Jane McManus
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El terrible amor con War Machine

Christy Mack a veces mira su nuevo rostro, y se pregunta a sí misma si es mejor que el anterior. Hay diferencias.

Sus radiantes ojos solían ser un poco más expresivos. Ahora necesita lentes debido a la manera en que se recuperó su tejido muscular. "Está bien", dice. "Se ven lindos"

Su boca cambió de forma después de que se le rompieran tantos dientes. Tiene dientes postizos, pero están disparejos, como medida provisional para que pueda comer con normalidad. No aparecerá sonriendo en las fotos hasta que se los arreglen bien.

"Durante semanas no me vi en el espejo", dice Mack.

Analiza su rostro como si no fuera el suyo. Imaginen eso, le quitaron el elemento de reconocimiento más básico.

"Con solo tocarme la cara supe que no estaba en buen estado", dice. "Así que cuando me miraba en el espejo, sentía que no era yo. Esa persona no era yo. Es muy difícil vivir sin ser tú mismo".

A pesar de todos los huesos rotos, del daño en el hígado y del moretón en el muslo que la dejó sin caminar por una semana, Mack tiene otra vez su inconfundible personalidad, la cual porta junto con un par de jeans y un suéter azul de cuello redondo. Su humor subversivo está intacto.

Es un caluroso día en la cúspide de la primavera, cuando vivir en Las Vegas parece un engaño a los crueles inviernos que se viven en un pequeño pueblo del Medio Oeste, como Edinburgh, Indiana, donde creció. Mack deja salir a sus pitbulls, Cleopitra [sic] y Pitrick Swayzee (¿entienden el doble sentido?), al patio donde brilla el fuerte sol desértico.

A pesar de su fama actual, Mack, de 23 años, tuvo una infancia aparentemente convencional. Fue porrista en su último año de preparatoria. Trabajó en la tienda Nike de la plaza comercial de la zona. Por supuesto, no puede decirlo con certeza, pero Mack cree que fue la última persona de su escuela en perder la virginidad.

Se casó con su novio a los 18 años, y se dedicaba a cuidar de sus perros mientras su esposo se iba a trabajar a una agencia de automóviles. Y si ahí acabara la historia, la vida de Mack habría sido completamente aburrida y normal. Pero se sentía intranquila, inadaptada. Así que cuando le propusieron posar desnuda, renunció al Medio Oeste y al matrimonio, y se fue a Miami con los ojos bien abiertos.

Su aspecto único: complexión curvilínea, tatuajes finamente diseñados, una larga mohicana negra y su afinidad con sus serpientes mascota, la lanzó directamente al estrellato, hasta la cima de la industria cinematográfica para adultos. Disfrutó de gratificaciones y algo de fama clandestina.

Pero jamás pensó que su aventura se convertiría en uno de los casos más horribles de violencia doméstica de la historia, presuntamente a manos de un famoso atleta.

Sentada en un sillón blanco de piel, en su casa cercada, a unas cuantas millas de Las Vegas Strip, Mack ha decidido, sin importar que tenga un rostro nuevo o no, que otra vez se siente bien. Inclusive se ríe de las partes que todavía le parecen extrañas.

"Me di cuenta de que las partes falsas de mis dientes brillan en la cama de bronceado. Eso es gracioso, supongo. Me da gusto que eso no pase con mis senos..." compartió en Twitter en diciembre.

A altas horas de la madrugada, el 8 de agosto de 2014, la fiscalía nocturna de Las Vegas alegó que Mack fue casi muerta a golpes por el ex peleador de la UFC, Jon Koppenhaver, alias el "War Machine". La belleza de Mack era aún la característica que más la distinguía, y se dedicaba a modelar.

Cuando Christine Mackinday comenzó su carrera, la pequeña rebelde de 1.55 m barajó diversas opciones de peinado hasta quedarse con la negra mohicana larga. Le daba un aspecto de renegada, que desafiaba con estilo a todas las rubias intercambiables de la industria de los espectáculos para adultos. Portaba su cabellera como símbolo de pertenencia a una tribu aún por descubrir, con lo que atrajo a una gran cantidad de ardientes fanáticos al hacer la transición de fotografías al desnudo a videos para adultos.

