Dos jugadores deshojan la margarita mientras la temporada regular llega a su fin. El temido y disputado Oeste podría condenar al ostracismo a dos líderes que de apuntar maneras para Jugador Más Valioso podrían quedar apeados de la postemporada. Como si de un chasquido se tratase, con la duración de un chispazo, de la forma más abrupta se desvanecen las esperanzas.
Russell Westbrook y Anthony Davis están realizando campañas brillantes, dignas de jugar una postemporada y probar suerte en la élite de los mejores 16 equipos de la competición, no obstante, uno de los dos quedará fuera. Oklahoma City Thunder (42-36) y los Pelicans de Nueva Orleans (42-36) se están disputando la octava plaza en el Oeste. Con las clasificaciones definidas y a falta de configurar las posiciones de de cara a la ventaja de campo (Golden State es el único plantel que con todo definido), esas son las dos franquicias que actualmente se juegan el todo por el todo.
Bien es cierto que Phoenix Suns todavía tienen algunas opciones, aunque deberían hacer un tramo final inmaculado y que o bien Pelicans o bien el Thunder, o los dos, no sean capaces de ganar ninguno de los juegos que le quedan. Las opciones de los de Arizona son muy reducidas y todo se reduce a la capacidad de OKC y Nueva Orleans de ganarlo todo.
En este momento, después de que Westbrook y los suyos hayan sufrido cuatro derrotas consecutivas, los Pelicans están ocupando la plaza de playoffs y dependen de ellos mismos para conservarla hasta que finalice la campaña regular. Han ganado la serie ante sus inmediatos perseguidores (3-1) y son ellos precisamente los que tienen el calendario más complicado de ambos conjuntos. Davis tendrá que llevar a sus compañeros al mismo lugar donde les condujo ante los Warriors, franquicia a la que vencieran el martes. Fallaron el miércoles frente a Memphis Grizzlies y si logran el mismo éxito que ante los californianos frente a Phoenix Suns el viernes, Houston Rockets el domingo, Minnesota Timberwolves el lunes y San Antonio Spurs como cierre, asegurarían su plaza. No es fácil.
El Thunder tiene la cosas más 'sencillas' a priori. Sacramento Kings el viernes, Indiana Pacers el domingo, Portland Trail Blazers el lunes 13 de abril y Minnesota el miércoles 15 son los huesos que deberán roer los de Oklahoma. En el caso de quedar fuera de los playoffs, Westbrook se perdería su primera postemporada por causas meramente deportivas. Desde la campaña 2009-10, el armador ha jugado un total de 64 partidos de postemporada en los que logró 24.1 ppj y 6.7 apj en 37.8 minutos por partido.
Esta campaña está registrando números de infarto con 27.5 ppj, 8.6 apj y 2.1 robos por juego. Se trata de temporada más prolífica de las siete que acumula en la NBA y sería un sacrilegio el hecho de quedar apeado de los playoffs. Su capacidad para asumir el liderazgo del Thunder después de un año marcado por las lesiones de Kevin Durant ha sido fundamental para catapultar su carrera. Acostumbrado a ser el segundo mejor jugador del equipo y tras pasar por varias lesiones en su periplo por la NBA, sería una oportunidad de oro para Westbrook el lograr una primera ronda en la que se vería las caras contra los Warriors. Habría muchas ganas de ver ese emparejamiento entre el base de Oklahoma y Stephen Curry, otro de los candidatos indiscutibles para lograr el JMV.
El caso de Davis es muy diferente. Está afrontando su tercera temporada como profesional y su crecimiento está siendo espectacular. Sus 24.5 ppj y 10.3 rpj de este año han marcado el máximo de su corta carrera y cuenta con 40 dobles-dobles que le colocan como el sexto jugador que más veces han logrado esta meta esta temporada. Incapaz de clasificar para la postemporada en las dos campañas anteriores, esta podría ser una oportunidad de oro para formar parte de la élite y ocupar los focos de toda la nación en una hipotética serie ante los Warriors.
Ambos merecen un hueco en la postemporada y los dos deberían ser parte de la zona noble de la NBA. Tan solo quedará en liza uno de ellos.