Jordi Blanco | Corresponsal 9y

Bayern, sin sentimentalismos vs Barça

BARCELONA -- El Bayern Munich derrotó este sábado al Hertha en el Allianz Arena gracias a un tardío gol de Schweinsteiger y conquistó virtualmente una Bundesliga que mañana, si el Wolfsburgo no se impone en Mönchengladbach, sería ya oficialmente suya. La tercera consecutiva (lo que no ocurría desde 2001) y que permitirá al equipo de Pep Guardiola centrar todos sus ojos en la eliminatoria de Champions frente al Barcelona.

En Alemania son ajenos al componente sentimental que significará el enfrentamiento de Guardiola con el club de su vida. Se hizo mención de ello el viernes, sí, pero el asunto ocupó el plano el tiempo justo para desviar la atención en la dificultad máxima que se contempla en la eliminatoria desde el bando germano. Porque en Europa los sentimentalismos están muy bien, pero no le quitan el sueño a nadie.

Franz Beckenbauer, sin discusión el personaje de mayor calado en la historia de un Bayern, con el que disputó 528 partidos entre 1963 y 1977 y al que condujo a tres títulos de Champions consecutivos, se retiró de la Bundesliga conquistando el trofeo con el Hamburgo en 1982 sin que nadie le echase en cara su decisión de volver tras su primera etapa en el Cosmos para enrolarse en un rival del campeón bávaro.

El Kaiser es hoy una personalidad tan intocable en Múnich como puede serlo Johan Cruyff en el Ajax a pesar de su retiro con el Feyenoord, como Denis Law en el Manchester United por mucho que en su último partido profesional provocase desde las filas del City el descenso de los Diablos Rojos en 1974, o como Alessandro Altobelli en el Inter, al que dejó tras once años para jugar una temporada en la Juventus.

"Ni marcará los goles ni será quien decida la eliminatoria", avisó Paul Breitner, sorprendido el viernes por las preguntas de los periodistas españoles, más ocupados en hablar de Guardiola que de la eliminatoria propiamente dicha, más interesados en la reacción sentimental que en las recuperaciones de Ribéry y Robben o la trascendental ausencia de Alaba.

En el seno del Bayern se contempla con curiosidad la respuesta desde Barcelona al resultado del sorteo y, en silencio, se entiende como una ventaja. Por mucho que el propio Guardiola admitiera en voz alta que para él será un enfrentamiento "especial" y que a sus órdenes haya un jugador como Thiago, también con pasado azulgrana, el vestuario celebra la conquista de la Bundesliga centrado en recuperar sus mejores sensaciones ante el duelo continental. Alejado de cualquier componente que no sea el meramente deportivo.

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