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La magia de John Wall

Cuando se trata de revertir una situación adversa, lo peor que uno puede hacer es quedarse atascado en el pasado. ¿Lo mejor? Arrancar un nuevo capítulo con el pie derecho.

Eso es lo que hicieron los Washington Wizards, quienes derrotaron a los Atlanta Hawks por 104-98 en el partido inaugural de las semifinales de la Conferencia Este. Tengamos en cuenta que su historial en los playoffs incluye haber llegado a las Finales del Este por última vez en...1979.

Este domingo por la tarde ellos llegaron a estar entre la espada y la pared, pero una nueva generación de jugadores no parece estar dispuesta a imitar los errores de sus antecesores.

Los Hawks cuentan con la peor marca de la NBA en series de segunda ronda desde 1971 (0-15) y esperaban tomar el primer paso hacia un futuro distinto, aunque jamás terminaron de despertarse de su letargo en la segunda mitad de un partido que había arrancado de forma auspiciosa para ellos.

Lo que significa: Washington toma una ventaja de 1-0 en la serie al mejor de siete y mejora su marca a 3-0 como visitantes durante estos playoffs. De yapa, ellos obtienen un récord peculiar al ganar su cuarto debut consecutivo de una serie fuera de casa, algo que ningún equipo de la liga había hecho antes.

Atlanta no solo perdió por primera vez frente a su gente en estos playoffs, sino que también se quedó sin la preciada ventaja de la localía hasta nuevo aviso y afronta un segundo juego que debe ganar o ganar el martes si no quiere ir haciéndose su propia tumba basquetbolística.

¨Soy un soldado¨ : John Wall, base y jugador más destacado de los Wizards, se describió de esa manera tras un partido en el que demostró su progreso constante como armador y brújula de su equipo a medida que avanzan los playoffs, y este primer choque contra los Hawks nos ofreció más evidencia de ello.

Wall tuvo 18 puntos y 13 asistencias en un partido durante el cual sufrió un susto al lesionarse la muñeca durante el segundo cuarto.

Sin embargo, Wall perseveró con esa disciplina de soldado y solo perdió el balón dos veces en el encuentro. Además, él dejó su sello con dos asistencias clave en el último minuto después de que Atlanta se había acercado a dos (98-96) y amenazaba con dar vuelta el resultado..

Nada mal para un jugador de 24 años que poco a poco se va comportando como todo un veterano que quiere llevar a sus compañeros a la gloria máxima.

¿DeMarre Carroll?:

Carroll representa a la esencia de unos Hawks anónimos que despliegan las virtudes del juego colectivo, pero este domingo él se reveló ante el mundo como todo un jugadorazo.

Una de las claves que apuntábamos en la previa era que el alero de 28 años que ha jugado para cinco equipos en sus seis años en la NBA sería el ¨Factor X¨ de Atlanta en la serie, y vaya si lo fue en el debut.

Carroll no solo fue el máximo anotador de su equipo por cuarta vez en siete ocasiones esta postemporada, sino que se destapó con 21 puntos durante sus 19 minutos en cancha antes del descanso, una actuación que dejó a todos atónitos con cinco triples y encestando siete de sus nueve tiros de campo.

El número 5 de Atlanta se tranquilizó en la segunda mitad y terminó con 24 puntos, aunque su tarde de todas formas fue más que destacable.

¡Bradley Beal!: Beal es el segundo mejor jugador de los Wizards, un francotirador nato, y este domingo él estaba siendo la otra gran figura del partido con 28 puntos en 36 minutos. Nadie se imaginaba que él se torcería el tobillo derecho al aterrizar en el pie de Al Horford tras un tiro con salto y enfilaría al vestuario claramente angustiado.

Por suerte para Randy Wittman y Washington, Beal pudo regresar a la acción con tres minutos por jugar. Habrá que ver como responde ese tobillo este lunes y por el resto de la serie.

Esfuerzo desperdiciado: Al Horford bajó dos rebotes ofensivos en una misma jugada durante el último cuarto, contó con 17 puntos y 17 rebotes y hasta convirtió un triple.

Gran esfuerzo en vano del grandote dominicano, símbolo de consistencia.

La mejor jugada del partido: Mike Scott hizo levantarse de su asiento a toda Atlanta con esta súper volcada contra su víctima favorita.

Águilas derribadas: Otra de las claves mencionadas en la previa era que los Hawks debían salir dispuestos a dominar, a pisarle el cuello a su rival desde el salto inicial. Ellos promediaron 31,3 puntos en el primer cuarto jugando en el Phillips Arena durante la serie contra los Nets y su quintero titular arrancó esta serie igual de afilado anotando ¡37! puntos en el primer cuarto.

Su secreto, como siempre, fue el movimiento constante del balón. Eso resultó en 11 asistencias y cinco de sus triples en el partido.

El problema es que los Hawks no pudieron ampliar su ventaja con comienzos flojos en el segundo cuarto (3 de 14 en tiros de campo), en el tercero también (1 de 8) y el arranque del último no fue la excepción (0 de 5).

La gran diferencia fue que los triples cómodos que ellos tomaban al principio no aparecían y los dirigidos por Mike Budenholzer se conformaban con dobles y triples largos que no correspondían a la fluidez ofensiva del equipo.

Esto no es nada del otro mundo, los Hawks no son ni el primer ni el último equipo que pierde la brújula bajó intensa presión. Eso sí, es tarea para el segundo juego más allá del resultado final.