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El fútbol es mental

BUENOS AIRES -- ¿El fútbol será mental? Ese me pregunta Evelisse, una amiga portorriqueña que, de fútbol, no sabe nada. Por eso me pregunta, soy yo el especialista. Y me quedo pensando en una pregunta sencilla, casi sin complicaciones que me ayuda a entender muchas cosas.

"¿El fútbol, es mental, Cucu?". Sí, el fútbol es muy mental, querida amiga. Pero no es todo. De otra forma no se explicaría por qué cada vez que gana el Barcelona el Real Madrid tiembla. Le cuesta relajarse, encontrar su juego cuando su rival le mete presión. Eso le pasó hace poco y ahora tiene al equipo de Messi a un punto, casi mordiéndole la cola.

Pero no es del fútbol europeo de lo que quiero hablar. ¿Pasa lo mismo con River y con Boca? Cuando River gana, Boca se agranda y tiene que salir a ganar los partidos sí o sí. Y a la inversa, cuando Boca gana a River, le cuesta más, aunque es cierto, gana, como este domingo ante Belgrano, pero sufre. ¿Qué quiero decir con este menjunje de comparaciones? Que el fútbol es mental.

Caminamos unas cuadras con mi amiga portorriqueña recién llegada. Quiere que la convierta en una mujer futbolera, que le cuente y le transmita todo mi conocimiento. Quiere que la lleve a la cancha, incluso. Nunca vi una chica con tanto interés por el fútbol.

Su pregunta me generan un montón de respuestas que tengo escondidas dentro de mí. El fútbol es más mental que sentimental y es por eso que los equipos no terminan de relajarse, se cuidan mucho y es ahí donde se producen sus peores actuaciones.

¡A Boca Juniors que le importa si gana River! Pero está pendiente. Esta idea de analizarlo todo, de convertirlo en una máquina cerebral en busca de la perfección del estilo, le quita humanidad al deporte.

¿Demasiado artificial? ¿Poco espontáneo? El fútbol más que un deporte, es una batalla mental, una especie de ajedrez de alto rendimiento. Y la mente, cumple un rol fundamental, más importante que las piernas.

Cuando Maradona exclamó "me cortaron las piernas", no pudo imaginar que en el futuro vería un fútbol donde las piernas no son lo más importante. La cabeza es todo.

La mente fresca, relajada, es un modo de estar que River todavía no pudo alcanzar en su plenitud. Todavía lo afecta. Este River de Gallardo que llegó a niveles superlativos de juego, cada tanto tiene bajones anímicos. Lo traiciona la mente, se agota en sí mismo, no puede con su espíritu.

A trabajar la cabeza, debería ser uno de los temas centrales a resolver para Gallardo, brindarle fortaleza mental a un equipo al que le sobra buen fútbol y jugadores excepcionales, casi invencibles, cuando están bien.

"Pernía es triste y Olguin es alegre", decía Menotti hace más de 30 años y con esto ya se adelantaba a toda una tendencia, el ánimo, el espíritu siempre alto, la mente fresca a disposición del cuerpo.

Lo que le falta a River, increíblemente también le sucede al Real Madrid, carece de fuerza mental a la hora de jugar ciertos partidos adversos.

River, Real Madrid, Barcelona, Boca Juniors, grandes equipos que necesitan más que fútbol para ganar grandes cosas.

¿El fútbol es mental, Cucu?", me preguntó Ivelisse y se me ocurrieron todas las cosas.