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Hawks aprenden bien su lección

NUEVA YORK - Cuando los Atlanta Hawks montaron una racha de siete victorias al hilo por segunda vez, sumando su registro a 28-8 el pasado 9 de enero, algunos analistas explicaron sus dudas sobre los muchachos del entrenador en jefe, Mike Budenholzer. Cuando le acertaron 12 más consecutivamente tras la noche del 31 de aquel mes, aumentando su foja a 40-8, la gente alrededor de la liga finalmente comenzó a entretener la idea que los Hawks estaban tramando algo especial.

Atlanta, cuya marca de 60-22 estableció la mejor temporada regular en la historia de la franquicia, arrancará la postemporada en el Philips Arena la tarde de este domingo, cuando el conjunto con el mejor registro en la Conferencia del Este le de la bienvenida a los Brooklyn Nets, quienes sellaron la octava y última plaza para obtener su boleto a los playoffs.

Los Hawks estuvieron en la misma situación cuando iniciaron los playoffs el año pasado, siendo la octava plaza de la conferencia igual que su rival de Brooklyn, de cara a su muy entretenida serie de primera ronda contra los Indiana Pacers.

Atlanta estuvo al borde de eliminar al mejor conjunto clasificado en la Conferencia del Este, con ventaja de 3-2 en la serie. Sin embargo, perdieron los últimos dos partidos.

Muchos de los muchachos en el camerino de los Hawks apuntan la racha de las 19 victorias consecutivas que hilvanaron del 27 de diciembre hasta el 31 de enero, como el punto de inflexión de la temporada de los campeones de la División Sureste.

Al Horford no descarta el exitoso hito que logró Atlanta, pero destacó su ausencia la temporada pasada, causada por un desgarro del músculo pectoral derecho a final de diciembre de 2013, como el evento que impulsó a los Hawks a cumplir las expectativas que nadie se había imaginado cuando inició esta temporada.

Atlanta luchó contra la sabiduría convencional en aquel momento de su baja.

En vez de haber aceptado la norma de la liga, el "taking", echando por perder el resto de la temporada en busca de una mejor posición para el sorteo que se avecinaba, los Hawks forjaron su identidad bajo el liderato de Budenholzer, quien entonces iniciaba su primer año como entrenador en jefe luego de 17 temporadas como asistente de Gregg Popovich en San Antonio.

Sin una prototípica estrella en su plantel, el coach continuó inculcando los principios de jugar en equipo, mover y compartir el balón y comprometerse defensivamente.

Los Hawks tomaron el liderato de 3 juegos a 2 luego del quinto encuentro contra los Pacers, pero un mal inicio en el cuarto parcial del séptimo decisivo partido selló su eliminación en la casa de Indiana.

"Los muchachos jugaron contra Indiana hasta el final. Siento que yo no estando ahí pudiendo ayudar al equipo, creo que el equipo pudo mejorar sin mí y (ahora) agregándome a mí a la mezcla y a par de jugadores más, eso no ha hecho un equipo mejor", afirmó el puertoplateño en entrevista con ESPNDeportes.com.

El tramo de 15 días que los colocó a una victoria de un posible choque contra el Miami Heat, quien entonces representó al Este en las Finales, reforzó el vínculo dentro del camerino.

"Fue duro batallar sin él (Horford) durante la temporada y perdiendo en los playoffs. Los muchachos dieron un paso adelante y encontramos la manera de presionar a los Pacers a siete partidos", aseveró el alero reserva, Mike Scott en un aparte con ESPNDeportes.com. "No tuvimos lo suficiente, pero ahí fue donde el vinculo realmente inició. Eso nos trajo más cerca".

A diferencia de la campaña 2013-14 cuando Atlanta concluyó siendo decimoctavos en la liga anotando 105.9 puntos por cada 100 posesiones y quedando decimocuartos con 106.4 puntos permitidos por cada 100 posesiones, los Hawks dieron un gran salto, concluyendo la recién completada campaña como sextos en la NBA con 108.9 puntos anotados por cada 100 posesiones y sextos en la defensa, permitiendo 103.1 puntos por cada 100 posesiones.

Atlanta siguió creyendo en el concepto de jugar en equipo y esta temporada encabezaron la liga asistiendo 67.6 por ciento de goles de campo y fueron segundos con promedio de 19.7 asistencias por cada 100 posesiones.

"De una vez que tuvimos a Al volviendo a jugar a un alto nivel tras su lesión, comenzamos a rodar y empezamos a creer en sí y jugando juntos en la parte ofensiva y defensiva", apunto el base Todo Estrella, Jeff Teague, uno de cuatro jugadores, que junto a Budenholzer, representaron a los Hawks en el Juego de Estrellas que fue celebrado el pasado 15 de febrero en Nueva York.

El año pasado Budenholzer estuvo a gusto con la confianza y la convicción que exhibió su escuadra cuando por poco sorprendieron a los Pacers.

Atlanta ya no es la sorpresa de la liga. Han demostrado que en un tramo de 28 partidos posibles, son capaces de ganar 16 como lo lograron durante aquella maravillosa cadena de 19 victorias al hilo.

La pregunta ahora será si pueden hilvanar 16 en esta nueva etapa de la temporada, esta completando su tarea en la cima de la NBA.