Gabriele Marcotti 9y

Chelsea da señales de desgaste en el momento equivocado

LONDRES -- Bueno, quitemos esto del camino. Un empate visitante en un torneo de eliminación es un buen resultado. El Chelsea sigue siendo favorito contra el Paris Saint-Germain y se espera que avance a los cuartos de final de la Champions League.

Esa no es la cuestión.

Pero los empates visitantes 1-1 pueden ser buenos o malos, y el rendimiento del Chelsea en París cae en esta última categoría.

La pregunta es si se trató o no de un hecho aislado; en otras palabras, si fue "culpa" del PSG por haber jugado especialmente bien, como dijo José Mourinho después del partido, o si hay motivos para preocuparse.

"Fue un partido muy duro", dijo Mourinho para Sky Italia. "En el primer tiempo, el PSG no quería la pelota. Mantuvieron un bloqueo bajo y estaban dispuestos a darnos la iniciativa. Pero en el segundo tiempo fueron más intensos. Nos estiraron y nuestro portero tuvo que hacer tres o cuatro grandes atajadas. Eso no es culpa nuestra. Es 'culpa' del PSG porque jugaron muy bien".

Mourinho tiene razón sobre el segundo tiempo: Thibaut Courtois evitó lo que podría haber sido una dura derrota. Pero el hecho de que el Chelsea no pudiera evitar que el PSG forjara esas ocasiones es poco característico de Mourinho.

Y luego el DT del Chelsea fue más revelador al añadir: "Tuvimos cuatro o cinco jugadores con problemas en nuestra alineación". Branislav Ivanovic, Willian, Oscar, Cesc Fábregas y Eden Hazard al parecer no habían entrenado bien en toda la semana a causa de diversas enfermedades o problemas físicos. Mourinho también señaló que Diego Costa estaba "oxidado" luego de no haber jugado por tres semanas debido a su suspensión.

Todos son factores atenuantes legítimos, pero apuntan a otra cosa... al elefante en la sala. El Chelsea no tiene una plantilla grande. Y eso es por diseño, porque Mourinho prefiere las alineaciones fijas y rara vez rota su equipo. Tiene tres delanteros centros, pero puedes contar con dos dedos el número de partidos que Costa no jugó por cuestiones de rotación. Cuando no fue titular, fue por lesión o suspensión.

Andre Schürrle y Mohamed Salah han dejado el club y Juan Cuadrado ha llegado, por lo que el colombiano es el único no adolescente entre los mediocampistas ofensivos, a menos que decidan usar a Loic Remy en el ala (algo que Mourinho aún no ha intentado) o a Fábregas en dicho rol. Pero si haces eso, entonces tienes que usar a Ramires o a John Obi Mikel --ninguno de ellos se ha destacado demasiado esta campaña-- junto a Nemanja Matic delante de la defensa.

Atrás, la versatilidad de Cesar Azpilicueta significa que Filipe Luis puede el único zaguero de reserva, mientras que Kurt Zouma es la única alternativa a Gary Cahill y John Terry en el centro de la defensa. Esto es, a menos que quieras mover a Ivanovic adentro, lo cual te dejaría la defensa descubierta.

No es que Mourinho no pueda contar. Él eligió este enfoque. Priorizó la química y la cohesión sobre la dirección de un grupo de cuerpos y las preocupaciones de encontrar tiempo de juego para todos. (Irónicamente, la única posición en la que tiene más profundidad que nadie en el mundo es la portería, pero sólo puedes usar un arquero a la vez).

Mourinho hizo esto porque pensó que daría resultado. Y hasta ahora le ha funcionado. El Chelsea tiene una ventaja saludable en la cima de la Premier League, arrasaron en la fase de grupos de la Champions League, y están en la final de la Copa de la Liga. Han perdido apenas tres partidos en toda la temporada en todas las competiciones.

Sin embargo, la pregunta es si ahora están mostrando signos de desgaste. Contra PSG, ciertamente pareció que tuvieron que hacer un gran esfuerzo físico. Hazard y Willian, por lo general muy industriosos sin el balón (sobre todo este último) no mostraron su garra habitual en la segunda mitad cuando PSG elevó el ritmo de juego.

En defensa, los grandes portes de Edinson Cavani y Zlatan Ibrahimovic superaron a hombres de la talla de Cahill, Terry e Ivanovic. (O, como dijo Mourinho, el "gran monstruo" --Ibrahimovic-- ganaba todo en el aire). En cuanto a Fábregas, el hecho de que el Chelsea solamente rematara al arco dos veces (uno de ellos muy desviado) sugiere que su opción más creativa no fue capaz de crear demasiado.

Hay que darle crédito a PSG, claro, pero hay que tener en cuenta que es un equipo con un DT al borde del abismo y que viene resoplando en los últimos meses. En el Parque de los Príncipes, ellos también estaban golpeados: Marquinhos, Blaise Matuidi y Javier Pastore estaban limitados; Lucas Moura, Serge Aurier y Yohan Cabaye estaban fuera.

Los buenos DTs confían en sus instintos, pero también saben cómo y cuándo confiar en los expertos. Uno supone que en el cuerpo técnico del Chelsea hay varios tipos sensatos cuyo trabajo consiste en controlar la condición física exacta de la escuadra. Se podría suponer que Mourinho confía en ellos, y hasta ahora todo ha salido bien.

La pregunta es qué pasa si aquí es donde las ruedas comienzan a desprenderse, el momento en que las lesiones comienzan a surgir. El Chelsea prácticamente ha estado libre de lesiones durante todo el año; la ley de los promedios sugeriría que deberían llegar en la segunda mitad de la campaña.

Esa tiene que ser la preocupación y lo que Mourinho está evaluando en este momento. A la hora de dirigir un equipo, sobre todo uno con jugadores nuevos en posiciones claves como Costa y Fábregas, siempre hay que hacer un sacrificio entre la rotación y la química. Tienes que decidirte por una u otra cosa, y eres juzgado por los resultados. Los resultados le han sonreído a Mourinho durante casi toda la temporada, a pesar de que renovó su equipo en dos puestos clave --mediocampista creativo y delantero centro-- en el verano.

Será fascinante ver cómo lo maneja de aquí en adelante. Una opción, dada la ventaja de siete puntos y el calendario favorable, es comenzar a rotar en la Premier League. Pero puede ser complicado si no lo has hecho en toda la temporada. Los jugadores recién incorporados no necesariamente se adaptan al esquema tan bien como aquellos jugadores a los que reemplazaron, en particular cuando --como en el caso del Chelsea-- no han jugado mucho.

La otra opción es mantener el mismo enfoque y cruzar los dedos, confiando en que la actuación del martes haya sido un hecho aislado. Si logra o no leer esta situación correctamente tendrá un gran impacto en el éxito de su campaña 2014-15.

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