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'Chicharito' Hernández y Miguel Layún, el triunfo de la voluntad

Getty Images

MÉXICO -- La carrera de Javier Hernández y Miguel Layún es el triunfo de la voluntad. Dos hombres que nadan en mar abierto y que nunca dejan de bracear, a pesar de que la marea llegue a puntos muy altos. Ellos no son reconocidos como los futbolistas más talentosos; sus virtudes son otras. Son hombres que trabajan desde el silencio, la humildad y la ética del esfuerzo. Soldados del trabajo, sus historias de lucha se encuentran en el camino.

A pesar de haber sido campeón goleador en México, de convertirse en seis años en el segundo mejor anotador de la selección nacional, el camino de Chicharito siempre ha estado marcado por la lucha. Adolescente talentoso queda fuera del título mundial Sub 17 de 2005 y es excluido de las alineaciones titulares en los mundiales de 2010 y 2014. El muchacho llega con las apuestas en contra al Manchester United. Se esfuerza y supera las expectativas.

La historia de Layún se escribe con las líneas de una telenovela. El joven que estuvo cerca de dejar el futbol por una lesión en la rodilla, ha plantado cara a todas las adversidades de su carrera: papel mediano en Veracruz, fracaso en el Atalanta italiano, lento despegue en el América, que deriva en el hashtag #TodoesculpadeLayun. Guarda las lágrimas tras su puerta y trabaja. No tiene tiempo para más. Su voluntad da frutos. Dos años después se convierte en referente del América, anota el penal definitivo para el título y es indiscutible en la selección.

Historias similares, sus caminos vuelven a unirse el más reciente fin de semana. Chicharito debe escuchar las críticas de los "exitosos" cuando recibe la oferta del Real Madrid: "Hará una carrera de suplente", le dicen. Otros, más duros, le llaman suertudo, tropezado, calamidad del gol. Creen que el club más caro del mundo es bocado mayor para un pez tan pequeño. Que Hernández es carnada para vender camisetas. Pero el hombre sabe que es una oferta que ningún futbolista del mundo puede y quiere despreciar. Arremanga su camiseta y vuelve a luchar.

Poco tiempo después, Layún, el otro guerrero acepta una oferta que parece contraria a la de Hernández. El futbolista que acaba de levantar su segundo título con el América y que estaba cerca de firmar más ceros en su contrato, viaja a un equipo de la Segunda División Inglesa. Las críticas llegan en contraflujo, pues el hombre parece un pez gordo para un plato tan menor como el Wattford. Incluso su protector, el técnico nacional Miguel Herrera, amaga con que su decision puede alejarlo de convocatorias a la selección. Layún sabe lo que ha sabido siempre: tiene que luchar.

Y ambos enfrentan sus circunstancias. Hernández empieza a codearse entre los mejores jugadores del mundo. Anota goles en sus primeras oportunidades, pero tiene delante de él más de 300 millones de euros en las piernas de Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y Karim Benzema. Cada vez gasta más tiempo en el banquillo de suplentes. Es entonces cuando el delantero mexicano más efectivo de los últimos años escucha de nuevo los palos que llegan desde su país. "No tiene la calidad para estar en el Real Madrid". Se dice que fracasará.

Pero el delantero no baja la cabeza. Entrena, se disciplina y siempre sonríe. Es convocado a una fecha FIFA con la selección y sube un poco el tono siempre mesurado de su voz: se siente frustrado por no tener más minutos. Su técnico Carlo Ancelotti pone un sello de recibido al mensaje. Las lesiones de sus competidores de posición lo ponen en el pasto. El entrenador habla de su gran disposición al trabajo; de su buena voluntad, incluso en la adversidad. Eso lo pone por delante de su rival de posición, Jesé, más talentoso, pero menos refractario a la frustración. Chicharito responde con goles y tiene más portadas que en toda su estancia en Madrid.

En Inglaterra, la historia de Layún tiene el paralelismo de la lucha. El hombre que se fue al club de bajo perfil deslumbra a su entrenador, directivos y público con las virtudes que lo han distinguido siempre: El campeón del futbol mexicano no llega con la exigencia de minutos en el campo. Sabe que se los debe ganar. Cuando no juega los 90 minutos trabaja más fuerte el siguiente día. Este fin de semana, después de nueve años, su equipo volvió a la Premier League.

Sus caminos se vuelven a unir. Chicharito, el hombre que ha jugado en Chivas, Manchester United y Real Madrid deberá contratarse con un equipo de menor perfil. Layún, quien no fue titular indiscutible en los últimos juegos del Wattford, no sabe siquiera si tendrá acomodo con su equipo en la Premier League. Ninguno de los dos tiene su próxima escala marcada en la agenda. Lo único que saben es que su lucha continuará, pero estos soldados del trabajo la enfrentarán con inquebrantable voluntad.

@TlatoaniCarrera