NUEVA YORK -- La presión para el próximo draft de la NFL pesa tanto para quienes toman decisiones contractuales por parte de los equipos como para los jugadores que esperan desarrollar una carrera en el fútbol americano profesional.
Y aunque los gerentes generales digan que siempre han puesto atención en el carácter y la conducta de un prospecto, nunca antes tales elementos habían sido un tema tan importante en el draft. Y eso empieza justo en la cima con los Buccaneers y Jameis Winston.
Las dudas no sólo existen respecto a Winston, que ha sido investigado por las autoridades por una presunta violación, por haber huido de un supermercado sin pagan mercancía -patas de cangrejo, por si fuera poco- y quien ha dado las suficientes muestras de inmadurez para generar alertas.
Entre los jugadores universitarios de élite cuya conducta podría afectar su posición en el draft, que inicia el jueves por la noche en Chicago, se encuentran Dorial Green-Beckham, wide receiver de Missouri; Randy Gregory, linebacker de Nebraska; Marcus Peters, cornerback de Washington; P.J. Williams, cornerback de Florida State; y Frank Clark, defensive end de Michigan.
De hecho, este grupo está salpicado con jugadores que han tenido enfrentamientos con entrenadores, funcionarios escolares, compañeros de equipo, otros estudiantes y con la ley.
¿Cuántas revisiones de antecedentes habrá hecho Tampa Bay sobre Winston para cuando haya iniciado la selección de novatos?
Bastantes.
"He participado en algunas selecciones en las que hemos realizado casi la misma cantidad de trabajo", aseguró el gerente general de los Bucaneers, Jason Licht.
¿No resulta preocupante tener la necesidad de llegar a eso?
"No tanto preocupante. A veces uno encuentra cosas cada vez más buenas durante el proceso", agregó. "Así que no es preocupante que estemos haciendo esto tanto. En realidad resulta reconfortante que estemos dedicando tanto trabajo a ello".
Se ha convertido en una necesidad no sólo por lo que está en juego con los elegidos en los primeros lugares del draft, ni porque varios prospectos hayan llamado la atención por las razones incorrectas a nivel universidad. Los titulares ocasionados por Ray Rice, Adrian Peterson, Greg Hardy y Jonathan Dwyer, todos ellos parte de la NFL al momento en que se metieron en problemas, lo torna en algo esencial.
"Creo que los equipos siempre han enfatizado que en el proceso de selección, reciben buena información de antecedentes", comentó Bill Polian, que ha convertido plantillas de Bills, Panthers y Colts en equipos de Super Bowl y ahora trabaja como analista de ESPN y SiriusXM NFL Radio.
"Pienso que el hecho de que la oficina de la liga ha sido tan abierta al público y bastante directa en cuestiones de disciplina dará a los equipos cierto descanso. Así que en caso de que exista la probabilidad de que un jugador ingrese a la liga y pueda meterse en problemas, van a analizar su situación detenidamente y pensarán dos veces sobre qué equipo podría seleccionarlo o incluso si debería ser elegido".
Sin examinar la letanía de problemas en que algunos prospectos se han visto implicados, basta decir que en el ambiente de las redes sociales de hoy en día, nada escapa del escrutinio.
Ningún equipo de la NFL dependerá de las cuentas de Twitter o de Facebook para enterarse de tales incidentes, claro está. Pero los 32 equipos de la liga saben que necesitan ser extracuidadosos este año en sus exámenes, y más precisos en sus evaluaciones de las personalidades de los jugadores.