John Brewin 9y

Continúa la agonía del Man City en la Champions League

MANCHESTER -- La agonía que la Champions League trae anualmente al Manchester City fue sólo parcialmente aliviada al ver cómo Joe Hart atajaba el penal de Lionel Messi en tiempo de descuento.

Hubo sonrisas entre los fanáticos locales que se habían quedado hasta el final. Un momento de frivolidad, tal vez incluso un atisbo de una oportunidad para el partido de vuelta, pero nadie puede disimular que a este nivel, en esta competición, el City nuevamente está por debajo de la calidad necesaria para progresar más allá de Barcelona. Un mejor desempeño en el segundo tiempo podría haber forzado el empate, pero la ingenuidad -- una vez más -- les robó el impulso. Si no fuera por el heroísmo de Hart, su viaje a Cataluña hubiera sido poco más que una mera formalidad.

Desde la gestión del partido de parte del entrenador Manuel Pellegrini hasta una performance lamentable del capitán Vincent Kompany, los líderes del City perjudicaron a su club. El objetivo era visitar a Barcelona dentro de tres semanas con algo que proteger. En su lugar, deberán intentar hacer algo sin precedentes.

De la unidad defensiva del City, sólo Martín Demichelis emergió con algo de crédito. Hace un año, fue la falta del argentino sobre Messi lo que acabó con la competencia de dos partidos después de sólo 54 minutos. Esta vez, Kompany fue el culpable de los dos goles de Luis Suárez, Gael Clichy fue expulsado por dos derribos torpes -- robando a su equipo el impulso obtenido del gol en el segundo tiempo de Sergio Agüero -- y Pablo Zabaleta regaló la falta para el penal que Messi erró.

"Repetimos el mismo error del año pasado", admitió Pellegrini. "Un jugador expulsado. Es muy difícil jugar contra el Barcelona con 10".

Esa defensa en dificultades no fue en absoluto ayudada por la elección de tácticas del entrenador. Jugar con una formación 4-4-2 contra el Barcelona, incluso uno que ha perdido su brillo y gloria de los días de Pep Guardiola, era algo así como una misión suicida.

En lugar del suspendido Yaya Touré entró James Milner, un jugador cuya aplicación trae resultados decentes en Inglaterra, pero la conversión de un extremo a un mediocampista era de alto riesgo. Dejar a Milner para que se sume al pesado Fernando mientras que Samir Nasri y David Silva revoloteaban a los flancos fue apostar hasta la camiseta. A fin de anular las pruebas en contrario, sin embargo, Pellegrini mantuvo su postura.

"Era la forma en que debíamos jugar contra el Barcelona", dijo. "Lo demostramos en la segunda mitad con los mismos nombres. Barcelona siempre dominará en algunas partes del terreno de juego. Hemos demostrado que era la forma en que debíamos jugar desde el primer minuto".

Mientras Fernandinho se sentó en el banco y la expulsión de Clichy le robó a Pellegrini la oportunidad de hacer jugar a su comodín Frank Lampard, el juego -- y con toda probabilidad, el empate -- se alejaron del alcance del City.

Están los fanáticos del City que simulan indiferencia hacia esta competencia. La racionalización es que su club tiene poca o ninguna posibilidad de ganar de todos modos, por lo que la defensa de su título de la Premier League es una prioridad mucho mayor. Al menos saben que eso es posible.

Incluso la oportunidad de burlarse del Manchester United, tan desesperado por volver a este gran escenario y cenar en la mesa principal con equipos como el Barcelona, está siendo descartada. El himno de la Champions, "Zadok The Priest", fue abucheado por los aficionados antes del partido por los supuestos pecados de la UEFA contra su club. Las sanciones por el juego limpio financiero y la prohibición de que los fanáticos viajasen a Moscú esta temporada han dado lugar a una postura rebelde.

Cualquiera que sea la validez de este tipo de actitudes, en términos de juego, el City sigue siendo un niño mocoso con la cara apretada contra la ventana de una tienda a la que no puede entrar. El nivel de rendimiento de Barcelona a menudo sugiere un equipo de otra galaxia.

Messi devoró el territorio con un alto ritmo que aún no lo abandona. Neymar fue su enérgico ayudante, abriendo agujeros mientras pasaba por el mediocampo defensivo del City, mientras que Suárez fue el caballo de batalla de la línea delantera, su instinto asesino en suelo inglés fue redescubierto con aplomo, sus dos goles fueron celebrados con exuberancia.

"Yo trato de dejar lo mejor en todos los partidos para el equipo, y hoy con los dos goles estoy muy feliz", dijo Suárez.

"Estuvimos muy bien en el primer tiempo, superiores en el centro, capaces de crear situaciones de peligro", dijo el entrenador del Barcelona, Luis Enrique. "No pudieron encontrar a Silva entre las líneas", dijo de un período en el que Iván Ratikic y Sergio Busquets bloquearon el centro del campo y obligaron esos errores cruciales de sus oponentes.

El pavoneo de los cuatro veces campeones 'fue asistido por la repetida ingenuidad del equipo local, con el plan de juego errático de Pellegrini hundido aún más por una letanía de errores fatales. Un jugador que Alan Hansen, el defensor central por excelencia, una vez describió como la "mejor transferencia de todos los tiempos", Kompany sufrió un tiempo tórrido mientras que el Barcelona abrió el espacio para encontrar sus dos primeros goles.

En primer lugar, permitió que Suárez aprovechase un cruce de Messi, y luego hizo una carga hacia adelante, sólo para que Suárez surgiera en el espacio donde él debería haber estado. El cruce de Jordi Alba encontró al uruguayo mientras que Kompany, enraizado, sólo pudo ser testigo del segundo avance del Barcelona.

No fue hasta el minuto 40 que Kompany completó un derribo limpio, y muy oportuno también, mientras que Messi avanzaba con velocidad para anotar un tercero fatal. El belga se quedó con la pelota y fue abordado por Ratikic. El capitán del City se enfureció con el árbitro, pero debe haber estado más enojado consigo mismo. Esta vulnerabilidad ha sido un lugar común en una temporada cargada de lesiones y pérdida de estado físico. El descenso de Kompany del jugador que fue hace tres años ahora incluso está siendo perjudicial para su club.

Los avances escabulléndose de Agüero causaron problemas cada vez que recibió el balón, e incluso podrían haber igualado el partido si el City hubiese estado nivelado en términos de personal. Él y Hart surgieron con crédito, pero fue ese primer tiempo y en especial los juicios erróneos del entrenador y del capitán los que causaron más del mismo tormento para el City en la Champions League.

John Brewin es redactor de ESPN FC. Síguelo en Twitter @JohnBrewinESPN.

^ Al Inicio ^