Alejandro Caravario 9y

El desconocido más mentado

BUENOS AIRES --  Luego de muchos amagos, finalmente hará su presentación en Boca Daniel Osvaldo. El delantero que proviene del fútbol italiano compartirá la delantera con Sebastián Palacios y Andrés Chávez ante Wanderers, en la Bombonera, por la Copa Libertadores.

Se develará así una gran incógnita, toda vez que pocos le han seguido la carrera a este futbolista de 29 años. Algunos recuerdan sus inicios en Huracán, en el lejano 2005, pero la mayoría valora su trayectoria a ciegas, sólo por los nombres que figuran en su legajo. Y no es para menos.

Entre los diez clubes por los que pasó Osvaldo antes de llegar a Boca, hay algunos de primer nivel mundial como Inter y Juventus. Por no hablar de la selección de Italia, cuya formación también integró.

Los futboleros avezados afirman que la abundancia de camisetas es lo opuesto a un brillante itinerario.

Quiere decir que el jugador nunca terminó de consolidarse. Que en ningún lado convenció.

Pero démosle franco a los prejuicios y esperemos a ver qué demuestra Osvaldo en su bautismo ante los uruguayos.

Lo que no puede negársele es una acción de marketing brillante. A pesar del señalado desconocimiento por parte del público y de que todavía no jugó un solo minuto, los medios de comunicación hablan de él todo el tiempo. Como si fuera el personaje central de la vida de Boca.

El caso más extremo fue el del diario La Nación, que publicó un titular en el cual se informaba que el delantero no había debutado ante Temperley, en contra de lo previsto. La noticia (o la antinoticia, depende cómo se mire) era el jugador que no jugó. Osvaldo lo hizo.

Así como hay escritores que no escriben, políticos que no hacen política y empresarios sin empresa, hay futbolistas que no salen a la cancha y sin embargo se mantienen en la cresta de la ola.

La imagen, seguramente, favorece el fenómeno. Osvaldo es sexy, tiene la apariencia de un hipster (último espécimen parido por la moda, que usa gafas de nerd y barba) y su mujer pertenece a la farándula.

Nada más tentador para editoriales y canales. Aún los medios que no se ocupan del fútbol metieron la cuchara en esta historia, alentados por el perfil del personaje.

Para redondear la operación, Osvaldo desembarcó en la Argentina voceando como un vendedor ambulante su devoción por Boca.

Ya al bajar del avión lucía una remera con una ilustración de alto impacto: una mano abierta, en alusión a la goleada de verano que Boca le asestó a River.

El contrato de Osvaldo caduca en junio. Es poco probable que en tan corto tiempo logre ganarse el corazón del público. Pero, más allá de cómo juegue, su paso por la institución será cualquier cosa menos silencioso.

Además, el hombre ha ganado fama de tener pocas pulgas y de no escaparle al conflicto. Un condimento más para atraer los micrófonos sin necesidad de jugar.

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