Washington Cucurto 9y

Taxi loco

BUENOS AIRES -- Hola queridos lectores. No tomo taxis, todos sabemos, salen un ojo de la cara. Pero estaba apurado y me tomé uno en una callecita del microcentro de la ciudad. Era imposible el tránsito. Cuando estás apurado más lento se vuelve todo.

El taxista me dijo: "River fue lo peor que me pasó en la vida. Acabo de perder la licencia de un taxi". Me sorprendió el comentario. "Sí, no te sorprendas muchacho, River Plate me fundió. Pero te la hago corta. Soy de familia de taxistas de toda la vida, mi viejo me heredó tres taxis; a uno lo manejo y yo, y a los otros dos los alquilo".

El auto iba zigzagueando, esquivando gente, que bajaba del cordón, autos que estacionaban en doble fila; cadetes que cargaban cajas; camiones de caudales que se detenían frente a los bancos. Y ni hablar de las bicicletas de las bicisendas que me pasaban como fantasmas soplándome la oreja.

Veía los clásicos carteles de River Plate burlándose de Boca Juniors y festejando la conquista de la Copa Recopa. Todo a paso de hombre, eh.

- La mano es así. Alquilé uno de los taxis, a un chofer jovencito de Hurlingham. Te la hago corta: se rajó, se llevó el taxi y todavía lo ando buscando, lo llamo por teléfono y la mujer dice que no volvió mas del trabajo. Al taxi me lo dejaba todas las noches en el garage de mi casa y algunas veces, los fines de semana, se lo prestaba para que pasee con la familia. Es un loco, no apareció más.

Me largué yo también, me dio curiosidad y viendo que el viaje iba a demorar, le pregunté:

- ¿Pero qué tiene que ver River Plate en todo esto, jefe?

- Te la hago corta, el pibe era hincha fanático de River Plate. Y se mandó una macana grande como una casa.

La calle de pronto se liberó y el taxi salió expulsado para adelante como un caballo loco. Agarramos Rivadavia y ya la ciudad era un encanto. Era una tarde primaveral, hacía calor, corría un poquito de vientito y me relajé mirando el paisaje de la ventanilla.

- Es fácil, el pibe juró que si River ganaba la Recopa, se iba a dar la vuelta por toda Latinoamérica en taxi. A mí, cuando me lo dijo, te imaginarás, me pareció una broma. La cuestión es que River ganó la Recopa y el pibe no aparece por ningún lado. Ni él, ni el taxi.

- Pero... ¿Entonces se borró en serio? ¡Usted dice que el loco se fue a dar la vuelta por América en taxi!

- Sí, muchacho, estoy completamente seguro. El pibe amaba màs a River que a su familia. Y la abandonó, dejó una nenita de dos años y se fue a dar la vuelta al Mundo. Es la pasión del hincha.

- Seguro que regresa.

- Sí, eso seguro, dentro de un par de meses vuelve con el caballo cansado.

La historia era alucinante. Por suerte, llegamos rápido a destino, le pagué y antes de bajarme le pregunté de qué cuadro era hincha.

- De San Lorenzo, muchacho, de San Lorenzo...

Recién en ese momento comprendí todo.

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