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Italia: Recuerdan al Cabezón Sívori a los diez años de su fallecimiento

ROMA -- Mañana se cumplirán 10 años del fallecimiento de Enrique Omar Sívori, que marcó una época en el "calcio" con su paso por Juventus y Napoli, en una Italia que revive su trayectoria y talento en homenajes y artículos.

"Fue mi padre, cuando era presidente de Juventus, quien lo trajo de River Plate en el año 1957, y después le sumó a John Charles. Con Giampiero Boniperti formaron un trío que nos regaló tres 'scudettos' entre ese año y 1961", ha recordado Andrea Agnelli, hijo de Umberto y hoy titular del club turinés.

"Genio, jamás banal, siempre rebelde: ése era Sívori" titula La Gazzetta dello Sport un comentario que lleva la prestigiosa firma de Roberto Beccantini, quien sostiene que habría sido "lo mismo protagonista absoluto en el fútbol de hoy, histérico y caníbal".

Recuerda que fue él quien importó en Italia el túnel, "un gesto que sintetiza talento y perfidia, hoy hay sorpresa cuando alguno se inventa una rabona o un sombrero, del repertorio de Sívori salían en continuación, como los conejos de la galera de un prestidigitador". Memorable su conflicto con el paraguayo Heriberto Herrera, cuando llegó para dirigir a Juventus, que fue determinante para pasar al Napoli, cuyo pase compró el armador naval Achille Lauro, pagando de su propio bolsillo 300.000 liras, una fortuna para los años '60 en Italia.

Allí siguió haciendo sus diabluras, siempre con las medias bajas, el mechón rebelde y la mirada asesina, como recuerda Italo Cucci: "Omar vivía el fútbol como una mano de poker, anticatenaccio y antisistema, fue el padre de Diego Maradona y el abuelo de Lionel Messi".

Ya retirado, fue primer "opinionista" de la TV, rol que utilizó para criticar sin piedad a los entrenadores "gurú", cuyo prototipo en la década del '80 era Arrigo Sacchi, entonces en el ápice de la fama. Cuando Sacchi fue designado DT de la selección italiana, Sívori lo describió como "el hombre justo en el lugar equivocado" y después, cuando le preguntaron quién había sido, para él, el mejor entrenador contestó:

"Mi maestro, Renato Cesarini, que de tácticas no enseñaba nada". El fallecido periodista argentino Natalio Gorín, en su libro "Fútbol, memoria de medio siglo", afirma que "nunca vio gambetear tantos rivales sobre la raya de cal como lo hacía Sívori". Y agregó: "Era de meter pierna, pero más le gustaba la vendetta haciéndole pasar verguenza al rival".

Disputó un solo Mundial para Italia como "oriundo", el de Chile 1962 que terminó en un papelón para los "azzurros", y tuvo en su carrera una sombra llamada Pelé: eran contemporáneos y por eso debió resignarse a nivel mundial a ocupar el rol de "número dos" de la Perla Negra.

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