Carlos A. Nava 9y

Russell Wilson entrena con Vigilantes

SURPRISE, Arizona -- Para nada importó la intercepción que sufrió en el último pase que lanzó en la NFL y muchos menos la derrota en el Super Bowl que recién se jugó.

El mariscal de campo de los Seattle Seahawks Russell Wilson es toda una personalidad donde quiera que se presente, incluso en las Grandes Ligas.

Wilson asistió por segundo año consecutivo al campamento primavera de los Vigilantes de Texas en Surprise, Arizona, donde entrenó ofensiva y defensiva; ocupó la segunda base, que es su posición primavera en el beisbol.

Y conectó un jonrón en su primer turno en la práctica de bateo de los Rangers.

"Es un honor estar aquí", dijo Wilson. "Cuando eres un niño, siempre tuve el sueño de jugar dos deportes, así que estoy agradecido por la oportunidad de jugar con esos grandesligas y tomar algunas rolas con ellos"

Llegó más temprano que la mayoría de los peloteros de los Rangers para sesión de caja de bateo en las jaulas individuales.

Wilson se notaba contento y relajado como pocas veces, incluso desde antes de que sus Seahawks perdieran el Super Bowl XLIX, después de que lanzara una intercepción en los segundos finales del partido.

Y la gente, sus aficionados y los que no lo son tanto, también parecen idolatrarlo como antes, como si nada hubiea sucedido.

"Una intercepción la sufre cualquiera", dijo Jasmin, quien vestía el jersey con el número 12 de los aficionados de los Seahawks. "Él nos llevó dos veces seguidas hasta el Super Bowl. Es un gran jugador y una gran persona".

Wilson provocó furor entre los aficionados, aunque en realidad, tal vez ya acostumbrados a verlo con la casaca de Texas, asistieron en menor cantidad que el año anterior.

La prensa tampoco invadió el campamento por millares, como sucedió la primera pretemporada que se uniformó con spikes y guante, en marzo pasado.

El quarterback compartió vestidor en la casa club de los Rangers con el resto de los peloteros, ubicado entre dos de los principales estrellas, Adrián Beltré y Elvis Andrus.

Ambos coincidieron en que Wilson se comportaba de manera sencilla, con personalidad tranquila y que aún tenía facultades beisboleras; las que lo llevaron a ser reclutado en la cuarta ronda del draft colegial de Grandes Ligas por los Rockies de Colorado en el 2010.

"Es tranquilo", dijo Andrus. "Se porta como uno más de los muchachos. Y tiene buen guantes y sabe pararse en la caja de bateo. Es buena onda, deberíamos traerlo más seguido...".

Andrus dijo que las bromas por la derrota en el Super Bowl también aparecieron, sin que Wilson se molestara.

"Al principio no sabía si se iba a enojar, pero total, le dije que tuviera cuidado cuando me pasara la pelota en el short stop, no se lo fuera a interceptar", bromeó Andrus.

La noche anterior, Wilson fue invitado a una cena con los Rangers, en la que dijo que intentó motivarlos y hablarles sobre el trabajo, dificultad, que lleva llegar al máximo nivel de cada deporte; ganar campeonatos.

"Les dije que la consistencia en el trabajo daba frutos más temprano que tarde", mencionó. "Cada detalle, cada centímetro, cada gota de sudor, puede marcar la gran diferencia entre ganar y perder. Estos muchachos me impresionan porque su ética de trabajo es muy grande".

Wilson pasó algunos minutos con los aficionados en las áreas públicas; se tomó fotografías y firmó autógrafos.

Wilson acompañó durante todo el partido de este sábado a los Rangers en la caseta. Pero igual que el año pasado no participó dijo que por conciencia propia e instrucción de los Seahawks para evitar el riesgo de lesiones.

Después, estuvo en conferencia de prensa, donde respondió todo tipo de cuestionamientos a la menor cantidad de periodistas comparado con el año anterior.

La gran diferencia de este año en la práctica es que participó también en la sesión de bateo y hasta pegó un cuadrangular.

"Hay algo especial con respecto a lanzar un touchdown porque es bien difícil pasar tirar touchdowns", dijo Wilson, de 26 años. "Pero conectar un jonrón también se siente bien".

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