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BARCELONA -- Al cabo de siete años el FC Barcelona, en el último contrato de televisión que puede firmar de manera individual y por una temporada, abandonó su relación con Mediapro y firmó por Telefónica-Movistar, que a los $140 millones de euros [alrededor de $160 millones de dólares] que también ofrecía su rival sumó otro compromiso de tres años por una cantidad de $40 millones [unos $45.5 millones de dólares] y que le convierte en el regional partner principal en América Latina, incluyendo a México. La decisión, cantada desde hace semanas, provocó un terremoto en el entorno del club por la finalización de la relación entre el Barcelona y Mediapro, empresa liderada por Jaume Roures que admitió sentirse "entre decepcionado y traicionado" por la directiva de Josep Bartomeu. "Nuestra oferta era mucho mejor y estoy seguro de que esto no habría ocurrido de no existir un escenario electoral tan próximo" concluyó el empresario catalán. El Barça se convierte de esta manera en el primer gran club español que cierra un acuerdo con Telefónica, dispuesta como está la compañía liderada por César Alierta de entrar de pleno en el fútbol nacional, expandiendo su programación que ya tiene los derechos del Mundial de Motociclismo y la Fórmula Uno. La decisión supone una ruptura histórica con Mediapro, que seguirá con el Real Madrid en un último año que se avecina, la próxima temporada, muy tenso entre las dos compañías con vistas al contrato unificado que a partir de la temporada 2016-17 deberán firmar los clubs con el operador que consiga entonces los derechos. La firma del Barcelona podría entenderse en clave electoral desde el punto de vista de Bartomeu y puede también contemplarse como el final de una relación que inició 'el enemigo' Laporta. Pero acaba por convertirse en una decisión tomada puramente desde el punto de vista económico, por cuanto el club se asegura unos ingresos extras de más de $45 millones de dólares que según fuentes cercanas a la directiva no estaba en disposición de igualar la oferta de Mediapro. Fuera cual fuera la decisión del club, a partir de abril de 2016 empezará una negociación colectiva que se adivina histórica para la Liga y las demandas de los clubs por aumentar sus ingresos respecto a Barça y Real Madrid. Ahí se catapultará al primer plano esa guerra entre Mediapro y Telefónica y, curiosamente, de entrada, los dos grandes ya se han posicionado de alguna manera a ambos lados de la trinchera. El Madrid con una empresa de raíces catalanas y el Barça con su competencia y asentada en la capital de España. Todo son curiosidades.
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