Martín Bater 9y

Tormenta feroz en OKC

Desesperado, conveniente, injusto. Utilicen cualquier sinónimo de ese término que se les ocurra para el despido de Scott Brooks como entrenador del Oklahoma City Thunder este miércoles por la tarde tras siete temporadas y un galardón como Entrenador del Año en el 2010.

El despido de Brooks apesta a chivo expiatorio, ya que el Thunder solamente se quedó afuera de los playoffs con una marca ganadora de 45-37 por perder el desempate con los New Orleans Pelicans y arrancar la temporada con una marca de 5-13 sin Russell Westbrook y Kevin Durant, sus dos máximas figuras.

Westbrook se perdió 14 de esos primeros 18 compromisos de la campaña por lesión y luego regresó para jugar al nivel de un MVP con triple-dobles al por mayor.

Durant, el jugador estrella de Oklahoma City y JMV de la NBA el año pasado se lesionó el pie, pasó por el quirófano no una, sino dos veces y se perdió 55 juegos esta temporada, incluyendo los últimos dos meses de esta.

Serge Ibaka, su tercer mejor jugador y ancla defensiva en la zona pintada, también se lesionó la rodilla, fue operado de la rodilla y no pudo decir presente durante el último mes de la campaña.

Además Dion Waiters, una valiosa pieza de recambio, fue canjeado a los Cleveland Cavaliers. Aún así, con lo que se podría denominar que era un equipo compuesto por ¨Westbrook y cuatro más¨, el Thunder sobrevivió en la durísima Conferencia Oeste hasta el último juego de la temporada regular.

LA INCÓGNITA

Todo esto sucedió apenas seis días después de que el mismo Durant le haya ofrecido su apoyo a Brooks, diciendo que su entrenador mantuvo al equipo ¨emocionalmente estable¨.

Westbrook también había apoyado a su ahora ex entrenador en aquel entonces.

¨Yo pienso que él hizo un gran trabajo, como entrenador y como amigo¨ , el base veterano le había dicho al diario The Oklahoman.

No parece que hubo complot de los jugadores, falta de armonía en el vestuario ni derrotas a montones, simplemente impaciencia de parte de una dirigencia que entró en pánico ante el hecho de que su castillo de naipes se les puede desmoronar dentro de poco más de un año.

Brooks no canjeó a James Harden a Houston, no lesionó a nadie ni tampoco formó parte de ninguna controversia, él simplemente pagó los platos rotos.

Brooks llevó al Thunder a las Finales de la NBA en el 2012 tras remontar un 0-2 en las Finales de la Conferencia Oeste contra los San Antonio Spurs antes de caer por 4-1 ante el Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.

En vez de nutrir a ese núcleo joven, los dirigentes de Oklahoma City optaron por mandar a Harden apenas meses después, y durante las próximas dos temporadas su equipo se quedó en el camino en las semifinales y las finales de su conferencia respectivamente en el 2013 y 2014.

Por cierto, esta es la lista de entrenadores que dijeron presente en las Finales de la NBA desde el 2010 hasta ahora: Phil Jackson, Doc Rivers, Rick Carlisle, Erik Spoelstra y Brooks. Así es, se pueden contar con los dedos de una mano.

Además, Oklahoma City había ganado al menos el 60 por ciento de sus juegos durante cinco campañas consecutivas entre la temporada 2009-10 y la 2013-14 y la más reciente fue su ¨peor¨ de todas con un 54,9 por ciento de efectividad desde que él asumió como entrenador fijo en abril del 2009. Pero sí, culpemos todos a Brooks.

El Thunder ya ha anunciado que la búsqueda de un nuevo entrenador será inmediata y la danza de la especulación no va a tardar en comenzar.

LA DANZA DE LOS NOMBRES

Nombres rutilantes que se destacan en el básquetbol universitario con o sin experiencia previa en la NBA como John Calipari (Kentucky), Kevin Ollie (Connecticut), Sean Miller (Arizona) y Billy Donovan (Florida) podrían comenzar a circular en la montaña rusa de rumores.

Otros candidatos menos conocidos que son asistentes actualmente en la NBA como Kenny Atkinson (Atlanta Hawks) o Tyronn Lue (Cleveland Cavaliers) también podrían llegar a tentar, o quizás sea alguien que nadie imagina todavía.

Eso sí, aquel que sea el sucesor de Brooks debe llegar a Oklahoma City con los ojos bien abiertos ya que se enfrenta a una espada letal de doble filo.

EL RIESGO DEL FUTURO EN OKLAHOMA CITY

Por un lado, no hay mejor momento para estar al mando de un equipo como el Thunder con una base joven de jugadores tan talentosos como hambrientos tras quedar eliminados prematuramente este año.

Cuando uno cuenta con dos jugadores de elite como Durant y Westbrook, un maestro de los bloqueos como Ibaka y un grandote versátil ofensivamente como Enes Kanter, es difícil que no se te haga agua la boca.

Sin embargo, a la misma vez la presión para salir campeones sí o sí será más intensa que nunca considerando que de ello puede depender el futuro de un Durant que será agente libre en el 2016.

Si Durant se va, entonces el futuro de Oklahoma City como potencia basquetbolística podría llegar a colapsarse o, en el mejor de los casos, la novela vuelve a repetirse antes de que Westbrook sea agente libre en el 2017.

O sea, ¿vaso medio lleno o medio vacío? ¿Eres capaz de convencer a dos estrellas generacionales de que tu proyecto a largo plazo vale la pena quedarse en un mercado pequeño? Esas son las preguntas que se le deberían generar a cualquier técnico que considere ser el nuevo entrenador del Thunder.

Mientras tanto, el mundo espera.

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