Adam Rittenberg 9y

Melvin Gordon y Trae Waynes comparten camino hacia el Draft 2015

KENOSHA -- La primera fotografía es revelada, y Melvin Gordon aúlla. Trae Waynes simplemente menea la cabeza.

Ellos se ven posando en el campo del Camp Randall Stadium, de Wisconsin, junto a la madre de Gordon, Carmen, y el padre de Waynes, Ron. Es previo a la "guerra de rastas" y ambos chicos bien parecidos, con ropa holgada colgando de cuerpos delgados.

"¡Hermano! ¡Déjame ver esto!", dice Gordon, examinando la foto mientras se sienta a lado de Waynes en una oficina de la Bradford High School de Kenosha, donde se convirtieron en estelares de fútbol americano. "¿Soy yo? Me veo horrible. Miren mis pantalones y mis zapatos. ¡Yo no me hubiera reclutado!".

Waynes añade: "Yo tampoco me hubiera reclutado".

La siguiente fotografía los muestra con cuerpos musculosos, corriendo para el equipo de pista de Bradford. Gordon luce como un superhéroe, todo bíceps y hombros, pero Waynes ganaría esa carrera.

Otra fotografía muestra a Waynes en un esmoquin, una flor en el ojal, sonriendo junto a Gordon. Waynes, quien tomaba clases en una escuela charter mientras jugaba deportes para Bradford, se dirigía a su baile de graduación. Pero su cita tendría que esperar.

"Simplemente debíamos pasar a casa de Melvin primero", dice la madre de Waynes, Erin.

Hay otras imágenes de Trae con Melvin: snowboarding en la nieve, una ceremonia en Lambeau Field, día de compromisos en Bradford, el Juego de Campeonato de la Big Ten de la temporada pasada, el entrenamiento para el Combinado de la NFL en el Sur de California. Erin, una fotógrafa prolífica, lleva su cámara a todos lados. Ella ha documentado los momentos importantes de Trae y, acordemente, aquellos de su mejor amigo, a quien ella considera como su tercer hijo.

Erin llevará su Canon 7D al Auditorium Theatre de Chicago el jueves próximo, aunque varios cientos de fotógrafos también estarán allí para capturar el siguiente momento Trae con Melvin. Esa noche se espera que, Trae, un esquinero de Michigan State, sea reclutado entre los primeros 15 reclutas del draft. Muchos proyectan a Melvin, un corredor poseedor de múltiples marcas en Wisconsin, como el primer corredor seleccionado en la primera ronda desde el 2012.

Ellos podrían convertirse en apenas la quinta pareja de compañeros de preparatoria reclutados en la primera vuelta en el mismo año desde el 1990, y la primera pareja proveniente de una escuela del Big Ten.

Para dos mejores amigos y su pueblo natal, aguarda una noche monumental.

"Es suficientemente difícil llegar a la NFL", dijo Jed Kennedy, quien entrenó a Gordon y Waynes en Bradford. "Tener a tu mejor amigo en el proceso al mismo tiempo, es casi inverosímil. Todos miramos atrás y tenemos dos o tres momentos que definen tu vida. Ellos disfrutarán el suyo en la misma noche cuando todos los que son grandes aficionados al fútbol americano están mirando".

Waynes y Gordon cruzaron caminos en primera instancia en la Mahone Middle School, pero su amistad evolucionó pero su amistad evolucionó en Bradford, donde Gordon se enlistó a la mitad de su primer año después de comenzar su preparatoria al otro lado de la línea estatal en Illinois.

"Tuve amigos, pero realmente no tenía un grupo", dijo Gordon, quien rebotaba entre Kenosha y la cercana Zion, Illinois, durante su niñez. "Trae y yo simplemente nos conectamos".

Ellos jugaron al lado contrario del balón y parecían diferentes: Gordon era tenía una personalidad burbujeante, Waynes era introvertido. Pero algo hizo click.

Gordon rápidamente floreció en el fútbol americano, consiguiendo las largas escapadas que más tarde se convertirían en su rúbrica para Wisconsin. Las ofertas de beca empezaron a llegar después de su tercer año.

"Sabíamos que teníamos algo especial", dijo Jacorie Benjamin, tío de Gordon.

Waynes tomó una ruta más compleja. Inicialmente conocido por sus habilidades para el béisbol, pasó por varias posiciones en el emparrillado: desde apoyador externo a profundo y finalmente a esquinero en su última campaña, que terminó prematuramente por una pierna fracturada.

Podía perseguir a cualquier corredor y ejecutar golpes fuertes, pero nunca estuvo en la marquesina de Bradford.

"Siempre era, 'Melvin, Melvin, Melvin, Trae'", dijo Gordon.

