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Leo Mayer, deshidratado y con suero

BUENOS AIRES -- Fue un partido con todos los condimentos. Leonardo Mayer venció a Joao Souza en un partido que queda en la historia por ser el partido más extenso sobre polvo de ladrillo en la historia del tenis y el single más largo disputado en Copa Davis.

Fueron 6 horas y 42 minutos de pura tensión, muchos aciertos, también errores y otra muestra de carácter de Leonardo Mayer que, dentro de la cancha, a pesar de su bajo perfil, sin buscarlo debió ponerse el traje de líder en otra jornada en la que el sol castigó a las más de 6 mil personas que quisieron desafiarlo.

El correntino recién fue quebrado cuando decretó el cierre del choque. A pura lágrima, se desahogó a segundos del final: "No puedo explicar lo que sentí, fue increíble, la gente no paraba de alentarme y eso me permitió seguir adelante. Jugué como cuatro horas acalambrado".

Aun en condiciones extremas, tuvo tiempo para hacer una crítica, en caliente, sobre el sistema de competición: "Qué se yo si soy récord, no me importa ser récord, yo hago lo que puedo. Quería ganar para darle la victoria a la gente, pero es imposible jugar al tenis así. Estas son las cosas que no se entienden y se deberían revisar", afirmó luego del choque récord. "Si hubiera ganado él también estaba bien".

En la historia de la Copa Davis, solo un choque fue más largo: los checos Thomas Berdych y Lukas Rosol superaron a Marco Chiudinelli y Stanislas Wawrinka, en siete horas y un minuto, a sabiendas de un menor desgaste en la modalidad de dobles.

Después de tantas emociones, mientras Joao Sousa, su vencido, casi en un acto de inconsciencia se abocaba a mirar el quinto punto de la serie (luego de más de 11 horas de acción entre el viernes y el domingo) el correntino fue atendido por el equipo médico abocado a la serie de Copa Davis. Un cuadro de deshidratación, sumado a los calambres, hizo que la ITF aprobara su ausencia en conferencia de prensa.

Aun cuando Federico Delbonis y Thomaz Bellucci postergaron el desenlace para el lunes, Mayer seguía siendo atendido en un paraje ubicado enfrente de los stands comerciales. El público se retiraba sin saber que se paseaba a pocos pasos del héroe de la jornada.