reconocido hincha de Boca, la gente lo espera con optimismo para ocupar un puesto que tras el retiro de Palermo no tiene dueño. ¿Podrá Osvaldo ganarse un lugar de privilegio en el mundo xeneize?