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River 1-Boca 0

BUENOS AIRES -- River 1-Boca 0. El superclásico copero todavía no empezó, pero Boca arrancó la previa perdiendo desde el escritorio en el duelo ante el clásico rival. Es que finalmente la Conmebol confirmó que la ida será el jueves 7 de mayo y la vuelta el jueves 14, algo que prefería River y a lo que se oponía Boca.

Los Xeneizes de entrada dejaron en claro su postura: querían jugar el miércoles porque era el día que estaba previsto en el calendario desde el comienzo de la Copa. Y entendían que cuando se empezó a hablar de cambiar la fecha, justo después de la clasificación de River a octavos, fue porque los Millonarios presionaron para que esto ocurriera.

Así, algunos dirigentes y el propio Rodolfo Arruabarrena se embarcaron en una cruzada mediática inútil y sin sentido. No sólo calentaron la previa, sino que ahora, con la confirmación de la Conmebol, quedaron expuestos ante sus hinchas, en una posición de debilidad de cara a los superclásicos que podría haberse evitado negociando con perfil bajo y sin tanta confrontación.

¿Por qué para Boca era tan importante jugar el miércoles? Por un lado, por una sencilla razón: porque River quería jugar el jueves. Y en estos partidos, donde nadie quiere ceder ni un centímetro de terreno, aceptar sin chistar el cambio de día hubiera sido dejarle la iniciativa al rival... Capricho, orgullo, llámelo como quiera.

Pero desde lo deportivo también había una razón: Boca-River jugarán el primer clásico de esta serie de tres, por el torneo local, el domingo 3 de mayo. Y si el primer duelo copero es el jueves, los de Núñez tendrán un día más de descanso.

River tiene un plantel más corto, y por eso esas 24 horas extra serán fundamentales para que Marcelo Gallardo pueda recuperar jugadores. Boca, con dos equipos de primer nivel para afrontar Copa y torneo local, entendía que podía sacar provecho de esa situación, ya que acortar las fechas de los cruces lo ponía en una posición ventajosa por las variantes que en todos los puestos tiene el plantel de Arruabarrena.

Primero fue Juan Carlos Crespi, siempre polémico, quien argumentó: "A River le conviene pasar el partido, tiene menos plantel y además lo prefiere la televisión. Ya en la Sudamericana no fueron limpias las cosas. Tuvimos problemas con los arbitrajes. Queremos que no haya suspicacias y que no nos ninguneen".

Arruababrrena se sumó al reclamo, y tras el partido del fin de semana contra Lanús, explotó en conferencia de prensa, acusando a la TV de tener favoritismo por River y dejando en claro que si la dirigencia no hacía nada, él mismo iba a pelear para mantener las fechas iniciales.

La disputa llegó hasta los presidentes. D'Onofrio se hizo el inocente y aseguró que River nada tuvo que ver en la decisión. De paso, chicaneó al clásico rival: "Nosotros no pedimos nada, no andamos con chiquitas, les jugamos cuando quieran". Angelici, en vez de enojarse con D'Onofrio, le disparó al Vasco: "Que se dedique a armar el equipo, de lo otro nos ocupamos nosotros".

Aunque luego el DT xeneize pidió perdón y el presidente también le bajó los decibeles a la disputa, el daño estaba hecho. River salió fortalecido, dejando en claro que estaba dispuesto a jugar cualquier día (sea cierto o no), y logrando el objetivo de tener más descanso. Boca quedó con bronca porque entendió que los Millonarios mostraron más peso en el ámbito sudamericano, amparados por una supuesta preferencia de las autoridades que manejan la TV.

Seguramente, el día poco influya en lo que pase luego en la cancha, pero River manejó la situación con más inteligencia y empezó ganando, al menos desde el escritorio, el clásico ante Boca.