"Melvin se convirtió como en el mayor rival de fútbol americano de Trae", dijo el hermano de Waynes, Mason, un corredor de medio fondo en el equipo de pista de Eastern Michigan. "Era, 'Anoté esta cantidad de touchdowns', o, 'Realicé esta cantidad de detenciones'. Incluso en los combinados colegiales, era, 'Ey, ¿qué tiempo corriste? Esto es lo que yo corrí'.

"Siguió creciendo".

La constante competencia nació de ímpetu individual y respeto mutuo. Existe el interminable debate de los videojuegos, que comenzó en la preparatoria de "Madden" y "NCAA Football", y continúa con "NBA 2K."

Pregúntenles quién es el mejor.

"Miente", dice Waynes, señalando a Gordon, "Quiero que lo hagas".

"Iba a decir que era parejo, pero ya que estás hablando de mí, soy yo", responde Gordon. "Escriban eso. Melvin Gordon era el mejor en todo lo que hizo".

"Aparte de 'Madden'", contraataca Waynes. "Aparte de la pista".

Durante su último año de preparatoria, Waynes retornó de su pierna fracturada para vencer a Gordon en los 100 metros planos. Shawnelle Gross, un asistente educativo en Bradford que dirigió y enseñó a ambos jugadores, recuerda a Gordon preguntando cómo era posible haber perdido.

"Sucedió dos veces", recuerda Waynes a Gordon.

"Me venciste por esto", dijo Gordon, mostrando el pulgar y el dedo índice.

Más allá de la bravata, Waynes considera a Gordon el trabajador más duro que haya conocido. Gordon orgullosamente declara que sabía que Waynes sería una estrella, antes de que los visores universitarios o cualquier otra persona supiera.

Se separaron para el colegial, todavía un tema delicado. Gordon se culpa por inicialmente haber favorecido a Iowa en lugar de Wisconsin. Kennedy dijo que los entrenadores de Wisconsin pensaron equivocadamente que desalentarían a Gordon al perseguir agresivamente a Waynes.

"Para el momento [en que los entrenadores de Wisconsin] se percataron de que eran mejores amigos, Trae ya estaba fijo con Michigan State", dijo Kennedy.

Sus caminos se partieron, pero se mantuvieron apoyándose mutuamente. El jueves, se podrían volver a unir bajo los reflectores.

"Nadie quiere quedarse rezagado", dijo Gordon. "No quería que Trae subiera a ese escenario y yo estar sentado allí. El sintió lo mismo, como, 'No quiero que Melvin suba al escenario y yo no estar allí'.

"Ambos nos empujamos para estar allí".

Cuando Gordon se inscribió por primera vez en Bradford, se juntaba con un grupo más ríspido, uno dispuesto a pelear. Sabía que si se quedaba con esas amistades, sería chupado.

Así que cortó lazos, diciendo a un buen amigo: estás haciendo algo que yo no puedo hacer.

"Tuve que encontrar amigos que tenían las mismas metas que yo, que quisieran las mismas cosas", dijo Gordon.

Waynes nunca se encontró resbalando --sus padres le aportaron una estructura rígida-- pero tenía amigos que sí lo hicieron.

"Uno de ellos ya no está aquí por la vida que llevaba", dijo Waynes.

En cada uno --y en otros, incluyendo al mariscal de campo de Bradford, Gino DeBartolo-- Gordon y Waynes encontraron el grupo adecuado. Se impusieron las metas de ganarse becas universitarias y quizás llegar hasta la NFL.

Los tres eran inseparables: prácticas, juegos y entrenamientos; saqueando los refrigeradores de sus padres ("Comíamos lo que fuera", dijo DeBartolo); épicas sesiones de Xbox (al menos hasta que Gordon ganó); viajes al cercano Lago Michigan.

"Nunca tuve que preocuparme una vez por estos chicos consumiendo drogas o juntándose con pandillas", dijo Gross. "Nunca se salían del camino".

Pasaron fines de semana viendo fútbol americano. Gordon, el genio residente del deporte, usualmente comandaba el control remoto.

"Siempre deseaba ver a los corredores, rebobinando para ver los cortes", dice DeBartolo. "Decíamos, 'Déjanos ver el juego'. Siempre estaba analizando. Adrian Peterson era su favorito".

El grupo creció antes de su último año, cuando Joe Keels, primo de Gordon desde Illinois, se mudó con la familia de Melvin.

Keels también era un atleta talentoso, pero no le había prestado seriedad al fútbol americano en Illinois. Gordon y Waynes le dieron zapatos deportivos, guantes y motivación.

"Pasé de un estilo de vida estresante en Illinois, viviendo en un ambiente malo, a estar con estos chicos", dijo Keels. "Nos divertimos tanto".

