Gonzalo Aguirregomezcorta 9y

¿Será el año de los Warriors?

¿Qué tienen en común Chicago Bulls y San Antonio Spurs? Juegan en conferencias diferentes, los primeros tienen asegurado un sitio en los playoffs mientras que los segundos todavía necesitan atar la plaza, los texanos son los defensores del campeonato y los de Illinois llevan 18 años sin saborear el éxito absoluto. De primeras, las diferencias son más que las similitudes, en filosofía, en modo de jugar y en historia. Sin embargo, ¿qué les hace formar parte del mismo saco en la actualidad?

Spurs y Bulls, son los únicos planteles que han sido capaces de vencer a Golden State Warriors como visitantes. La cosa tiene mérito dadas las circunstancias y el poderío que los californianos demuestran en su feudo. Más que poderío, suma superioridad o incluso abuso a unos rivales que en su mayoría son incapaces de derribar los cimientos del Oracle Arena de Oackland.

Han sido 34 las veces que los equipos que visitan el estadio de la bahía de San Francisco se tuvieron que marchar con más pena que gloria e interiorizando los vítores ensordecedores de una de las hinchadas más apasionadas de la liga. Hasta la apabullante victoria ante Washington Wizards del lunes, los Warriors solían derribar a sus oponentes por una diferencia superior a los 15 puntos por cita en actuaciones que les han catapultado como el quinto mejor equipo en su cancha de la historia de la liga y el mejor desde los Bulls de la temporada 1995-96.

Los Wizards se fueron a casa. Blanca la cara, pálida, y lleno el saco de puntos en contra (31 para ser exactos). Más poderío.

Y así siguen los Warriors, batiendo marcas tras marca. Líderes en anotaciones por partido (109.7 ppj), en asistencias (27.2 apj), líderes en eficiencia ofensiva y defensiva (el único equipo en hacer lo propio en 30 años fueron aquellos Bulls), capaces de imponer un ritmo trepidante a sus juegos, haciendo mejores las victorias en casa gracias a las logradas a domicilio. Acumulan siete encuentros vencidos al hilo, el último el martes ante Portland Trail Blazers lejos de su feudo por una diferencia de 14 puntos. Cuántas demostraciones de superioridad están mostrando los Warriors ante potenciales rivales en playoffs.

Más allá de los récords, de las comparaciones con aquellos Bulls de ensueño que salieron campeones, de contar con una potencial Jugador Más Valioso como es Stephen Curry, de tener un quinteto inicial de ensueño como es el formado por Curry, Thompson, Green, Bogut y Barnes (el equipo tiene un récord de 42-3 cuando todos inician los juegos) quienes ostentan el mayor número de victorias en una temporada por detrás de los Bulls de la campaña 95-96; más allá de los números, de la eficiencia en los triples, de la velocidad, del ritmo, del intenso movimiento del balón y del carácter que Kerr y el resto del cuerpo técnico le ha brindado a los Warrior, está la confianza, un elemento imposible de pasar por alto.

Confianza, ganas de agradar y de demostrar de una vez por todas que son un equipo candidato a hacerse con el anillo. La última vez que eso ocurrió fue en 1975, último año en que lograron un título de conferencia.

¿Será éste el año de los Warriors? A juzgar por todas las virtudes que están mostrando, todo indica que sí.

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