Cuando conoció a Koppenhaver en la primavera del 2013, ya era una estrella de porno consolidada. War Machine (Koppenhaver cambió legalmente su nombre en el 2008), brincaba de un lugar a otro, de la UFC a muchas otras organizaciones de artes marciales mixtas (conocidas por sus siglas en inglés, MMA o Mixed Martial Arts), y ya había incursionado en la pornografía él mismo. Había pasado un tiempo en la cárcel, luego de múltiples arrestos, debido a peleas en bares. Ella no se enteró de esos problemas hasta que ya se había enamorado de él.

Se conocieron en una sesión fotográfica. Mack no se sentía bien, tenía neumonía, así que él se ofreció a ir al hotel y cuidarla. Él quiso acompañarla, a pesar de que ella le había dicho que no iban a tener relaciones sexuales. Comieron pizza y charlaron, y Mack se sintió cuidada. "Tuvimos una conexión increíble", dice Mack. "Me enamoré rápidamente".

Koppenhaver no aprobaba su trabajo, pero fueron pareja durante un año, e inclusive vivieron juntos en dos ocasiones en la casa de ella en Las Vegas. Cuando War Machine participaba en una pelea de la MMA, ella era la hermosa y llamativa estrella porno que siempre se sentaba a un lado de la jaula durante las peleas. Sin embargo, ella afirma que la violencia se empezó a trasladar de la jaula a la casa.

"Él adoptó un comportamiento abusivo luego de cinco o seis meses, pero para ese entonces yo ya estaba totalmente enamorada", afirma Mack. "Tan, tan enamorada. La primera vez pensé: "Ay, nunca volverá a suceder". Al día siguiente, se quedó conmigo en vez de ir a entrenar y me mimó. Siempre después de pegarme, pasábamos los mejores días de nuestra relación".

Ella dejó de hacer películas por petición suya, y se limitó a hacer fotos y apariciones. Pero, por supuesto, como muchas víctimas de violencia doméstica lo corroboran, eso en realidad no mejoró la situación. Una relación que comenzó con ternura, se convirtió en todo lo contrario.

La relación terminó, volvió a empezar y volvió a terminar, pero Mack continuaba sintiéndose atraída hacia Koppenhaver. Mantuvieron el contacto y, el 8 de agosto de 2014, la fiscalía afirma que él usó su antigua llave para entrar en la casa, en donde ella y su amigo Corey Thomas dormían, antes de una convención de tatuajes.

Lo que pasó luego, según la acusación, es una explosión de celos que se convirtió en una horrible exhibición de violencia. En los documentos judiciales se describen 36 diferentes delitos cometidos por Koppenhaver, los cuales incluyen intento de asesinato... es difícil leer los detalles violentos. (Favor de notar que lo que están por leer es información proporcionada por Mack, Thomas, el informe de la policía y la fiscalía. El abogado de Koppenhaver, Brandon Sua, rechazó una solicitud de entrevista con su cliente, quien se encuentra en confinamiento solitario y no le está permitido hablar. Se incluyen comentarios de Sua, cuando procede).

Mack y Thomas se despertaron cuando Koppenhaver entró en el cuarto, encendió las luces y empezó a lanzarle golpes a Thomas. En su testimonio, Thomas dijo que Koppenhaver lo golpeó varias veces y lo mordió en la cara, antes de que lo sujetara por el cuello. Luego de diez minutos, testificó Mack, Koppenhaver le dijo que se fuera de la casa y que no denunciara el incidente a la policía. Thomas se fue de la casa, y no llamó a la policía.

De acuerdo con la fiscalía, Koppenhaver luego comenzó a golpear a Mack. La golpeó varias veces, hasta que ella perdió el conocimiento al menos una vez, y la pateó en un costado del cuerpo.