Al inicio de su último año, el cuarteto se empezó a llamar a sí mismos "The Wood", en honor a una película de 1999 sobre amigos creciendo en Inglewood, California, y la etiqueta se quedó.

Los cuatro terminaron obteniendo becas para jugar al fútbol americano: DeBartolo jugó como mariscal de campo y profundo en Army, donde se graduará en mayo; Keels empezó en un junior college antes de aterrizar en Nebraska, donde comenzará su último año este otoño.

La noche del draft será emocional para Keels. Recuerda a un pequeño "delgado como un palillo" Gordon hablando sobre jugar al fútbol americano universitario y que se rieran de él. Recuerda viajar para conocer los campus colegiales con Waynes, un "prospecto de dos estrellas en el que realmente nadie creía".

"Van a haber muchas lágrimas", dice Keels, "cuando los vea subir a ese escenario".

A Erin Waynes se le llenan los ojos de lágrimas cada vez que piensa en el draft. Ron Waynes espera sentir la misma alegría y preocupación que sintió cuando nació Trae.

"La realidad es", dijo Ron, "¿cuánto control tenemos realmente?".

Ron y Erin, ambos consejeros vocacionales en escuelas de Kenosha, fueron padres proactivos. Llevaron a sus hijos a la escuela ("Un autobús es impredecible", dice Ron). Rodearon a Trae y Mason con actividades positivas --deportes, música, servicio comunitario-- lideradas por gente positiva.

Ambos compitieron en pista durante sus épocas colegiales, y acudían a los eventos deportivos de sus hijos. Cuando a Trae le designaron como redshirt en su primer año en Michigan State, de todos modos fueron a todos los juegos.

"Ambos chicos simplemente esperan que vayamos, donde sea", dijo Ron.

Asistiendo a todo, Ron podía ejercer disciplina y apoyo para Trae y Mason. Él estuvo allí el día en que un compañero en Bradford aplicó un crack-block a Trae en la práctica. "Una m----- barata", dijo Trae. Los entrenadores no lo vieron como falta de conducta.

Ron se aproximó a su hijo.

"Ningún punk permitido", dijo a Trae. "No permitas que nadie te falte al respeto. Mantén tu postura".

Waynes procedió entonces a convertirse en "caza recompensas", de acuerdo a Gordon.

"Estaba golpeando a todos", dice Gordon. "Fue un día de miedo".

Los Waynes no estaban solos en las prácticas. Los padres de Gordon, Melvin y Carmen, usualmente estaban allí, también.

Las dos familias se volvieron unidas, viajando a los campamentos colegiales y ceremonias de premiación juntas. Cuando Carmen recientemente visitó a Melvin en California, también pasó a ver a Trae.

"Es como mi hijo, también", dijo Carmen.

Trae se ríe cuando recuerda al padre de Melvin, apodado Bo. Un hombre grande con una personalidad aún más grande. Bo gritaría, "¡Gladiadores!", en los juegos de Bradford y peticionaba a Kennedy seguir anotando.

El margen de victoria promedio de Bradford durante la última campaña de Melvin y Trae: 39.3 puntos.

"Uno de los padres más francos que he tenido", dijo Kennedy. "Él te decía exactamente lo que pensaba".

Bo no estará en el draft, sin embargo. Está en FCI Elkton, una prisión federal cerca de la frontera entre Ohio y Pennsylvania, cumpliendo una condena luego de ser sentenciado por su rol en una operación de distribución de cocaína.

Carmen apoyó a Melvin a lo largo de su celebrada carrera en Wisconsin, incluso mudándose a Waterford, Wisconsin, para estar más cerca de él. Pero las contribuciones de Bo no se olvidan.

Melvin espera que Bo, programado para salir libre en el 2018, pueda ver el draft.

"Mi padre me presentó al juego. Mi padre me enseñó quién era Walter Payton", dijo Gordon. "Mi padre me enseñó a ser un hombre... él y mi madre, me formaron por completo".

Gordon camina por los pasillos de Bradford, saludando a los sorprendidos estudiantes. Él y Waynes se cuelan en el salón de Gross, saludando al hombre a quien llaman 'Unc'.

Gordon abraza a Sue Akina, su maestra de biología, levantándola del suelo. Se meten a su salón de clase, y momentos más tarde, Gordon sale con una charola de lasaña casera.

"Amo Kenosha", dice Gordon. "Amo volver".

Y dar de regreso. Tanto Gordon como Waynes siguen ofreciendo charlas en escuelas y alrededor de la ciudad, algo que empezaron a hacer cuando eran estudiantes en Bradford.

Como estudiante de último año en Bradford, Gordon fue uno de varios jugadores que hablaron en la Frank Elementary School de Kenosha. Habló sobre cortar lazos con malas amistades y sobreponerse a obstáculos académicos. Invitó a los chicos al campo para un partido de Bradford.

