Martín Urruty 9y

Ver las estrellas

BUENOS AIRES -- Cualquier inicio de ciclo supone renovación automática de esperanzas, crecimiento de expectativas, un puñado de certezas y unas cuentas incertidumbres. El 66° Campeonato Mundial de Fórmula Uno llena todos esos rubros. Un calendario de 20 carreras que remeda el tope alcanzado en 2012 estipula el ya tradicional arranque en las calles australianas de Melbourne -costumbre que comenzó en 1996 y sólo fue interrumpida en 2006 por la superposición con los Juegos de la Commonwealth-, nueva escala en México que sirve de retorno a Latinoamérica hispanoparlante gracias al impulso de la millonaria familia Slim, y cierre otra vez en el insulso trazado de Abu Dhabi.

La Fórmula Uno suele atravesar eras dominadas por una marca, constructor o piloto. Esta época aún joven, la de los motores V6 híbridos estrenados en 2014, es de Mercedes-Benz. Como fue la de McLaren durante su anterior asociación con Honda, de Williams más tarde, el quinquenio de Ferrari con Michael Schumacher y la supremacía de la trilogía Sebastian Vettel-Red Bull-Adrian Newey. La pretemporada dividida en tres pruebas colectivas en España, una en la andaluza Jerez de la Frontera y dos en la catalana Montmeló, dejó algunas evidencias que apuntalan el ostensible poderío alemán, dentro del que buscarán sobresalir el campeón Lewis Hamilton y el subcampeón Nico Rosberg.

Mercedes acumuló más de 6.100 kilómetros en ensayos, el recorrido de 20 Grandes Premios. Eso muestra la confiabilidad del modelo W06, al que Hamilton describió como "igual de bueno que el auto del año pasado, pero mejor". La frase del inglés refrenda el resto de los datos que fueron desprendiéndose de las prácticas. Por caso, cuando emprendió un simulacro de carrera, giró en promedio ocho décimas por vuelta más veloz que el australiano Daniel Ricciardo, quien realizaba al mismo tiempo su propia simulación con Red Bull. En los dos días siguientes, el ruso Daniil Kvyat, nuevo compañero de Ricciardo, y el finlandés Valtteri Bottas -con Williams- fueron en sus simulacros una décima más lentos que el australiano. Cuando el equipo campeón buscó un giro rápido como si se tratase de una clasificación, Rosberg le sacó ¡1s2! a Bottas, quien también llevaba neumáticos blandos. El tiempo del alemán resultó, además, tres décimas más veloz que el de su mejor rival con gomas súper blandas. Algunos ingenieros rivales fueron un poco más allá: deslizaron desde Cataluña que Rosberg ni siquiera había usado el alerón movil en su vuelta lanzada.

Mercedes, la unidad motriz más potente de 2014, tiene este año de 50 a 60 caballos más. Ferrari fue el que más mejoró la suya: unos 80 caballos. Si se toma en cuenta que el año pasado afrontó un déficit de medio centenar, las cuentas marcan que aún está a unos 20 de la casa de Stuttgart. Renault aparece como el que menos mejoró desde la temporada pasada -unos 30 caballos- pero aguarda un paquete de desarrollos que prepara su consultor Mario Illien (años atrás, hombre clave en Mercedes), que estaría listo recién para mediados de temporada. Las reglas técnicas permiten ciertas mejoras y actualizaciones a pesar de que la base de los motores fue homologada en 2014.

Detrás de Mercedes todo resulta más difícil de predecir. Ferrari aparece fuerte en las curvas de alta velocidad y la SF15T se acomoda mejor al estilo de conducción de Kimi Räikkönen, al tiempo que el recién llegado Sebastian Vettel se mostró conforme con los avances del modelo y el impulso de la Scuderia. Williams, otra vez motorizado por Mercedes, con más conocimientos de la planta motriz en su segundo año de colaboración, se acomoda mejor en curvas lentas y asoma como la amenaza más cercana de Mercedes. Red Bull tiene otra vez un buen chasis pero el impulsor Renault es su debilidad y resta comprobar si el ascendido Kvyat -con un año de experiencia en la filial Toro Rosso- está a la altura del sólido Ricciardo.

El siguiente peldaño en la grilla cuenta con varios postulantes: Lotus, Toro Rosso, Sauber y Force India, al tiempo que McLaren figura en el apartado de las incógnitas. Lotus, el equipo que por segundo año consecutivo alista al venezolano Pastor Maldonado, encontró potencia y confiabilidad con la motorización de Mercedes luego de haber penado con Renault en la temporada pasada. La escuadra pareció tener una pequeña ventaja en los ensayos, a pesar de que Sauber se mostró más competitivo que en su desastroso 2014. Toro Rosso tiene a dos debutantes jóvenes -Carlos Sáinz y Max Verstappen- que deberán aprender a extraer el potencial que parece tener el STR10. Force India no asistió a las pruebas en Jerez y estrenó tarde su modelo 2015: fue el segundo equipo con menos kilómetros de entrenamientos, sólo 1.699 con el VJM08. El mexicano Sergio Pérez, que encara su segundo año con la marca, completó el equivalente a apenas dos carreras con el coche nuevo.

Si Manor, un rejunte de las exequias de Marussia, es una incógnita porque poco se supo sobre la construcción de su autos, McLaren está encerrado en un interrogante mayor por sus pocas vueltas en pretemporada, los múltiples problemas derivados de la nueva unidad motriz Honda -el equipo dejó Mercedes luego de 20 años de asociación- y hasta por el despiste de Alonso, su contratación estrella que faltará en el arranque. McLaren se ampara de las críticas y las conjeturas con el ejemplo de Red Bull en 2014, cuando la formación de la marca de bebidas penó durante las pruebas y terminó el año como la única escudería que batió a Mercedes.

Los MP4/30 completaron apenas 1.751 kilómetros de prácticas. Alonso dio sólo 38 vueltas en Jerez, la primera prueba, y Button completó 41. La pareja titular y el reserva Kevin Magnussen totalizaron 301 giros en los dos tests colectivos en Montmeló, donde sólo Hamilton completó 325 vueltas (Rosberg dio 451 y el probador Pascal Wehrlein, 48) para Mercedes. Desde Honda han dejado entrever que su motor aún no ha sido utilizado al 100% y que cuando el Mundial aterrice en Europa habrá una tanda de nuevos desarrollos. Mientras corre el reloj, McLaren languidece a unos dos segundos de los mejores tiempos y con la añadida preocupación por la salud de Alonso y el misterioso despiste en Cataluña. Por el golpe contra la pared o por un vistazo a la planilla de tiempos, el español ya vio las estrellas.

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