BUENOS AIRES -- Esperando casi con desesperación, queridos lectores, el debut de River en la Copa Libertadores. ¿Por qué? Porque quiero saber si River tiene tanto nivel afuera, en el extranjero, con equipos que juegan de otra forma, mas escurridizos y violentos, también.
Pero River es el mejor. ¿Y con eso le alcanza? No sé, hoy me desperté con esa duda y crucé a un bar mítico que está enfrente de mi casa. Antiguo, con mozos de antes que se cuelgan hablando de cualquier cosa. Son de esa estirpe de mozos que ya no hay, mozos sabios, con conocimiento de la actualidad y con ideas sociales más que interesantes.
En este bar llamado Revoque, todas las mañanas se reúnen varios téoricos barriales del fútbol criollo y en especial de River Plate. Me encanta ir a este bar porque está lleno de pensamiento futbolero.
Entro al bar y me encuentro con una sorpresa, ¡está lleno de hinchas de River Plate! De inmediato pensé ¿qué pasa?
Todos estaban en la misma, venían a escuchar comentarios de lo que le espera a River en la Copa Libertadores, el primer gran objetivo para el campeón de la Recopa.
Me acerqué a una mesa llena de cafés dobles y vasitos de ginebra. A uno lo había echado la mujer del departamento y bajó a tomarse un café y a tranquilizarse. Los demás lo apoyaban en todas sus decisiones. Pero la pelota comenzó a rodar a los pocos minutos.
Antonio Villa Cruel, un famoso vecino y habitué del bar largó la primera piedra: "El equipo de Gallardo todavía está verde para los grandes compromisos".
Todos miraron al muchacho que se atrevió a hacer semejante comentario. Era una falta de respeto en un mundo dedicado al pensamiento y lejos de la expresión espontánea. El que fue expulsado por su esposa, se sintió ofendido y no tardó en responder.
- Mirá, a River le faltará, pero sabés qué pasa. La Copa Libertadores es como el Mundial, los equipos tienen que llegar afinados, en su mejor momento. Y para cuartos de final River estará en su punto de explosión futbolística más alto.
- Oiga López, entiendo perfectamente, pero no sé si River llega en ese momento. La Copa ya comenzó, debe enfrentar a equipos duros.
Otro parroquiano, un verdadero especialista, clausuró la conversación de la siguiente manera: "Miren, muchachos, no sirven los pronósticos en el fútbol. Los partidos se pueden desarrollar de infinitas formas. River llega en un nivel más que aceptable. Tiene todas las posibilidades que el mismo plantel sea capaz de establecerse".
Ya era mucha información para mí, señores. Salí del bar y decidí caminar unas cuadras. En un balcón de un primer piso flameaba una bandera blanca con línea roja. Decía "gallinas siempre, más allá de cualquier resultado".
Me conmoví, pero no pude dejar de pensar, una duda existencial me llenaba el cerebro. ¿Será verdad que River todavía no está para ganar una Copa Libertadores? La duda que la pregunta generaba me producía una gran angustia.
No sabía qué hacer. Me entristecía muchísimo pensar que River no estaba preparado para ganar la Copa. ¿Será así? Los fantasmas me invadieron. No me puedo sacar este sentimiento. Necesito que la pelota comience a rodar.
De algo estoy seguro, la Libertadores no puede ser mas importante que River Plate. Jugando en todos los rincones, en todas las canchas, tengo fe en el equipo de Marcelo Gallardo, aunque los grandes especialistas todavía lo consideren verde.