Martín Bater 9y

Promesas grandes, equipo chico

En Nueva York todo se sobredimensiona y (casi) todo se perdona, pero lo único inaceptable es la irrelevancia. Eso es exactamente lo que los Brooklyn Nets han sido, irrelevantes, desde que se mudaron provenientes desde Nueva Jersey en el 2012 con aspiraciones de campeón y la billetera sin fondo de un billonario europeo con un nombre excéntrico llamado Mikhail Prokhorov.

Las historias de modelos que hacían fila para estar en sus yates convertían a Prokhorov en el James Bond ruso de la NBA, y el 21 de septiembre del 2012 él - agrandado y sin tener la más pálida idea de lo que cuesta ganar en la mejor liga del planeta - hizo la siguiente promesa tras su glorioso arribo en la Gran Manzana: ¨Mi expectativa es conseguir un título durante los próximos tres años¨.

Eso sucedió dos años después de su arribo en el 2010 como dueño de los entonces New Jersey Nets, cuando hizo una garantía similar con fecha de vencimiento en el 2015.

Bueno, ya han pasado dos de esos tres años, el tiempo está por acabarse y el anillo de campeón sigue tan elusivo como nunca para un equipo que si sería representado por una serie de televisión esa sería ¨The Walking Dead¨, ya que la mayor parte del tiempo los Nets parecen unos zombis deambulando por la cancha sin propósito alguno.

Los nombres rutilantes sobran: Deron Williams, Joe Johnson, Brook Lopez. Ese es su ¨Súper Trio¨ que de súper no tiene nada. Ellos no han llegado siquiera a las finales de la Conferencia Este desde que se mudaron a Brooklyn en el 2012.

Sí, los Nets han ganado siete de sus últimos nueve juegos y le otorgaron una resonante paliza a unos Cleveland Cavaliers desganados, pero eso apenas los eleva a una marca de 32-40 hasta este martes como reflejo de la triste historia del equipo que nunca llegó a cumplir con su prometedor potencial.

En vez de estar peleando por, digamos, el primer lugar de la temporada regular, los Nets actualmente van novenos en la lucha más patética por el último cupo a los playoffs de los últimos tiempos.

Cuando se publicó esta nota ellos estaban empatados con los Boston Celtics de Kelly Olynyk y Marcus Smart con dos partidos menos y 10 por jugar, y esa es una mancha que no se borra.

Los Nets han involucionado desde aquella fortuita promesa de Prokhorov con una marca de 49-33 en la temporada 2012-13, 44-38 en la 2013-14 y ahora esta campaña perdedora.

Ellos son los anti-Spurs, el egoísmo reina en un ambiente tóxico que parece basarse en el lema de ¨yo primero, yo segundo y yo tercero¨. ¿Sino como se explica que ellos no se ubiquen por encima del vigesimosegundo puesto en puntos (97,5), rebotes (42,3) y asistencias (20,7) por partido?

Tampoco es como que lo compensan con un vigor defensivo admirable, sino que es más de la misma mediocridad de siempre en decimonoveno lugar permitiendo 100,6 puntos por encuentro.

Los colores de su camiseta serán blanco y negro, pero en realidad los Nets son una entidad gris. Por lo menos los Knicks tocan fondo y aspiran a volver a subir eventualmente, en Brooklyn están en el peor limbo del deporte y no hay Jay-Z ni Beyonce que los salve.

Kevin Garnett y Paul Pierce habían llegado a Nueva York con pedigrí de campeones provenientes de Boston para darle el que los dirigentes pensaban que sería el empujón final a un equipo con garantía de éxito a futuro, pero ahora ambos están en Minnesota y Washington respectivamente.

O sea, tanto Garnett como Pierce decidieron que su segundo anillo de campeón no llegaría en Nueva York y prefirieron marcharse a una franquicia que solo puede ganar la lotería del Draft en el caso de KG y a otra que tampoco inspira mucha confianza pero que al menos cuenta con un prometedor núcleo de jugadores jóvenes en el caso de Pierce.

Mientras tanto, Deron Williams es un fantasma y no se parece en nada a aquel jugador que se disputaba el título de mejor base de la liga con Chris Paul cuando jugaba para el Utah Jazz.

Algo se rompió desde su llegada a Brooklyn en el 2011, y las estadísticas no mienten. Es más, comparemos a su rendimiento desde que Prokhorov hizo esa promesa hasta ahora, ¿qué les parece?

Temporada 2012-13: 18,9 puntos, 7,7 asistencias, 36,4 minutos, 44,0% de efectividad en tiros de campo. 78 partidos, todos como titular.

Temporada 2013-14: 14,3 puntos, 6,1 asistencias, 32,2 minutos, 45,0% de efectividad en tiros de campo. 64 partidos, 58 de titular.

Temporada 2014-15: 12,8 puntos, 6,3 asistencias, 30,7 minutos, 38,3% de efectividad en tiros de campo. 58 partidos, 45 como titular.

Williams pasó de ser titular indiscutido capaz de anotar a voluntad a ser un armador cualquiera, tan ordinario como Mario Chalmers o Mo Williams.

Las lesiones se llevan parte de la culpa, pero él también apenas tiene 30 años de edad y mientras que su techo todavía le queda lejos todavía no debería tener que llegar al suelo, el cual sin lugar a dudas fue su actuación de cero puntos, seis asistencias y siete rebotes contra el Miami Heat en el segundo juego de la serie de los playoffs del año pasado.

Sus promedios en aquella serie que los Nets perdieron por 4-1 contra LeBron y compañía fueron de 11,8 puntos y 6,2 asistencias. Williams no potenció su rendimiento cuando sus compañeros más lo necesitaban.

Brook Lopez, por su parte, se ha visto plagado por las lesiones y solo disputó 17 encuentros la temporada pasada y 62 en esta, 34 desde el arranque mientras ha sido una constante fuente de rumores de canje.

Joe Johnson es lo que es, un jugador unidimensional con capacidad para inspirarse como anotador pero no un líder nato que mejore el nivel de su equipo.

Eso sí, es probable que los Nets clasifiquen a la postemporada.

Seis de sus últimos 10 encuentros de la campaña regular son en casa y ellos cuentan con una derrota menos que los Celtics por ahora a pesar de que perderían un potencial desempate mano a mano con ellos al haber sido derrotados en tres de sus cuatro enfrentamientos.

Sin embargo, el techo en Brooklyn probablemente no vaya más allá de un séptimo u octavo lugar y una eventual caída en su eventual serie contra Cleveland o los Atlanta Hawks en la primera ronda de los playoffs esta temporada.

Otro año pasará y la promesa de Prokhorov se hará añicos. El dueño de los Nets se trajo sus miles de millones desde Rusia y se burló del tope salarial, pero finalmente se está dando cuenta de que en la NBA la billetera no siempre mata galán.

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