BUENOS AIRES -- Ya había anunciado su despedida a fines del 2014. Una decisión inamovible que marcó un antes y un después en su carrera, ya que la victoria ante Alumni por 33-27 en el URBA Top 14, significó su adiós al vestuario y aquella cancha N° 1 de Burzaco que le dio grandes alegrías.
No obstante, merecía un homenaje por toda su trayectoria local e internacional, porque no sólo representó a Pucará con la entrega que lo caracteriza, sino que también a Argentina, desde su debut, en el 2003, cuando formó parte del equipo que venció a Paraguay por 144-0 (aquel 10 de abril convirtió dos tries), hasta en el tan importante bronce obtenido en el Mundial de Francia 2007.
Entonces, que mejor que sus amigos para organizar el homenaje a un jugador transparente y respetado, dentro y fuera de la cancha. "Mis amigos tenían ganas de armar algo por mi partido final y lo hicieron todo ellos, junto con mi familia", comentó el wing, que humilde y sencillo, se sorprendió con la concurrencia de gente: "La verdad es que se dio todo, porque justo la Primera tenía que jugar. Yo tengo muchos amigos, ex jugadores, que siempre tienen ganas de jugar, así que fue muy lindo que haya venido tanta gente. Estoy muy agradecido", confesó.
"Se cosecha lo que se siembra", dice un refrán popular, que no es ajeno a Borges, ya que en su carrera en Pucará y en los Seleccionados sembró grandes amigos. "Conocí mucha gente por el rugby, siempre buena. Es fácil ser buena persona porque ellos te contagian. Estoy muy agradecido de que hayan venido", manifestó, quien a la hora de afirmar si el evento lo tomó por sorpresa, expresó que "Si bien sabía algo, me iba dando cuenta de las cosas, pero en realidad no sabía que convocatoria podía llegar a haber".
Su velocidad y capacidad para explotar en la cancha y dejar rivales en el camino, nunca será olvidada por las personas que vieron a Lucas Borges jugar. No obstante, el wing adelantó que no fue la última vez que usó los cortos y entró a un campo de juego: "Siempre se juega un amistoso con los Classic, así que estaré en algún partido". Pero, en diciembre, el rugby de Buenos Aires conoció su faceta de entrenador de Seven, sobre la que opinó al respecto: "Estuvo bueno, todavía no lo pensé como un objetivo. Quiero bajar un poco, dejar de jugar y ver después que ganas me dan de hacer esto o aquello".
Desde afuera, la opinión de sus allegados coincidía en que no podía estar alejado mucho tiempo del rugby, y de su querido Pucará. "No sé, seguramente me llamen del club para hacer cosas y voy a tratar de dar una mano, después veré el compromiso que tomo, pero seguramente daré una mano en algún lado", explicó.
Pese a los deseos, el tiempo apremia y pasa muy rápido, ya que el próximo 21 de marzo, el Rojo estará debutando en el Nacional de Clubes y Borges le confirmó su presencia a Scrum: "Obvio, siempre voy a estar alentando. Soy el hincha de Pucará número uno, así que vamos a estar ahí".
Ya no serán lo mismo los 28 de febrero para Borges, ahora tendrán otro significado. Se despidió un emblema del seleccionado que supo ganar la admiración de muchos y el respeto de todos. Con una sonrisa en su rostro, Lucas agregó: "La verdad que la emoción va por dentro a veces, este recuerdo va a quedar como algo muy lindo".