Alejandro Caravario 9y

Las ventajas de Boca

BUENOS AIRES -- Se viene la ansiada seguidilla de partidos entre los principales equipos de la Argentina: el domingo 3 de mayo, por el torneo local, y luego el 7 y el 14, por los octavos de final de la Libertadores.

Suele decirse que se trata de un encuentro incomparable. Que cada vez que chocan River y Boca cualquier marcador es factible, más allá de los antecedentes inmediatos.

Muy bien, toda vez que se podría decir eso de cualquier partido -una colección de resultados imprevistos, algunos de ellos ridículos, serviría de aval-, agreguemos que el plantel disponible es un elemento crucial para determinar la suerte en los clásicos. Sobre todo si habrá tres capítulos.

En este sentido, Boca cuenta con una ventaja invaluable por su numerosa dotación. A sabiendas de que, cuando se atienden varios frentes, es más probable obtener un título con un recambio de jerarquía. Boca pobló el club de acuerdo a los pedidos y las necesidades de su entrenador, Arruabarrena. Y por qué no de su presidente, Angelici, que precisa un campeonato más que nadie. Además, la promoción de inferiores le ha dado grandes dividendos.

Atengámonos a dos ejemplos: Cubas, que con 18 años está a la par de cualquier futbolista experimentado, y Pavón, gran revelación por velocidad y habilidad, en quien el DT deposita altas expectativas. Fue titular y figura en el último encuentro ante Lanús.

Cubas, justamente, está recuperándose de una lesión y se calcula que el domingo pisará el verde césped. Aunque no es titular, sino el reemplazo de Erbes, también lesionado. Y ambos comparten la posición del indiscutido Gago, de salud precaria y por el momento fuera de la lista de este primer partido. Vale decir que ante la duda o el desgarro, Boca tiene allí un abanico de opciones de lujo.

Incluso existe la alternativa de resignar marca y probar con otro muy buen jugador como Castellani. Tal fue el recurso que eligió Arruabarrena en buena parte del partido frente a Lanús. Las posibilidades en mitad de cancha no se agotan allí, claro. Los nombrados pueden también compartir la línea. A la que se suman Pablo Pérez, Meli, Lodeiro, Bravo y siguen las firmas como loable acompañamiento.

En el ataque, Juan Manuel Martínez-Calleri-Chávez es una delantera espectacular y suplente. En defensa y en el arco también se podrían intercambiar, sin grandes diferencias, elenco estable y relevos.

River, salvo en el centro del ataque, donde Teo Gutiérrez y Cavanaghi se disputan las preferencias populares en un pie de igualdad, sufre desequilibrios. Los soldados de reserva a disposición del comandante no son tan tantos ni tan confiables.

Mercado, de quien esperan su restablecimiento definitivo para el domingo, por el torneo local, no podrá estar en los cruces de la Libertadores. Suplencias en estudio: Solari y Mayada. Ninguno de los dos es marcador de punta. Con un rival cualquiera, serían el plan B obligado. Con Boca, que es Boca y que ataca con tres delanteros, hay que mover el tablero. Quizá desplazar a Maidana a la punta. Quizá...

Una baja por suspensión somete a River a la emergencia. El cambio táctico (Pity Martínez por Pisculichi) tampoco enmendó cierto déficit creativo durante el ensayo ante Huracán. Y de los juveniles, Driussi y Boyé se perfilan como los más capacitados, pero es indudable que requieren rodaje. Así que el equipo de Gallardo irá con lo puesto, como siempre.

Con esa formación ha esparcido un juego de lujo durante el comienzo del ciclo del DT. Y está en condiciones de ganar el clásico, por supuesto. Pero en el plazo extendido de tres juegos, el plantel mejor provisto de Boca puede ofrecer más aire en el sofoco.

Se verá en la cancha, a lo largo de diez días.

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