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El Chelsea no es un gran equipo

Hazard es el que sigue salvando puntos para Chelsea Getty Images

LONDRES -- El Chelsea es el mejor equipo del fútbol inglés, a punto de repetir la hazaña del Manchester City la temporada pasada de seguir una Copa de la Liga con el trofeo de la Premier League. Sus fans pueden y van a celebrar su primer título en cinco años. Su equipo aún puede terminar la campaña con sólo dos derrotas en su haber.

El entrenador, José Mourinho, necesitará un nuevo reloj este verano, para seguir su costumbre de conmemorar el éxito al poner el reloj de pulsera de la temporada en una caja de seguridad. Su equipo ha liderado por delante del resto desde el 30 de agosto con el City subiendo de nivel en una breve ocasión, el 1 de enero por la noche cuando el Chelsea perdió 5-3 ante el Tottenham.

El domingo, después de una reñida victoria por 3-2 ante el Hull City, Mourinho se sintió cómodo en la proclamación de su fe en el triunfo inminente. "Para nosotros es una cuestión de matemáticas", dijo después. El City, seis puntos por detrás con un partido más, debe ocuparse de una batalla por el segundo lugar con el Arsenal y el Manchester United.

Esa disputa inminente sobre quién podría ser el mejor del montón pone en serias dudas el valor de la supremacía del Chelsea. Ninguno de los anteriores ha sido un contendiente serio al título. Una vez en el frente, el Chelsea se ha podido relajar, capaz de escapar con lapsos como el empate 1-1 contra el Southampton el 15 de marzo, o contra el Burnley cuando también terminaron con el mismo marcador en febrero, sin que nunca se vieran obligados a recuperar su ritmo.

El Chelsea ha sido un matón en un medio de miedosos, tal como el resto de la actuación del fútbol inglés en competiciones europeas lo ha demostrado. Hablar de la Premier League como una liga demasiado competitiva para su propio bien no se ve reforzada por la clara superioridad del Chelsea sobre el resto, cuando es un equipo que posee algunas vulnerabilidades obvias. La adopción de su director técnico de una postura de guerra contra la burocracia, los entrenadores oponentes y algunos supuestos enemigos en los medios de comunicación no hubiese sucedido si Mourinho se hubiese sentido seguro en la capacidad de su equipo para lograr el éxito pavoneándose serenamente, tal como alguna vez lo hizo en el fútbol Inglés, y en un momento en que los equipos ingleses estaban entre los más fuertes de Europa.

La falta de un rival adecuado, y una caída en su forma desde el comienzo del año, significa que es poco probable que este equipo del Chelsea sea recordado con el mismo asombro como el primer equipo ganador de la Premier League de Mourinho, los muchachos de 2004-05 que barrieron a los Invencibles Arsenal de la temporada anterior reclamando 95 puntos y perdiendo un solo juego.

Se suponía que este nuevo modelo de Mourinho iba a transformarse en los "Nuevos Invencibles" que desafiarían por cuatro trofeos. En cambio, han sufrido dos derrotas en la Premier League, primero en Newcastle en diciembre, y luego ante los Spurs, y luego perdieron ante Bradford en la FA Cup, antes de que el PSG acribillara sus esperanzas en la Champions League hace quince días.

Ante el Hull, y sobre todo durante el primer tiempo, el Chelsea pareció lejos de la más alta clase de la Premier. Hay una mirada de agobio en la actualidad, con pilares como Nemanja Matic, Gary Cahill y Branislav Ivanovic entregando actuaciones que sugieren que están sintiendo los efectos de una larga temporada y la negativa de su entrenador para rotar a su equipo más allá de los 15-16 jugadores clave.

El propio Mourinho estuvo lejos de mostrarse impresionado en Hull, y partió del estadio KC mucho antes del descanso, mientras se disponía a lanzar un cohete sobre sus jugadores por permitir un final 2-2 con una letanía de errores y un juego desarticulado y distraído.

"Se trata de volver a nuestro fútbol", dijo. "El fútbol de calidad, la creación de movimiento".

Desde el inicio de 2015, sólo en Swansea, el 17 de enero, cuando el Chelsea profanó a un equipo que ha superado al Arsenal y al Manchester United con una goleada de 5-0, ha podido llegar a los estratos del fútbol de calidad de los Invencibles del Arsenal o el Manchester United de 2008, tal vez el último gran equipo del fútbol inglés, e incluso del primer equipo del Chelsea de Mourinho que emocionó con el juego por los laterales de Damien Duff, Arjen Robben detrás de Didier Drogba, y la potencia de avance de Frank Lampard.

No es el terreno de Mourinho ponerse en posición de crítico, pero podría estar decepcionado por la forma vacilante de sus jugadores creativos.

Mientras que Eden Hazard, sobresaliente ante el Hull, continúa impulsando al Chelsea, Oscar no ha anotado o proporcionado una sola asistencia en la Premier League desde Swansea. Cesc Fábregas ha entregado 16 asistencias, muchas de ellas a Diego Costa, pero su asistencia al gol del brasileño en Hull fue la primera desde entonces en el Liberty Stadium. Willian, uno de los jugadores más codiciados de Europa mientras jugaba en el Shakhtar Donetsk, tiene sólo dos goles en su haber.

Esa caída en la creatividad ha ejercido una presión distinta en una defensa que puede ser violada, tal como lo demostró el Hull el domingo, y como el PSG lo mostró deplorablemente en los dos partidos en que la falta de cualidades defensivas de Fábregas en el centro del campo le dieron a Matic dos asignaciones horrorosas. Contra una calidad de oposición más alta que la que puede ofrecer la Premier League, el Chelsea sufrió el golpe.

Hay margen para mejorar, y desde una posición de fuerza que supera la totalidad de sus rivales domésticos. Mourinho va a querer que su siguiente reloj se detenga en la celebración de un segundo título consecutivo. Al lograr eso, entonces tal vez este Chelsea podría llegar a considerarse un gran equipo.

John Brewin es redactor de ESPN FC. Síguelo en Twitter @JohnBrewinESPN.