Chris Lamb 9y

Los dos que intentaron antes que Jackie Robinson

Joe Bostic, editor deportivo de The People's Voice -- un diario en Harlem -- llegó a los entrenamientos de los Dodgers de Brooklyn en la West Point Academy en Bear Mountain, Nueva York poco después del mediodía del 6 de abril de 1975. Bostic estaba acompañado por dos veteranos de las Ligas Negras, el lanzador Terris McDuffie y el guardabosques Dave "Showboat" Thomas.

Bostic le dijo a Harol Parrott, el entonces secretario de los Dodgers, que quería hablar con el presidente del equipo Branch Rickey sobre una posibilidad para los jugadores.

Parrott dijo que Rickey no podía ser molestado porque estaba mirando un partido en otro terreno de práctica en West Point. Como todos los otros equipos de Grandes Ligas, los Dodgers estaban entrenando en el norte porque los viajes en tiempo de guerra impedía que fueran a la Florida.

Bostic insistió en el ver a Ricky. Parrott fue a donde Rickey a llevarle el mensaje.

Si todo salía como fue planificado, Bostic observó, McDuffie y Thomas se convertirían en los primers jugadores afro-americanos desde que Charlie Grant lo intentó en 1901 en por lo menos intenanter jugar para un equipo de Grandes Ligas. En aquel entonces, el mánager que ahora está en el Salón de la Fama John McGraw, quien estaba dirigiendo a los Orioles de Baltimre en el momento, se impresionó lo suficiente con Grant que intentó ir por encima de la línea de color en el béisbol, disfrazando a Grant como un jugador indio con el nombre de Charlie Tokohama. El plan de McGraw fracasó cuando se supo la verdadera identidad de Grant.

Parrott regreso con Bob Finch, el asistente principal de Rickey, quien dijo que el equipo solo daba audiciones a jugadores que tenían invitaciones. Bostic preguntó el por qué el equipo nunca había invitado a un jugador afro-americano. Finch dijo que no tenía respuesta. Le dijo a Bostic que Rickey discutiría el asunto con ellos en el almuerzo.

A eso de las 2:30 p.m., Bostic y los jugadores fueron llevados a un comedor. Unos 15 minutos más tarde, un iracundo Rickey entró al salón gritando palabras soeces hacia Bostic.

"Yo había leído las historias sobre su religión, así que yo estaba sorprendido", dijo el escritor.

Rickey, un hombre profundamente cristiano, no le agradaba estar siendo perseguido por Bostic.

"Estoy más a favor de su causa que cualquier otra persona que usted pueda conocer", dijo. "Pero está cometiendo un error al intentar utilizar la fuerza".

Rickey, sin embargo, estuvo de acuerdo con el pedido de Bostic: A los jugadores se les daría una audición. Rickey pidió que nadie en el salón discutiera los particulares de la reunión con la prensa.

Otros periodistas deportivos se enteraron que Bostic estaba persiguiendo a Rickey, quien le dijo a los reporteros que en efecto estaba interesado en contratar jugadores negros. Rickey dijo que había tenido dos conversaciones con el alcalde de Nueva York Fiorello La Guardia sobre la integración de los Dodgers. Presionado por los progresistas políticos, La Guardia había pedido una reunión con los tres dueños de los equipos de la ciudad - los Gigantes, Yankees y Dodgers -- para discutir el asunto. Solo Rickey se reunió con La Guardia.

Rickey no le reveló a La Guardia su secreto de que estaba mirando a jugadores negros como parte de su esfuerzo para firmar a uno antes de que finalizara el año.

Bostic llamó al columnista deportivo del Herald Tribune, Al Laney, uno de los pocos periodistas deportivos que abiertamente estaban cuestionando la barrera de color, y le contó sobre la reunión con Rickey y la audición que los jugadores recibieron.

En su columna el próximo día, Laney se deleitó en escribir sobre como Bostic había sorprendido a Rickey, dejando sin palabras al usualmente parlanchín Rickey, cuyas conferencias de prensa era conocidas como "la cueva de los vientos".

"Hubiera sido un verdadero placer el poder haber estado en Bear Mountain ayer", dijo Laney. "Para poder haber visto al Hermano Rickey sorprendido hubiera sido una exito extraordinario. La situación tiene los elementos de una comedia inmortal".

