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LONDRES -- Es un momento incómodo para ser fan del Manchester United. Si bien hay cierta aceptación de que las cosas han mejorado con respecto al año pasado, existe la sensación de que el talentoso roster a disposición del técnico no ha sido utilizado correctamente. Pero en papel, el nuevo DT Louis van Gaal está produciendo. En algún momento debería recibir el crédito que se merece. Nadie pretendía que Van Gaal llegara con su traje azul en julio y convirtiera instantáneamente al United en el Brasil de Pelé. Luego del mustio y condenado ejercicio de su predecesor David Moyes, cualquier mejora habría sido aceptable. El United ha obtenido resultados, y bastante a menudo lo ha hecho contra la lógica del juego. La gente critica su filosofía, pero la flexibilidad del holandés, y de su equipo, es lo que ha sumado puntos en la tabla. Contra West Bromwich Albion en octubre, el United llegó abajo al entretiempo y la introducción de Marouane Fellaini cambió el juego. El estilo del belga marca un gran contraste con el de Ander Herrera, a quien sustituyó ese día, y de otros centrocampistas. Su presencia le brinda al equipo una opción diferente gracias a su capacidad atlética y aérea, e igualaron el tanteador dos veces en ese partido cuando su defensa seguía en problemas. Desde entonces, el United sólo ha cedido 13 goles en 21 partidos y no permitió ninguno en ocho encuentros. De hecho, nadie ha marcado dos goles contra ellos desde entonces. En contraste, ya habían convertido 14 goles cuando la temporada sumaba apenas ocho juegos. El progreso defensivo ha sido enorme, y cualquier DT ganador te dirá que la defensa es la base de un equipo exitoso. Obviamente, la mitología del Manchester United está construida en torno al atronador juego de sus delanteros, al paso de George Best y a un fútbol que redefine la belleza. Hasta ahora, las cosas han sido bastante monótonas esta temporada. Y con jugadores como Ángel Di María y Wayne Rooney en la cancha cada semana, es lógico esperar más. Van Gaal probablemente sea culpable de haber priorizado la seguridad, pero si el United no juega la Champions League el año que viene, los efectos colaterales serían catastróficos. Sólo hay que mirar al Liverpool o --con estremecimiento-- a Leeds para apreciar las posibles consecuencias. Una encuesta del Manchester Evening News esta semana les pidió a los fans que evaluaran si los resultados o las actuaciones eran más importantes esta campaña. Una mayoría abrumadora votó por los resultados. El holandés también es bastante hábil para tomar decisiones sobre la marcha. Cuando estaba perdiendo y en problemas contra el West Ham United este mes, Fellaini volvió a ser desatado con gran efecto. Esto no quiere decir que el "Plan Fellaini" sea la única opción del United cuando los pases bonitos no están funcionando. Contra Preston el lunes, con el equipo abajo en el tanteador una vez más, Van Gaal dio el paso poco ortodoxo de cambiar un delantero por el extremo izquierdo Ashley Young. Dos minutos más tarde, el United anotó. Van Gaal sabe lo que está haciendo. Los hinchas de fútbol pueden tener poca memoria. Bajo Alex Ferguson, el fútbol del United fue horrible durante el invierno de 1990, y de hecho estaban 16° en febrero. El verano anterior, el presidente Martin Edwards le había entregado un suntuoso cofre de guerra. En una situación mucho peor, a Ferguson le dieron tiempo para trabajar en su equipo y para encontrar la mejor manera de explotar sus puntos fuertes. En muchos sentidos, su plan no rindió frutos hasta un par de años más tarde. Comparativamente, Van Gaal está muy adelantado. En la misma etapa de su ejercicio, Van Gaal lo está haciendo mucho mejor a pesar de una monumental crisis de lesiones y la presión de varios egos que se unen por primera vez. Una víctima de esto parece ser la relación del DT con el agente Jorge Mendes por la forma en que ha manejado a Radamel Falcao, pero no va a perder el sueño por eso. Si hay algo que va en contra de Van Gaal, es su heroica falta de humildad. "Ésta fue una muy buena decisión del DT", remarcó al hablar sobre la introducción de Fellaini en West Ham. Eso irritó a algunos miembros de la prensa, pero harían bien en recordar el trato que recibieron de Ferguson. No era un tipo simpático. En lugar de lamentarse por la variedad de formaciones y alineaciones con las que el DT ha experimentado esta temporada, los fans y los expertos deberían alegrarse de que Van Gaal esté poniendo a prueba los límites de su escuadra. Sin esta voluntad de cambio y de probar ideas nuevas, el United sería criticado por sus tácticas antiguas, que es exactamente lo que sucedió el pasado mes de febrero bajo Moyes. ¿Quién podría olvidar los 82 cruces contra Fulham? Las cosas definitivamente podrían ser peores. Aunque la espera continúa, el United sigue trabajando en las áreas que debe. Y en algún momento, el equipo va a hacer clic. Entonces, todos esos sentimientos de duda se irán desvaneciendo. Y Van Gaal, con toda su modestia, seguramente lo destacará.
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