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Todos para uno, uno para todos

La última vez que los Cleveland Cavaliers y los Chicago Bulls se vieron las caras en los playoffs fue en el 2010, cuando unos Cavs en pleno ascenso ganaban la serie de primera ronda por 4-1 antes de ver a sus sueños aplastados por los Boston Celtics en las semifinales y a LeBron James llevarse sus talentos a Miami.

De aquellos dos equipos, los únicos que quedan hoy en día y se verán las caras nuevamente a partir de este lunes por la noche en el primer juego de las Semifinales de la Conferencia Este son LeBron de regreso por el lado de Cleveland y Joakim Noah, Derrick Rose, Kirk Hinrich y Taj Gibson en Chicago. Anderson Varejao también dijo presente hace cinco años pero se ve marginado de las canchas con los Cavaliers actualmente por lesión.

Por cierto, en aquel entonces Shaquille O´Neal todavía era el pivot titular de los Cavs.

La última vez que LeBron y Rose se enfrentaron mano a mano con un título en juego fue en el 2011, cuando el Miami Heat perdió el primer juego de las Finales de la Conferencia Este antes de dar cátedra para ganar los próximos cuatro y eliminar a unos Bulls que parecían estar destinados a tener revancha.

Los dirigidos por Tom Thibodeau volvieron a enfrentar a su némesis en el 2013 pero ya sin un Rose roto y se encontraron con el mismo 1-4 decepcionante en su camino. Los Bulls más que toros son como el coyote y LeBron es el correcaminos que se les escapa una y otra vez.

Esta vez, dos años más tarde, hay legados en juego y sueños por cumplir. Promesas que validar y revanchas por concretar. Esta es la revancha de todas las revanchas y promete sacudir al núcleo mismo de la NBA.

Echémosle un vistazo a las claves de cada equipo para prevalecer en la serie.

Los Cavaliers ganan sí...: Kyrie Irving emula a Dwyane Wade.

En Cleveland se quedaron sin Kevin Love por los próximos seis meses debido a una lesión grotesca en el hombro del ala pivot que conformaba un tercio de su ¨Súper Trio¨, algo similar a cuando el Heat de LeBron buscaba obtener su primer título de la década y Chris Bosh sufrió una lesión abdominal que lo marginó parcialmente de los playoffs.

En aquel entonces, Bosh se había lesionado durante el primer juego de la segunda ronda contra los Indiana Pacers y no regresaría hasta el quinto juego de las Finales del Este.

Mientras tanto, toda la responsabilidad recayó en LeBron y Dwyane Wade, su principal aliado. Cuando Miami estaba entre la espada y la pared y perdía su serie contra Indiana por 2-1, Wade y James anotaron 70 puntos entre ambos en territorio hostil para cambiar el rumbo de la serie. Luego Wade la selló despachándose con 41 puntos en el sexto y definitivo partido.

El punto de esa anécdota es que Irving probablemente llegue a ese mismo punto vital ante unos Bulls que van a poner prueba su resistencia tanto mental como física.

El base de 23 años no contará con la misma experiencia que Wade tenía a los 30 ni con el anillo o el galardón de MVP de las Finales en aquel entonces, pero sí cuenta con el talento necesario.

Sus promedios de 23,3 puntos, cinco rebotes y 4,3 asistencias hasta ahora en la postemporada lo demuestran.

No sé cuando ni donde, pero va a llegar un momento en el que los Bulls van a cerrarle los caminos a los Cavs y LeBron no podrá hacerlo todo solo. Es en ese preciso momento en el que él extenderá su mano y le pedirá ayuda a su nuevo gran aliado y solo quedará por verse si la historia se repite una vez más.

Los Bulls ganan si...: La suma de sus partes prevalecen sobre el talento individual.

Los Chicago Bulls no son ningunos principiantes, ellos cuentan con jugadores sumamente talentosos como Rose, Pau Gasol, Noah y Jimmy Butler, pero su mantra jamás ha sido esperar que alguien ayude al equipo a superar un obstáculo intimidante por si solo.

Bah, en realidad cuando eso sí sucedió fue durante las Finales del Este del 2011 previamente mencionadas cuando era Rose contra el mundo, y así les terminó yendo.

Si los Bulls pretenden llegar a las Finales de la NBA por primera vez desde que un tal Michael Jordan se retiró en 1998 entonces todos y cada uno de ellos deben estar listos para disputar los siete juegos de sus vidas. No hay futuro en el que pensar, solamente existen los 48 minutos enfrente suyo, paso a paso y partido a partido.

Factor X de Cleveland: J.R. Smith.

Smith es un jugador insoportable y egoísta al que es muy pero muy fácil odiar, y no me refiero al tipo de jugador como Noah que amas si está en tu equipo y odias si lo enfrentas. No, en el caso de Smith ni siquiera el cariño de sus propios hinchas está completamente asegurado.

Eso se debe a que por cada triple que él encesta hay una acción tonta y desmedida a la vuelta de la esquina como la trompada que él le pegó a Jae Crowder en el cuarto juego de la serie contra los Celtics.

Esa acción prepotente le costó una suspensión de dos juegos al escolta veterano y queda por verse cuanto afectará su ausencia a un equipo al que no le sobra mucho más allá de LeBron, Irving y Timofey Mozgov.

Aunque pensándolo bien, no es como que él la está rompiendo con su 26 por ciento de efectividad en triples y 36 por ciento en tiros de campo contra Boston en la primera ronda.

La cosa es que él es impredecible, y cuando menos lo esperas él se inspira con siete triples y te deja pensando ¨¿de donde salió este tipo?¨'. Eso es lo que lo hace tan frustrante.

Queda por verse como él entrará a una serie que estará ya calentita para cuando llegue el tercer juego de la serie en Chicago. Lo único que sé es que él no pasará desapercibido.

Factor X de Chicago: Jimmy Butler y la salud de Rose.

El potencial de Butler, un escolta polifuncional de 25 años, es enorme. Su capacidad defensiva se podría definir como versátil y abrumadora mientras que él sigue creciendo en ataque y promedió 24,8 puntos por partido en la serie contra los Milwaukee Bucks, casi cinco más que los 20 que promedió durante la temporada regular.

Es más, Butler anotó 25, 31, 24 y 33 puntos en los primeros cuatro compromisos contra los Bucks y durante aquel primer juego de la serie él estaba tan imparable que Noah y Rose le pedían que por lo que más quiera simplemente no deje de tirar, y tirar, y tirar.

Por otro lado, también será vital para Chicago que Rose se mantenga al 100 por ciento y pueda aguantar los rigores de una serie que lo llevará hasta el límite tanto mental como físicamente, algo que no es un aspecto menor.

En una serie tan cerrada como esta, sus respectivos saltos de calidad podrían ser lo que finalmente marque la diferencia clave

Vaticinio: Cavs en 7. En algún momento podrá parecer como que Chicago va a ganar la pulseada, pero no puedo decir que estos Bulls cuenten con la ventaja sobre el equipo que cuenta con el mejor jugador del planeta y posiblemente de la historia.

De alguna manera es como la gente que creía que Pacquiao sería capaz de ganarle a Mayweather. La ilusión se prendió por algunos instantes, pero el campeón se encargó de disiparla rápidamente.