Mientras ella yacía tirada en el piso del baño, Mack dice que Koppenhaver supuestamente le dijo: "Esa es mi v___a, y la voy a recuperar ahora". En determinado momento, declara Mack, Koppenhaver tomó un cuchillo y la amenazó. Ella dice que acabó desnuda en la regadera, aunque no recuerda si él la desvistió o si le ordenó que se quitara la ropa. Ella le dijo a la policía que Koppenhaver intentó violarla, y la fiscalía lo acusó de abuso sexual. En su testimonio, Mack declaró haber escapado de la casa cuando Koppenhaver salió del cuarto para ir a la cocina. Escuchó el sonido del choque de metales y creyó que él había ido por otro cuchillo.

Mack dice que corrió desnuda hasta la casa de un vecino, saltó la reja y suplicó que le abrieran. Los vecinos no la dejaron entrar, pero la dejaron esconderse atrás de una barda, en lo que llamaban a la policía.

La golpiza la dejó sin poder caminar por una semana, debido a las lesiones que sufrió en un muslo. Se le reventó el hígado por los golpes y las patadas que recibió. La lesión en el hígado fue tan grave que los doctores optaron por no operarle la cara por preocupación de que no pudiera soportar la anestesia. Terminó con 18 huesos fracturados, la nariz rota, varios dientes rotos y algunos faltantes, y una costilla fracturada.

Pero quizá nada la lastimó más que lo que Koppenhaver le hizo a su identidad. En algún punto esa noche, dice Mack que él tomó el lado menos filoso del cuchillo y le empezó a serruchar cuidadosamente el cabello.

Cuando acabó, el sello característico de Mack, su mohicana, era un montón de cabello en el piso.

Luego de que los vecinos llamaron a la policía, la historia salió a la luz pública. Mientras las autoridades realizaban una búsqueda organizada para encontrar a Koppenhaver, Mack se dedicó a publicar impactantes imágenes de sus lesiones en Twitter, provocando una reacción viral. Hasta Dog the Bounty Hunter anunció que ayudaría a buscar a Koppenhaver.

Comenzaron a surgir todo tipo de rumores y falsa información sobre lo que había sucedido esa noche. Mack vio comentarios en las redes sociales que especulaban que ella no estaba realmente herida o que ella había lastimado primero a Koppenhaver. Nos recordó la manera en que mucha gente vio en un inicio la noticia relacionada con Ray Rice en febrero de 2014, cuando la gente se encogió de hombros y dijo algo como "nunca sabes qué es lo que en realidad sucede en un matrimonio".

Frecuentemente, en casos de violencia doméstica, se tiende a culpar a la víctima, pero también parecía haber algo de trasfondo burlesco relacionado con la profesión de Mack.

Por ello expresiones como: "Ella es solo una estrella de porno. Zorra. Seguramente le gusta que la maltraten", eran comunes.

Pero tres días después, la narrativa cambió drásticamente cuando Mack publicó en Twitter fotos muy gráficas y su descripción del incidente. Los noticieros y blogs publicaron las fotos en múltiples ocasiones, y hubo más de 40,000 retweets".

Muy pronto, la conversación dio un giro. Ver las imágenes de la violencia doméstica (como en los casos de Mack, Rihanna y Janay Rice) supera por mucho leer al respecto. La horrenda y visceral realidad de las lesiones de Mack era ineludible, e hizo que la gente se sintiera incómoda. Eso era precisamente lo que Mack quería lograr. "Esto es inaceptable", dijo Mack sobre su decisión de combatir el rumor con evidencia. "No voy a quedarme acostada en la cama del hospital y dejar que la gente diga que hice algo mal. Esto es lo que ocurrió, así que decidí contárselo al mundo".

Koppenhaver no dejó de clamar su inocencia ni de publicar en Twitter durante la búsqueda organizada: "No soy un tipo malo. Fui a sorprender a mi novia, a ayudarle a preparar su show y darle el anillo de compromiso, y terminé luchando por mi vida."

Luego añadió: "La policía nunca me escuchará imparcialmente, nunca me creerá. Sigo sin saber qué hacer, pero al final del día, todo esto me rompe el corazón".

