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Técnicos en la mira

Fotobaires.com

No hay vuelta que darle. Cuando los resultados no acompañan los técnicos siempre quedan en la mira. Y son el principal fusible para la dirigencia a la hora de tomar decisiones. En los torneos cortos, de sólo 19 fechas, una racha negativa dejaba a los equipos casi sin chances de ser campeón, o los hundía sin remedio en la tabla de los promedios. No había margen de error.

Una de las ventajas de los torneos largos estaba en que podían garantizar los procesos a largo plazo y la continuidad de los entrenadores. Un mito que se empieza a romper con el correr del presente certamen de Primera División. Jugadas ocho fechas ya son tres los entrenadores que perdieron el puesto y hay muchos otros que se encuentran en la cuerda floja.

El primero en caer fue Reinaldo Carlos Merlo. Mostaza venía de ascender con Colón de Santa Fe desde la B Nacional, tras asumir sobre el final del torneo y meter cuatro victorias al hilo que dejaron a los Sabaleros en Primera. Sin embargo, llegaba sin contar con el respaldo de muchos de los referentes del plantel. El creador del paso a paso no duró mucho: una derrota en el debut, ante San Lorenzo y de visitante, y cuestionamientos internos por el planteo futbolístico alcanzaron para que fuera despedido.

Un nuevo récord sin dudas para el fútbol argentino. La pregunta es: ¿no sabía a dirigencia que tipo de entrenador contrataba? Así, apenas en la segunda fecha, Colón salía a la cancha con DT interino y con el plantel que el propio Merlo había armado en la pretemporada. Insólito.

Omar Labruna siguió el mismo camino en la séptima fecha. El ex entrenador de Nueva Chicago también había logrado el ascenso en el semestre pasado. La falta de resultados fue el detonante, aunque en los últimos partidos el equipo había mostrado reacción, tras avanzar a una nueva fase en la Copa Argentina y empatar, con un hombre menos y de visitante, ante Argentinos Juniors. Hace un año Chicago estaba jugando la B Metropolitana y ni siquiera soñaba con jugar en la A, pero está claro que la gente tiene poca memoria y la dirigencia, también.

El último en dejar su cargo fue Roberto Sensini, tras el empate de Atlético Rafaela 1 a 1 contra Temperley. La Crema no gana desde noviembre del año pasado, pero sufrió bajas de jugadores importantes, como la de Lucas Albertengo, hoy en Independiente.

Chicago está último, Rafaela anteúltimo y Colón se ubica 23°, no muy lejos de los puestos de abajo. Está claro que los entrenadores, salvo en casos especiales, suelen ser despedidos cuando los equipos no ganan. Es una obviedad. Pero en un torneo largo, donde hay más tiempo para trabajar y para recuperarse de un mal comienzo, estas decisiones parecen apresuradas. Más con equipos como Chicago y Colón, que vienen del ascenso y se están adaptando a la nueva categoría.

Pasadas ocho fechas son tres los despedidos, pero la cifra puede incrementarse en el corto plazo. Martín Palermo viene de perder con Arsenal un nuevo partido, todavía no ganó y sabe que no le queda mucho margen: si no logra un triunfo la fecha que viene pasará a formar parte de los DTs que buscan trabajo.

Walter Perazzo, entrenador de Olimpo, también llegará golpeado a la novena fecha, luego de un arranque sin triunfos y tras perder contra Colón. Ya fue ratificado por el presidente del club bahiense, pero se sabe que cuando un presidente sale a confirmar la continuidad de un técnico, el DT tiene los días contados.

Julio César Falcioni dependía y mucho del resultado ante el recién ascendido Crucero del Norte, luego de un flojo comienzo y la dura derrota sufrida contra Sarmiento por 4 a 0, en el Centenario. Habrá que ver cómo sigue la campaña del Cervecero.

Pedro Troglio, ídolo en Gimnasia, ya avisó que depende de los resultados. Ni siquiera él, un entrenador con espaldas y muy querido por la gente del Lobo puede escapar a la locura que invade al fútbol argentino.

Y seguramente habrá más movimientos en los bancos antes de la décima fecha, dentro de un torneo que tiene 29 y al que le queda un largo camino por recorrer. Sobran casos en donde se demuestra que un proceso a largo plazo, con resplado dirigencial y orden institucional ayuda a las buenas campañas: Ricardo Zielinski en Belgrano es un buen ejemplo de continuidad en Primera División.

Pero Belgrano y Zielinski son una excepción. El fútbol argentino vive con tanta intensidad que no admite errores. No importa si el torneo es corto o es largo, la trayectoria del DT, el proyecto a largo plazo. Hay que ganar o ganar, no queda otra.