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Barack Obama ofrece condolencias

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, lamentó la muerte del ex pelotero cubano Orestes Minnie Miñoso, quien fuera una de las grandes leyendas del béisbol en la ciudad de Chicago.

"Minnie puede haber sido obviado por el Salón de la Fama durante su vida, pero para mí y para las jóvenes generaciones de afroamericanos y latinos, Minnie encarna por excelencia la historia americana mucho más que lo que una placa jamás podría representar", subrayó el mandatario en su declaración.

Miñoso fue el "primer negro en integrarse a las Grandes Ligas en Chicago", destacó el mandatario. "Y como él ayudó a integrar el béisbol en la década de 1950, fue blanco de insultos racistas de aficionados y opositores, a veces obligado a quedarse en moteles diferentes a los que acogían a sus compañeros de equipo".

Obama, confeso seguidor de los Medias Blancas, agregó que Minnie "vino a través de las Ligas Negras y no hablaba mucho inglés al principio. Pero su velocidad, su poder -y su optimismo persistente- le valió múltiples apariciones en el Juego de Estrellas y Guantes de Oro como defensor del jardín izquierdo, y se convirtió en uno de los jugadores más dominantes y dinámicos de la década de 1950.

Miñoso jugó 12 temporadas con los Medias Blancas donde forjó su leyenda. "Para los residentes del South Sider de Chicago y los seguidores de los Medias Blancas de todo el país, incluido yo, Minnie Miñoso es y será siempre será "Mr. White Sox", decía en la declaración.

A continuación reproducimos en español la declaración del presidente Obama:

DECLARACIÓN DEL PRESIDENTE SOBRE EL FALLECIMIENTO DE MINNIE MIÑOSO

Para los residentes del South Sider de Chicago y los seguidores de los Medias Blancas de todo el país, incluido yo, Minnie Miñoso es y será siempre será "Mr. White Sox".

Primer negro en integrarse a las Grandes Ligas en Chicago, Minnie llegó desde Cuba a Estados Unidos, a pesar de que podría haber hecho más dinero en otros lugares. Vino a través de las Ligas Negras y no hablaba mucho Inglés al principio. Y como él ayudó a integrar el béisbol en la década de 1950, fue blanco de insultos racistas de aficionados y opositores, a veces obligado a quedarse en moteles diferentes a los que acogían a sus compañeros de equipo. Pero su velocidad, su poder -y su optimismo persistente- le valió múltiples apariciones en el Juego de Estrellas y Guantes de Oro como defensor del jardín izquierdo, y se convirtió en uno de los jugadores más dominantes y dinámicos de la década de 1950.

Minnie puede haber sido obviado por el Salón de la Fama durante su vida, pero para mí y para las jóvenes generaciones de afroamericanos y latinos, Minnie encarna por excelencia la historia americana mucho más que lo que una placa jamás podría representar.

Michelle y yo enviamos nuestros pensamientos y oraciones a su familia y a sus fanáticos en Chicago, Cleveland, y en todo el mundo.

La Casa Blanca, 1ro de marzo de 2015