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Super Westbrook es una realidad

Varios de los mejores jugadores de la NBA, tanto en activo como retirados, coinciden en definir a Russell Westbrook como un guerrero. Por si quedaba alguna duda, su actuación del miércoles fue buena prueba de ello. Sobran las palabras para reflejar lo que fue capaz de hacer para que su equipo se llevara la victoria en el tiempo extra ante Philadelphia 76ers. Máscara en cara, pómulo en plena recuperación y aires de superhéroe en plenitud de facultades.

Y Westbrook voló como cuando Clark Kent dejaba su ropa de calle tirada en algún lugar de la ciudad y Bruce Wayne hacía lo propio para surcar los aires mientras veía Gotham City empequeñecer desde su altiva perspectiva. Más quisiera 'Birdman' haber llevado a cabo la fabulosa clavada que el armador de Oklahoma City Thunder realizó un paso por delante de la línea de tiros libres después de haberse recorrido la duela de canasta a canasta. Su carrerilla comenzó bajo su aro en una jugada que refleja a la perfección el impulso que el base comenzó hace tiempo en su afán por convertirse en el Jugador Más Valioso y enfundarse el anillo de campeón. Correcaminos, estate al loro.

No sorprende su actuación del miércoles (49 puntos, 16 rebotes y 10 asistencias) porque este personaje que bien parece haber salido de un cómic está acostumbrado a estar en varios lugares a la vez. Visto y no visto. 'Es un pájaro? ¿Es un avión? No, es Russell Westbrook en acción' dicen los que le ven fulminar a sus adversarios a base de excelencia, deportividad y extrema calidad. Sólo así se logran seis triples-dobles como los que él ha hecho en lo que va de temporada, cuatro de ellos en los últimos cuatro juegos; es así como se gestan actuaciones gloriosas como las que ha llevado a cabo en las seis ocasiones en las que ha superado los 40 puntos esta temporada.

¿Su vuelo más alto? El logrado ante 76ers con 49 unidades que unidos a los 23 puntos que salieron de sus 10 asistencias hicieron que el 58.5 por ciento de los 123 puntos de su equipo fueran responsabilidad suya.

Son muchos los razonamientos esgrimidos desde varios ámbitos para colocar a James Harden como el máximo candidato para lograr el JMV esta temporada, sin embargo, el buen momento que vive el armador del Thunder está valiéndole un puesto privilegiado en la carrera hacia el galardón. Si las situaciones antideportivas fueran uno de los razonamientos para ofrecer el JMV, lo cierto es que Harden lo debería haber perdido en el instante en que su pierna flojeó hacia las partes nobles de LeBron James. En este aspecto, Westbrook está ejemplificando una competitividad que nunca supera los límites extra deportivos.

El periplo de Westbrook este año comenzó con 14 encuentros en el dique seco por culpa de una fractura en el segundo metacarpiano. En esa franja en la que tampoco estuvo Kevin Durant, el Thunder se resintió con un balance de 4-10. Con su presencia, el equipo ganó fuelle y sus actuaciones han sido clave para la ascensión de un Thunder que ya ocupa puestos de playoffs y sigue enfilado hacia arriba. El mérito del armador cobra más sentido todavía cuando se comprende su capacidad para reponerse a tres intervenciones quirúrgicas en la rodilla derecha entre la primera ronda de postemporada ante Houston Rockets en la campaña 2012-13 y el día posterior al juego de Navidad de la temporada 2013-14.

Westbrook está disfrutando de la libertad de no tener limitaciones físicas, y cuando las tiene, como la reciente intervención en el pómulo, rema contra viento y marea poniendo las cosas en perspectiva. Los 38 encuentros que se perdió por culpa del menisco derecho y los 13 de esta campaña le sirvieron para valorar el hecho de poder pisar la cancha vestido de corto.

El superhéroe disfruta porque una fractura en el pómulo es Disneyland en comparación con lo que ha tenido que pasar. Y crece su confianza, y se engrandece su figura cuando hace falta, y vuela Westbrook dentro de la duela para posarse sobre una JMV que cada vez es menos utópico. Una posibilidad más una realidad que una ficción.