MADRID -- Dudas. Críticas a un sistema con el que durante ocho años España lo ganó todo. Orgullo nacional hasta hace nada, la selección que dirige Vicente del Bosque pierde el brillo y la confianza de una afición temerosa a un retroceso de más de 30 años. Al sufrimiento para clasificarse a los torneos grandes. A llegar como la gran esperanza para salir por la puerta de atrás.
España se encuentra en un momento de evaluación de valores futbolísticos a futuro y tendrá en Amsterdam una de sus pruebas más duras al enfrentarse al último verdugo. Holanda. El vigente campeón Europeo no ha podido reponerse al duro golpe que costó su eliminación en el Mundial de Brasil de 2014. Ese 5-1 que la selección entonces dirigida por Louis Van Gaal mandó a los campeones defensores de vuelta a casa desde el primer partido.
La selección lucha por hacer olvidar la decepción mundialista, pero resulta difícil si el recelo de la afición española solo cede momentos y vuelven los reclamos al menor percance, así sea en un partido sin carácter oficial.
Después de Brasil, la Roja ha disputado siete encuentros, dos amistosos y cinco de clasificación hacia la Eurocopa 2016. Con cuatro victorias y una derrota, España se mantiene segundo en la clasificación a la torneo que se disputará en Francia, en gran parte, gracias a la victoria por 1-0 sobre Ucrania del pasado viernes que ayudó a que tomara aire luego de quedar empatado con los ucranianos tras la derrota por 2-1 ante el líder del grupo, Eslovaquia. El triunfo en Sevilla, sin embargo, no fue suficiente para convencer a prensa local y afición.
"Antes la crítica siempre era favorable y ahora se pone mucho el acento en lo negativo", reconoció este lunes Vicente del Bosque.
En ese afán de dar carpetazo a lo sucedido y mirar hacia el futuro, España ha empezado una revolución gradual. Cambios apenas perceptibles en los partidos de carácter oficial y pruebas de candidatos a miembros permanentes de la Roja que no han salido del todo bien, pues no ha logrado vencer en ninguno de los encuentros amistosos que ha disputado desde entonces cayendo por 1-0 ante Francia y Alemania.
Para Del Bosque no pasa por alto el simbolismo del encuentro de este martes. Se trata del enemigo que hirió de muerte el orgullo de una afición hispana que clama venganza. Simbólica y estratégicamente, el técnico no quiere que se le compare al partido anterior. De aquel encuentro, solo han acudido ocho hombres a las filas de la Roja en esta ocasión y únicamente dos, Fàbregas y Pedro, jugarán de inicio.
Esta vez, serán David De Gea, Dani Carvajal, Albiol, Bartra, Juan Bernat, Mario Suárez, Cesc, Santi Cazorla, Pedro, Juanmi y Vitolo. Un equipo inédito y con dos debutantes con una difícil misión, la de mitigar esa negatividad que envuelve al combinado nacional.
"No tengo sed de venganza contra Holanda", aseveró Del Bosque, quien hace cinco años dio a España su primer Campeonato Mundial al vencer, precisamente, al representante de los Países Bajos. "Creo que es conveniente sacar un equipo nuevo para mañana (martes)", añadió el técnico, anunciando así el debut de Vitolo y Juanmi. 55 y 56 desde 2008; 14 y 15 desde la conclusión de la Copa del Mundo. Sangre nueva para tomar un respiro y, quizás, acabar con la ambigüedad de resultados y matar al fantasma que los persigue desde la concentración de Curitiba. Aunque del Bosque y sus hombres aseguren "no pensar en Brasil".