Sebastián Martínez Christensen, Escritor ESPN Digital 9y

La increíble y triste historia de Rose

MIAMI -- La única palabra que puede describir el sentimiento general tras enterarnos de una nueva lesión de rodilla de Derrick Rose es tristeza.

Más allá de los colores que a uno le gusten, siempre es triste ver la carrera de un talento semejante verse desviada por las lesiones.

Rose fue el Jugador Más Valioso en el 2011, se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla en el 2012, y se rompió los meniscos de su rodilla derecha en el 2013.
El diagnóstico en esta ocasión es uno conocido: rotura de meniscos en la misma rodilla que se rompió en la última ocasión.

Si bien los Chicago Bulls todavía no han ofrecido una fecha de retorno, podemos explicar el posible panorama con dos alternativas.

Si Rose decide reparar el menisco, quedará fuera por el resto de la temporada. Si Rose decide cortar el menisco, podría volver en un mes y medio para los playoffs, aunque aumentaría la posibilidad de problemas posteriores en esa misma rodilla.

Rose ahora enfrenta una decisión entre la razón y el sentimiento.

La razón le indica que repare el menisco y se pierda tiempo extendido, aunque el precio sería defraudar a sus compañeros y a una franquicia que le pagó 52 millones en los últimos tres años por estar en el gimnasio recuperándose.

Claro está que no es su culpa, pero el sentimiento de la misma está allí.

Después de todo, Rose ha jugado sólo en el 33 por ciento de los partidos para Chicago luego de haber ganado el MVP.

Si bien esta campaña Rose estaba teniendo la temporada más inefectiva de su carrera, por momentos mostraba destellos de aquel jugador que solía ser.
Hoy a sus 26 años viejos, Rose sigue siendo una pieza esencial para los Bulls.

Un conjunto que prácticamente no tiene rival a la hora de defender, pero que a la vez siempre careció de punch ofensivo, por lo cual se quedó corto de la gloria en reiteradas ocasiones.

Esta versión de Chicago, no obstante, es distinta a la de años anteriores.

Jimmy Butler se sigue desarrollando y su repertorio ofensivo ha progresado de manera magnífica; ya sabíamos que era un gran defensor.

A la vez Aaron Brooks es un armador cuyos números suben drásticamente cuando no está Rose, y quizás pueda mantener el barco a flote.

De lo que no quedan dudas es que el camino de Cleveland, que está jugando el mejor baloncesto en la Conferencia Este en este momento, se ha allanado luego de esta noticia.

Hoy Chicago llora una vez por una nueva lesión de Rose.

En su momento se especuló que los Bulls estaban interesados en mover a Rose, pero tras esta nueva lesión y con más de 40 millones de dólares por pagarle en las próximas dos temporadas, dudo que haya algún equipo interesado.

En otras palabras, esta es la realidad de Chicago y no cambiará a corto plazo.

Mientras esperan por la decisión y el tiempo de recuperación de Rose, sólo se nos viene una pregunta a la mente.
¿Podrán esta vez ser contendientes sin Rose?

La respuesta es difícil, pero no imposible.

Los Bulls se han acostumbrado a jugar sin Rose en estos últimos años, y han ido agregando piezas que han suplido deficiencias.
Al igual que Rose, la realidad de los Bulls se puede encerrar en un refrán.

No está muerto quien pelea.

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