La empresa donde trabajaba Koppenhaver en aquel momento, Bellator, inmediatamente dio por terminado el contrato con "War Machine". El presidente de Bellator, Scott Coker, dijo que en cuanto vio las fotografías tomó la decisión. Era nuevo en el puesto, pero quería mandar un mensaje a todo el mundo, diciendo que este tipo de maltrato físico no sería tolerado. "Me quedó muy claro que no había lugar en nuestra liga para alguien así", dijo Coker.

Koppenhaver ya se encontraba bajo libertad condicional por delitos anteriores, el peor una riña en un bar en San Diego, en donde maltrató a dos personas. Y Mack había mencionado a través de las redes sociales que él ya la había maltratado en el pasado, antes del declarado incidente de agosto. "No estaba bien que la gente dijera que me lo merecía, cuando nadie tenía idea de cuánto estaba batallando", afirma hoy Mack. "Mi gente me dijo después que no lo debí de haber hecho (subir las fotos y la declaración). Pero necesitaba escribirlo".

Por supuesto, las dudas y los detractores no han desaparecido. Cuando publicó una foto en su cuenta de Instagram en febrero, un usuario respondió: "Maldita sea, War Machine debió haber terminado el trabajo, lástima".

Pero lo que llama la atención sobre Mack es que aceptó que el tribunal y los medios de comunicación mencionaran su nombre después del incidente, aun cuando las presuntas víctimas de agresión sexual, por lo general, son protegidas para que no sean identificadas. Así que sin problema responde al fuego de sus acosadores aleatorios en Instagram y Twitter, en defensa propia o en la de otras mujeres que han sido víctimas de agresión, con la esperanza de hacer cambiar de opinión a uno o dos de ellos. "No hice nada malo, no le dije: 'pégame otra vez'", dice Mack. "Él me maltrató, y la gente no puede ver que ser abusador siempre estará mal. No hay nada que lo justifique. Y la gente no deja de buscar ese motivo".

Incluso ahora, Erin Mackinday se ve delgada y cansada, a pesar de la alegría de su sudadera color de rosa intenso de Las Vegas.

Por más difícil que haya sido la recuperación para su hija, Mackinday casi se hizo pedazos por los hechos ocurridos el verano pasado. La madrugada del 8 de agosto, dice que la despertó un mensaje de texto de Koppenhaver en el que le decía que debería llamar a su hija. Mackinday estaba confundida, así que lo llamó. Le dijo lo suficiente para que corriera a su auto y manejara, presa de pánico, a través de las calles de Las Vegas en las primeras horas del amanecer.

Mackinday detuvo su auto en medio de la calle cuando llegó a la casa de su hija, sin darse cuenta de que bloqueaba el tráfico. Mackinday se abrió paso entre los policías suplicando que le respondieran la más dura pregunta que una madre puede hacer: "¿Está muerta mi hija?"

Cada vez que Mackinday vuelve a narrar la historia, se quiebra en llanto.

"No, su hija está en el hospital", le indicaron.

A sabiendas del gran amor que Mack les tenía a sus mascotas, Mackinday rápidamente recuperó a los pitbulls que se habían llevado las autoridades de control animal y encerró los hurones y las serpientes en una habitación. Después se dirigió al hospital.

En su habitación, Mack prácticamente no podía ver debido a la inflamación en los ojos. Pero reconoció la voz de su madre, que venía por el pasillo.

Cuando su madre entró en la habitación, Mack le suplicó: "Por favor, no llores".

Mackinday aceptó inicialmente, pero cuando tomó la mano de su hija y se la apretó, se derribó en el piso y comenzó a sollozar. "Fue entonces cuando supe que estaba mal", dijo Mack.

Durante la mayor parte de la siguiente semana, su hija permaneció hospitalizada y Koppenhaver eludió su captura. La policía federal de los Estados Unidos investigó una pista que señalaba que había huido y estaba escondido en un Extended Stay America Hotel en California, cerca del lugar donde vivía cuando era niño. (TMZ informó que cuando la policía llegó a la casa de Koppenhaver en San Diego para llevarse dos serpientes exóticas que ahí tenía el peleador, encontraron a Dog the Bounty Hunter en el sitio.)