La reunión de mediodía el próximo día entre Bostic y Rickey no fue más placentera que la primera reunión. "Claramente fui sometido a la obediencia por romper el acuerdo de no decirle a nadie sobre la audición y que sería todo en privacidad comparativa", dijo Bostic.

Rickey dijo que Bostic había roto el pedido de Rickey porque era necesario que periodistas deportivos estuvieran presentes en la audición.

"Yo estaba consciente que la luz blanca de la publicidad haría más por los jugadores negros que todos los pactos de silencio en el mundo", dijo Bostic.

Por varios años, periodistas deportivos negros habían escuchado las promesas vacías de los ejecutivos del béisbol para firmar a jugadores negros, y nada habría venido de esas promesas. Bostic decisión poner a Rickey en una posición incómodo. En vez, fue Rickey el que puso a Bostic en esa posición. 

Para que la estrategia de Bostic funcionara, era un requerimiento que los talentos de McDuffie y Thomas fueran tan obcios que nadie los podría negar. Resultó, sin embargo, que ni McDuffie o Thomas eran grandes jugadores. Thomas tenía 40 años y McDuffie 35. Bostic los escogió por su disponibilidad y no necesariamente por su habilidad. Jugadores con mucho más talento estaban, o en sus entrenamientos de primavera en las Ligas Negras, o jugando en México.

Cuando Bostic insistió en que los periodistas deportivos estuvieran presentes, Rickey no tuvo objeción. A pesar de que Rickey había sido presionado en la darle la audición a McDuffie y Thomas, los trató como cualquier otro prospecto. A McDuffie y Thomas le fueron asignados uniformes de Brooklyn. McDuffie usó el número 9 y Thomas el 14. Thomas se enfrentó a lanzadores de Brooklyn y Rickey observó a McDuffie lanzando.

La audición duró cerca de una hora. En su conclusión, Rickey hizo públicas sus observaciones sobre los jugadores, algo que hacía con todos los jugadores en el campamento. Ricky no estuvo impresionado con Thomas. Pero fue más caritativo con McDuffie, quien según Rickey tenía buen control, una buena recta y curva, pero que carecía de un cambio. Ninguno de los jugadores supo de nuevo de los Dodgers.

Al finalizar la audición, Bostic hizo públicas unas declaraciones expresando su satisfacción. "La audición que recibieron Terris McDuffie y Dave Thomas por los Dodgers representa un paso constructivo y significativo en los esfuerzos de que jugadores negros jueguen en las Grandes Ligas", dijo Bostic. "Pienso que representa el primer paso real hacia la realización de esa meta".

Mientras Bostic estaba confrontando a Rickey en Bear Mountain, un concejal de Boston, Isadore Muchnick, le dijo a los Medias Rojas que les revocaría su licencia para jugar los domingos si no consideraban al menos a un jugador negro. El editor deportivo del Pittsburgh Courier, Wendell Smith, quien llevaba cerca de una década clamando por la integración del béisbol, reclutó a tres jugadores de calidad, Jackie Robinson, Sam Jethroe y Marvin Williams. Los Medias Rojas acordaron darle un vistazo a los jugadores.

Mientras Rickey trató a McDuffie y Thomas como cualquier otro prospecto, los Medias Rojas asignaron a lanzadores de escuela secundaria para lanzarle a Robinson, Jethroe y Williams. Mientras Rickey en realidad miró las habilidades de McDuffie y Thomas, los oficiales de los Medias Rojas le dijeron nada a los jugadores. Un periodista de Boston que fue testigo de la audición, escribió que un ejecutivo de los Medias Rojas, o el dueño Tom Yawkey o el gerente general Eddie Collins, gritaron "saquen a esos negros del terreno".

El 28 de agosto, Rickey confirmó sinceridad sobre sus intenciones de romper la barrera racial al firmar secretamente a Robinson en su oficina en Brooklyn. El equipo anunció la firma de Robinson dos meses más tarde. Robinson jugó su primer partido para Brooklyn el 15 de abril de 1947. Mientras tanto, los Medias Rojas confirmaron su oposición y, en 1959, Boston fue el último equipo de las Grandes Ligas en integrar jugadores negros a su plantilla.

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