<
>

Ambición del Espanyol por la final

BARCELONA -- Subcampeón en 2009 y 2012, el Athletic de Bilbao busca en Barcelona su pase a una final de Copa que no conquista desde 1984. Y lo hará frente a un Espanyol en cuyo entorno se respira un ambiente festivo del que la plantilla lleva días intentando apartarse.

"De la final hablamos cuando lleguemos, si llegamos" cortó el lunes un jugador blanquiazul, quien destacó que el empate cosechado en San Mamés, siendo un buen resultado "no viste a nadie de favorito". Por mucho que la cautela que se adivina en el Athletic se convierte en ambición con el Espanyol.

"Vamos a competir y a hacer un gran partido. Llevamos tres semanas con ganas de que llegue" proclamó este martes Sergio González, entrenador blanquiazul para quien la Copa del Rey es un torneo "especial". No en vano conquistó dos títulos y su nombre está escrito con letras de oro.

Campeón por última vez en 1940 y subcampeón en 1957, el Espanyol conquistó la Copa en 2000 ganando al Atlético de Madrid por 2-1 con un gol del hoy entrenador blanquiazul, quien al cabo de dos años, en 2002, también marcó en la victoria del Deportivo de La Coruña frente al Real Madrid, también por 2-1 en el recordado 'Centenariazo'.

"Me cambiaría por los jugadores. Todos queremos participar en un partido así" sonrió Sergio, ilusionado con que la afición "llene el campo" y consciente de que para un club como el Espanyol alcanzar una final es un hecho especial.

El Athletic, que no gana en el campo del Espanyol desde enero de 1998, ha perdido cinco de las seis últimas visitas al feudo catalán, aunque el empate cosechado hace dos temporadas (3-3) le valdría para mitigar algo el ambiente de crisis que atraviesa dándole paso a la final.

"El Athletic no vendrá cansado y tampoco le afectará la eliminación en la Europa League" advirtió el entrenador blanquiazul, aunque el ambiente entre unos y otros es absolutamente diferente. "A nosotros nos suma. Veo al equipo con ansiedad y me gusta porque hay que dejar correr la pasión" proclamó Sergio.

Pasión es la palabra adecuada en el Espanyol. Miedo ninguno y ambición toda. Con esas armas, y conociendo ya si la lógica les pone al Barça en el camino, buscará el equipo blanquiazul su tercera final de este siglo. Recordando que ganó las dos anteriores y suspirando por repetir.