El domicilio de Mack se hizo público en el informe policial, así que no había un refugio seguro al que regresar, ya que los reporteros habían acampado cerca de su casa. Mackinday se comunicó unas cuantas veces con Koppenhaver, gritándole y suplicándole que se entregara. Del hospital se fue a su casa en Las Vegas, rodeada de cámaras de televisión. Se sentía culpable y enfadada en igual medida, por no haber sido capaz de mantener segura a su bebé.

"La rabia te consume desde adentro porque te sientes impotente", dice ahora Mackinday.

La casa nueva de Mack, a la que se mudó después de que su dirección saliera a la luz pública, se adapta a su estilo personal. Hay diseños gráficos en todas las paredes, persecuciones de coches y chicas Bond.

En el baño de Mack se pueden observar tres tubos de labios gigantes dibujados con tal realismo, que parece que, con un solo beso, te conferirían una boca rojo Chanel. Aquí es donde Mack guarda sus 12 pelucas.

Cabello largo y azul, o corto y rubio, pasó semanas probándoselas. Sin embargo, ella buscaba algo más que cabello nuevo... buscaba una nueva identidad.

Durante ocho meses se probó docenas de pelucas y, finalmente, Mack siente que vuelve a ser ella misma. En enero, Mack se cansó de esperar que su cabello creciera de nuevo. Su solución: se rapó. Después se fotografió calva.

Los lunes, sus 1.2 millones de seguidores de Instagram esperan sus nuevas fotografías NSFW #MackMonday (NSFW es la sigla de la expresión en inglés "not safe/suitable for work", que significa literalmente "no es seguro/apropiado para el trabajo"), y recibió muchos comentarios positivos sobre su nueva imagen. En las redes sociales han aparecido provocadores, pero Mack también encontró una comunidad de seguidores anónimos, muchos de ellos mujeres. Ella inspira una conexión personal peculiar con algunos de sus fans.

En las semanas posteriores al ataque, Mack recibió docenas de cartas que le deseaban el bien. Le escribían con verdadero sentimiento, y muchas relataban historias de sus propios abusos. En el momento más oscuro de su propia vida, a Mack le costó trabajo absorber más dolor. Respondió unas cuantas cartas, y después las guardó en un armario. Tal vez algún día las vuelva a sacar.

Mack considera que algún día, en el futuro, podría llegar a ser una fuente de sanación. Ese día no ha llegado todavía, y de cierta manera continua lidiando con lo sucedido. "Cuando era niña, nunca imaginé llegar a ser esa persona", dice Mack.

Muchas de las mujeres que se ponen en contacto con ella le relatan historias similares a la suya, que siguen el mismo patrón de abuso. En una audiencia preparatoria realizada en noviembre, Mack rindió declaración frente a Koppenhaver en una sala del tribunal. Dijo que había vivido sometida a violencia sexual por parte de Koppenhaver, situación que suscitó risas y sonrisas del acusado. La fiscalía le pidió al juez que se hiciera constar en el registro del tribunal que Koppenhaver había estado riéndose, a lo que sus abogados objetaron.

"Lo vi reírse". dijo el juez. "Se ha dejado constancia".

Cuando Kristen Paruginog, directora de Break The Silence Against Domestic Violence, una red de iguales en contra de la violencia doméstica, se enteró de los insultos que Mack estaba recibiendo por parte de los fanáticos de Koppenhaver, se puso en contacto con ella. Mack ya había hecho una donación a un refugio en Las Vegas un mes antes de su ataque, y buscaba una manera de desahogarse. "Cuenta con una plataforma enorme que podría permitir que su voz fuera escuchada", comentó Paruginog.

