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Jackson Martínez destrozó al Bayern

BUENOS AIRES -- Tomó nota mental de un detalle que el entrenador Julen Lopetegui volcó en su charla técnica. Era la clave que deseaba retener Jackson Arley Martínez Valencia (3 de octubre de 1986, Quibdó, Colombia) en la previa del partido de ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League, para sorprender a Bayern de Múnich. "Hay que atacar su salida de balón desde atrás y no dejarles pensar. ¡¡No les dejéis que piensen!!".

Chachachá --Jackson heredó el apodo de su viejo Orlando por el bailecito con que aquél festejaba los goles que marcaba cuando jugaba en la segunda división colombiana con El Cóndor de Bogotá-- salió como un tren sin frenos apenas comenzó el partido. Menos de dos minutos le bastaron para percibir el temor de Dante. El central se quitó la pelota de encima en un inesperado pase interior a Xavi Alonso, y Jackson le rebanó la pelota al español para quedar mano a mano con el arquero Manuel Neuer. Al meta que integró la última terna de candidatos a ganar el Balón de Oro no le quedó otra opción que bajarlo en el área. El delantero chocoano provocaba así el penal que transformó Quaresma para dar inicio a la nueva debacle del Bayern de Pep Guardiola.

Un Bayern en el que por sendas lesiones no pudieron jugar cracks de la talla de Ribéry, Robben, Javi Martínez, David Alaba, Bastian Schweinsteiger y Benatia. Pero un Bayern también, en el que siempre salen en primer plano los mismos rostros en las fotos de los goles encajados. Los de Jerome Boateng y Dante Bonfim. ¿Exageración? De ningún modo. Dante, eterno símbolo del ya legendario 1-7 de Alemania a Brasil en la Copa del Mundo de 2014, fue primereado por Ricardo Quaresma sólo siete minutos después del primer gol. Y Boateng fue un espectador de lujo junto a su infortunado compañero en la brillante maniobra del golazo con el que el propio Jackson Martínez colocó la eliminatoria 3-1.

Hace 28 años nadie daba un peso por os dragoes en la final de la Copa de Europa 1986-87 en Viena, pero los de Artur Jorge le birlaron la orejona al Bayern del recientemente fallecido Udo Lattek con un golazo de tacón del argelino Rabah Madjer. Ahora mismo, pensar en que el cuadro albiazul puede repetir la gesta es casi lo más lógico. Porto es el único equipo invicto de la competición y su disfraz de cordero oculta el instinto asesino de un lobo que no ha dado bocado en quince días.

Jackson, a quien sus padres bautizaron con ese nombre en 1988 en honor al extinto Michael Rey del Pop, tenía cuando comenzó en el fútbol -según Pedro Sarmiento, su entrenador en Independiente Medellín-, "dos cables por piernas, y el mismo andar de John Wayne y Garrincha; parecía un paréntesis. Le faltaba musculatura y carrocería, pero le sobraba calidad". Hoy es un portento físico que golea y da juego, al que se rifan los grandes de Europa. Con el de este miércoles, ha marcado 7 goles en 9 juegos de esta UEFA Champions League 2014-15.

El FC Porto se fijó en él para reemplazar a Radamel Falcao y lo compró al Jaguares de Chiapas mexicano por 9 millones de euros el 7 de julio de 2012. Ahora, sólo tres años después, se da por descontado que no saldrá del estadio Do Dragao por menos de 40. En enero de 2010, Jaguares le había adquirido a Independiente de Medellín a cambio de €2,8 millones. Ya ven, su progresión no se detiene.

Frente a un Bayern que monopolizó la posesión de la pelota (32%-68%), Jackson Martínez tocó pocos balones, pero rentabilizó al máximo sus participaciones en el partido. La estadística del juego dice que completó 8 pases de 16; forzó 4 faltas, cometió 2, y disparó dos veces. Una al arco -la del gol-y la otra, desviado. Pero los números no consiguen reflejar el partidazo del creyente marido de Tatiana y papá de Josué. Para este Porto, Jackson Martínez es el Paulo Futre de hace casi 30 años.

La historia de El Mudo (también le llaman aún así en Quibdó por la timidez que tenía cuando era niño) parece encaminarse a las puertas de la gloria futbolera. Oswaldo 'Papeto' Moreno, quien estimuló el comienzo de su carrera futbolística en la Escuela de Fútbol 'Papeticos' tras verle hacer una chilena sobre el pavimento de un patio, jamás debe haber imaginado que su pupilo llegaría tan lejos. Menos todavía cuando el pequeño Jackson solía escaquearse del entrenamiento físico porque sólo sentía apego por el deportivo. Hoy, casi que hay que sacarle a empujones de la cancha después de los entrenamientos por el deseo que tiene de seguir mejorando como profesional.

Su excepcional encuentro frente al Bayern, en una jornada en la que también la rompieron astros como Luis Suárez y Neymar Junior, hace que hoy sea el sudamericano destacado en la apertura de los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa.

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