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Los Dos Santos jugaban en los videojuegos con el Real Madrid

VILLARREAL -- Nacidos futbolísticamente con el Barcelona, el duelo de este domingo entre el Villarreal y Real Madrid tiene un sabor especial para Jonathan y Giovani dos Santos, quienes desde las categorías inferiores aprendieron lo que significa enfrentar al club blanco. A diferencia de las categorías mayores, en el futbol base era difícil chocar contra el acérrimo rival, ya que los campeonatos son regionales y sólo en torneos nacionales o internacionales chocaban. De cualquier manera el saldo, de lo que me tocó vivir, siempre fue positivo para los mexicanos.

En su casa, el partido tenía un morbo especial, ya que su padre, Zizinho, era un gran seguidor merengue, algo que nunca escondía, ni creo que ahora tenga problema en aceptarlo. Por esto, en casa de los Dos Santos, había dos duelos que no se podían dejar de ver en la semana: el partido del Barcelona y el del Madrid.

El fin de semana, otra actividad era una tradición: jugar un videojuego de futbol. El equipo más codiciado siempre era, por obvias razones, el Barcelona. El segundo equipo al que elegían (era siempre un conflicto de horas definir quien no tendría a los blaugranas) era el Real Madrid, por el poder que tenía en la consola, y como una atención a su papá. Pero después de unos meses se llegó a otra decisión: no se podía elegir al Real Madrid, y sólo se enfrentaban ante los merengues al mismo tiempo, es decir 'los dos contra la computadora'. Normalmente eran victorias claras de Gio y Jonathan.

Fuera de esta anécdota, poco o nada querían saber los hijos de Zizinho sobre lo que ocurriera con el equipo de Florentino. En fuerzas básicas, los Dos Santos nunc a enfrentaron juntos al Real Madrid, y con el Villarreal ya lo hicieron hace seis meses, cuando perdieron 0-2 en casa.

En ese duelo, estuvieron juntos casi 30 minutos en la cancha, pero poco pudieron hacer por su equipo, que ya perdía por dos anotaciones cuando entraron. Ahora tiene la oportunidad de ganarle por primera vez juntos, en el mismo equipo, repetir las proezas que hacían con la consola en la cancha, y hacer sentir orgulloso a su padre, quien festejaría como nunca una victoria sobre el que fuera el equipo de sus amores.