Mack unió fuerzas con Break The Silence, aunque sabe que el tiempo que le dedicó a la pornografía complica que la comunidad contra la violencia doméstica la reciba con los brazos abiertos. Las personas que trabajan en sectores relacionados con el sexo no son los únicos que sufren de violencia doméstica, también la sufren aquellos que provienen de familias pudientes o los que tienen trabajos ejecutivos. De hecho, el año pasado, ¡historias sorprendentes de varias estrellas porno han comenzado a salir a la luz! Lo que demuestra que son muy parecidas al resto de nosotros.

Ella espera que el siguiente capítulo de su vida incluya convertir su historia en algo positivo para la causa, a favor de la concientización acerca de la violencia doméstica. Ella testificará en otoño cuando el caso de Koppenhaver llegue a juicio. Asegura que él le mandó un correo electrónico, luego del supuesto ataque: "Te perdono, Podemos mudarnos a la mitad de la nada y criar serpientes".

Él nunca se disculpó.

El 14 de octubre, se encontró a Koppenhaver inconsciente en su celda de la prisión de Las Vegas con una horca de tela improvisada alrededor del cuello. Dejó una extensa nota escrita a mano: "¿Me quieren acusar de agresión y (violencia doméstica)? De acuerdo, háganlo, pero no se precipiten a acusarme de cargos inventados como ¡violación! ¡Intento de asesinato! ¡Secuestro! ¡Y robo! Es imposible que así se haga justicia. Soy una buena persona con un gran corazón, y todos los que me conocen lo saben, en especial Christy".

Los signos vitales de Koppenhaver rápidamente volvieron a la normalidad, y lo ubicaron en una celda de aislamiento bajo estrecha supervisión, para evitar que volviera a intentar suicidarse. Ha estado en comunicación constante con el mundo exterior desde la cárcel, a través de Twitter, y siempre sosteniendo su inocencia. (Sua no confirmó que fuera Koppenhaver quien escribe en Twitter. "Por el momento, no puedo comentar nada al respecto", dijo Sua).

Sus publicaciones en Twitter dicen que encontró a Jesús, y además se pregunta si esta nueva concepción podría haber marcado la diferencia antes. Él y sus seguidores, incluyendo su abogado, escriben en Twitter usando el hashtag "FreeWarMachine" [Liberen a War Machine]. Sue dice que está programada una audiencia de mandamiento de hábeas corpus el 22 de abril, en donde la defensa de Koppenhaver abogará para que lo liberen. "Hay muchas cosas de las que queremos que ustedes se enteren, que el público conozca, las cuales se darán a conocer en el momento apropiado", dice Sue.

Mack seguirá el caso de cerca. El juicio de War Machine está programado, tentativamente, para el mes de septiembre.

"Me dolió mucho saber que se distanció tanto de la situación. Hasta el día de hoy, no ha asumido su responsabilidad", dice Mack. "Culpa a su infancia, me culpa a mí, culpa a las peleas. Dice haber encontrado a Dios ahora, busca cualquier excusa para no asumir la responsabilidad de lo que ocurrió".

¿Qué sigue para Mack? Quiere mantenerse activa en la comunidad contra la violencia doméstica, y dice que ya no hará más películas pornográficas. Espera poder continuar bailando y haciendo presentaciones personales. Hace poco tomó un curso de actualización de "pole dancing" (baile del tubo), lo cual dice disfrutar mucho.

Para el futuro inmediato, Mack está planeando hacerse un tatuaje nuevo. Durante su recuperación, era lo último que quería: dolor auto infligido además de todo el otro sufrimiento.

Pero este será hermoso. Empezará en su hombro derecho, formando un arco y ocupando gran parte de su espalda. Todavía no se ha decidido por ninguna imagen en específico, pero el objetivo será cubrir un tatuaje que se hizo hace tiempo. Uno que todavía sigue ahí. Uno que ya no quiere.

El cual dice: "Property of War Machine" [Propiedad de War Machine].

Jane McManus ha cubierto deportes desde 1998 y comenzó a cubrir fútbol justo antes de la temporada de Brett Favre con los Jets. Su trabajo ha aparecido en Newsday, EE.UU., The News Journal y The New York Times.

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