Carolina Padrón 9y

En Turín se invocan a los recuerdos

MÉXICO -- Se dice que el fútbol actual perdió el toque romántico. Dejó a un lado aquello de la historia, del peso de un escudo, y se vende al mejor postor, ese que sea capaz de definir un encuentro, de la manera que sea. Vamos, que se ha puesto a la eficacia por encima de la eficiencia, ni hablar de la excelencia. Es cierto, el fútbol ya no vive de recuerdos, pero Jürgen Klopp se sentó en la sala de prensa del Juventus Stadium para, justamente, invocar el pasado. Para intentar que un recuerdo lejano de 1997 sea el catalizador que consiga la combinación mágica para un Dortmund, que en los últimos tiempos sólo se reconoce por el uniforme.

El técnico del Borussia Dortmund explicaba que la ida de los octavos de la Champions no sería fácil ante el equipo que tiene prácticamente amarrado el Scudetto. La versión de la Juve de Allegri, eso sí, dista mucho de aquella que cayó en la final europea en el Olímpico de Münich, que dirigía en aquel entonces Lippi. Es cierto, no es la Vecchia Signora de Zidane, Del Piero, Vieri y compañía, pero este Dortmund tampoco es el de Ottmar Hitzfeld. Este no tiene a Michael Zorc o a Karl-Heinz Riedle --quien ese día marcó el doblete del 3-1 final--, compitiendo ante una de las pinceladas más maravillosas que dejó la carrera del 'Pinturicchio', aquella de tacón.

Klopp aclaraba que aquel 28 de mayo de 1997, cuando los alemanes terminaron coronándose en Europa, sólo demostraba que el favoritismo es una referencia. En algunos casos pasa de la motivación a la confianza... y en otras puede ser un fuerte detonante anímico para el rival. Y a eso se refería el estratega. No se puede salir al campo perdiendo el partido. Y eso nos lleva a la actualidad, cuando parecía que el Dortmund se ha perdido -o corrijo, efectivamente se habían perdido- retomó un espacio propio en los últimos tres encuentros, en los que ha conseguido la victoria.

¿Qué ha cambiado en el BVB? El físico dice su técnico, quien reconoce que todavía existen aspectos futbolísticos a pulir, pero que ya no se trata de piernas. Mentalmente también han cambiado. Y saldrán a enfrentar a la Juve, en el torneo que podría ser el bálsamo de una temporada que se ha hecho oscura desde los puestos del descenso, que finalmente dejaron. Un BVB que consiguió la diferencia en un joven llamado Kevin Kampl. Eso sí: del otro lado van los italianos, que tienen 21 partidos invictos y quienes en caso de emergencia, sólo tienen que frotar la lámpara para liberar a su otro "artista", Andrea Pirlo. Ese que salvó la casa en la jornada 24 ante el Atalanta.

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