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Un juego de seis

Racing ahora quiere un título internacional Fotobaires.com

BUENOS AIRES -- Argentina, con 23 títulos en su haber, es el país que más veces se quedó con la Copa Libertadores desde su creación, en 1960.

En la edición 2015 tendrá seis representantes. Cuatro de ellos, equipos grandes (River, Boca, Racing y San Lorenzo, actual campeón), sumados a Huracán y Estudiantes.

La magnitud deportiva y la ventaja económica que depara el torneo hacen que los clubes lo tomen como prioridad. Claro que con expectativas diferentes. Por ejemplo, Huracán, cuya misión es asentarse en Primera, categoría a la que acaba de regresar, intentará llegar lo más lejos posible.

Pero no comparte las aspiraciones de River, Boca o Racing, que afrontan la competencia en busca del premio mayor.

El trecho es largo, pero acaso los obstáculos no son tan arduos como podría pensarse. La experiencia de San Lorenzo el año pasado refuerza el optimismo de los que se animan a soñar.

Con solidez, pero sin brillar, y beneficiado por una llave que resultó accesible, el equipo de Bauza se quedó con el trofeo.

Racing es el que largará en punta. El próximo martes deberá visitar a Deportivo Táchira de Venezuela, que eliminó a Cerro Porteño. Flamante campeón de la liga argentina, el equipo de Cocca regresa a la Libertadores luego de 12 años (su última participación fue en 2003, cuando quedó eliminado por América de Cali) y se esperanza con reflotar viejas glorias.

River, otro de los que se lanza a la Libertadores dispuesto a todo y agita como antecedente inmediato la obtención de la Sudamericana, integra el Grupo 6 (con San José, Juan Aurich y Tigres) y hará su debut en la altura boliviana de Oruro. Los 3.700 metros sobre el nivel del mar parecen a priori un adversario todavía más serio que San José.

Luego de eliminar a Vélez, Boca arriba al certamen de clubes más importante de América dentro de un grupo que los pronosticadores catalogan como accesible. Iniciará su recorrido con Palestino de Chile (toda una sorpresa, acaba de filtrarse en la fase de grupos al sacar del camino a Nacional de Montevideo) y luego se las verá con Wanderers y el venezolano Deportivo Zamora. Campeón seis veces, Boca ha sido un permanente animador del torneo y un grande de la región. Además, se ha reforzado como para hacer valer esas credenciales.

Si bien ostenta aún el trono de campeón, San Lorenzo atraviesa un lento declive que no ha cesado precisamente desde la obtención de la Libertadores. Perdió con River por duplicado en la Recopa Sudamericana y vuelve al ruedo luego de una campaña pobre en el campeonato argentino. Aterrizó en un grupo con dos brasileños (Corinthians y San Pablo) y el uruguayo Danubio, ante el cual debutará el próximo jueves.

A pesar de las incorporaciones valiosas como Mussis y Blanco, San Lorenzo sigue afectado por una baja autoestima que lo hace diseñar planteos tímidos, de supervivencia, actitud que arrastra desde el Mundial de Clubes, donde su máxima expectativa en la final frente al Real Madrid fue perder por escaso margen.

Agrandados por su irrupción goleadora en la fase de grupos, Estudiantes (le ganó 4-0 a Independiente del Valle en la revancha) y Huracán (mismo resultado antes Alianza Lima en Perú) afrontan el porvenir inmediato con renovado fervor. El equipo de La Plata puede invocar su tradición copera (la ganó cuatro veces, la última en 2009) para sustentar el entusiasmo. Arrancará de local ante Barcelona de Ecuador, el miércoles.

Huracán se aferra a un presente de hazañas en continuado. Viene de lograr la Copa Argentina y el ascenso en pocos días. Y la frutilla del postre fue meterse en la Copa. Empieza su aventura con Deportivo Mineros, un club joven de Venezuela que bien podría ser otra parada exitosa.