"Melvin es del mismo vecindario, enfrentó las mismas cosas difíciles, especialmente las cuestiones de pandillas", dijo Gary Vargas, quien trabaja con chicos en riesgo en Kenosha y facilitó las sesiones. "Tiene una historia que es familiar".

En la primavera pasada, Gordon retornó al Boys & Girls Club de Kenosha. Muchos de los chicos a los que habló en la Frank Elementary, ahora chicos de secundaria, se habían juntado. Gordon se quedó por más de dos horas, jugando billar, sacándose fotografías y charlando.

"Ellos se dieron cuenta de que era zurdo", dijo Dennis Bedford, un director de juventud en el club. "Estaba conviviendo. Tengo la sensación de que mirando a todos los chicos, podía recordarlo".

Gordon acepta el rol modelo a seguir, especialmente en su comunidad.

"Les digo a esos chicos... salgan y hagan que suceda algo", Gordon. "No tienen que ser deportes. Vayan a ser doctores, sean maestros. Justo no se vayan por el camino equivocado.

"Amo charlar con los chicos. Nunca sabes, podrías decir algo y es todo lo que les hace falta para ser especiales".

El jueves será especial en Kenosha. El Boys & Girls Club estará celebrando una fiesta de draft llamada "Kenosha Goes Pro", a la que se presentará el alcalde.

La cuarta ciudad más grande de Wisconsin ha producido atletas estelares antes, desde el ganador del Trofeo Heisman, Alan Ameche, al estelar de la NBA, Nick Van Exel. Pero dos reclutas de primera ronda en la misma noche sería algo sin precedentes.

"Son producto de esta comunidad, y nos siguen representando porque vuelven", dijo el director de Bradford, Kurt Sinclair. "Ellos saben de dónde vienen".

Waynes siempre pensó que Gordon sería un recluta de primera ronda. La meta de Waynes simplemente era ser reclutado.

"Estaba compensado el rezago", dijo Waynes. "Todo empezó a caer en su lugar".

Luego de ser nombrado al equipo ideal de Big Ten la temporada pasada, Waynes conquistó el Combinado de Talento, cronometrando el tiempo más rápido de las 40 yardas (4.31 segundos) entre jugadores defensivos. Gordon también lo hizo bien, registrando 4.52 segundos en las 40.

El proceso previo al draft los ha acercado más. Aunque entrenaron por separado en California --Waynes en Santa Ana, Gordon en Carlsbad-- hablaron a diario, a menudo ensayando entrevistas mediante FaceTime.

"[Gordon] actuaba como un gerente general", dice Waynes. "Estaba criticando todas las respuestas que di, como, 'Nah, eso no es suficientemente bueno. Necesitas más profundidad'. Incluso estuvo sobre mí por el estudio para el Wonderlic".

"Soy una persona a la que le gusta estar preparado", explicó Gordon. No deja nada, incluyendo ser recluta de primera ronda, por sentado.

Waynes estuvo presente en el pro day de Gordon en Wisconsin. Gordon esperaba ser recíproco, pero Michigan State sólo permitió miembros de familia. Entre las visitas a los equipos, celebraron juntos el cumpleaños N° 22 de Gordon en Madison.

Todo lo que resta es una semana que nunca olvidarán.

"Va a ser emocionante", dijo Waynes. "Acaba con tus nervios".

Michael Booker conoce la sensación. Booker se fue N° 11 global en el draft de 1997, seis puestos por delante de Bryant Westbrook, su amigo y ex compañero en El Camino High de Oceanside, California.

"Fue como ir a un club nuevo y traer a mi amigo conmigo", dijo Booker del draft. "Muchos tipos que van allí, no van a contar con esa persona con la que han pasado por todo".

Westbrook aprecia la historia de lo conseguido por él y Booker todavía más ahora.

"Los tipos siempre hacen sus 'Al Bundys', hablando de sus días de gloria de la preparatoria", dice Westbrook. "Siempre expongo eso, y no hay muchas personas que lo puedan hacer.

"Melvin y Trae, ambos son grandes jugadores. En 20 años, estarán haciendo lo mismo".

Westbrook considera el draft del 1997 como el mejor fin de semana de su vida. Booker dijo que "llevaron la fiesta de Oceanside a New York". Gordon y Waynes podrían tomar un autobús de fiesta desde Kenosha a Chicago, solamente 65 millas al sur por la Interestatal 94.

La noche del draft no será su último momento juntos, pero será el más grande hasta el momento. Erin Waynes tendrá su cámara a la mano, disparando el obturador a través de las lágrimas.

"Es un poco loco", dijo Gordon, "porque ahora lo que hemos soñado, es una realidad. Está sucediendo".

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