Martín Bater 9y

Duelo devastador en Cleveland

Me parece que la pelea del siglo no era la que todos pensábamos que sería. Ella no sucedió el sábado en Las Vegas, sino que es una contienda a siete "asaltos" que arrancó este lunes en Cleveland entre Derrick Rose y Kyrie Irving, dos jugadores con mucho más en juego durante la serie que enfrenta a los Chicago Bulls y Cleveland Cavaliers de lo que se pueden imaginar.

LA VIE EN ROSE

Comencemos analizando a Rose, el héroe del primer juego de la serie para los Bulls con sus 25 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias en la victoria de su equipo por 99-92 para tomar una ventaja crucial de 1-0 en la serie como visitantes.

Tengamos en cuenta que hubiese sido muy fácil, hasta coherente, que él hubiese tirado la toalla tras una rotura de ligamentos y dos de meniscos desde el 2012. El base de 26 años y rodillas maltrechas había pasado más tiempo en el quirófano que en la cancha durante los últimos tres años y su mentalidad ganadora pendía de un hilo pensando en su futuro, en si acaso alguna vez volvería a ser el mismo. El MVP.

Todas esas incógnitas se disiparon en el escenario más propicio, enfrentando al rival que pocos piensan que él y  su equipo son capaces de eliminar y con el aspirante a ser la próxima gran sensación en Irving marcándolo de cerca durante sus 39 minutos en cancha.

Rose perseveró y triunfó porque él aprendió a no bajar los brazos, a ser un toro empecinado tanto dentro como fuera de la cancha. Ahora él ve con claridad a todo lo que lo rodea mucho más que antes.

"Yo simplemente aprecio todo¨, dijo Rose el lunes. ¨El volver a estar dentro de la cancha y simplemente todos los aspectos del básquetbol. Eso me ha permitido cambiar tanto mi vida como la de mi familia. Le debo tanto a este deporte. Yo solo intento ir con la corriente¨.

Primero él fue el que orquestó la embestida de su equipo durante los 24 minutos iniciales del partido del lunes como si estuviese prolongando lo que fue la humillante aniquilación de los Milwaukee Bucks por 120-66 en el sexto juego definitivo de aquella serie.

Los Bulls arrancaron ganando por 21-7 y Rose tuvo 16 puntos en 20 minutos durante un primer tiempo en el que él manejó los hilos del equipo y tomaba los tiros más propicios encestando la mitad de ellos.

Luego en el tercer cuarto, cuando los Cavaliers remontaban y parecían tomar las riendas del partido con el marcador 56-53 tenuemente a favor de Chicago, Rose se despachó con un doble y, 45 segundos más tarde, un triple que fue como una daga en el corazón de los locales y parte de un parcial de 15-0 que propulsó a los Bulls hacia la victoria.

El número uno que lleva en la espalda representa lo que es ser un líder demostrando con hechos lo que él no expresa con muchas palabras por su forma de ser.

Sin embargo, a partir de ahora Rose no puede sacar el pie del acelerador. Sus promedios bajan estrepitosamente cuando solo descansa por un día (14 puntos por partido) comparado con dos o más (24,3).

Eso no puede suceder este miércoles, ya que él mejor que se prepare para lidiar con el tornado basquetbolístico que será un Kyrie Irving determinado a mantener a sus Cavaliers a flote.

SUPERESTRELLA EN POTENCIA

Los Cavaliers habían comenzado su partido contra los Bulls dormidos tras siete días de ver a los playoffs por TV después de barrer a los Boston Celtics en la primera ronda y fue Irving, no LeBron James, el que los despertó de su letargo.

El armador de los Cavs se despachó con 14 de sus 30 puntos en el segundo cuarto y llegó a anotar 10 puntos en apenas un minuto y medio cuando promediaba el periodo con jugadas que te dejaban boquiabierto.

Pobre Pau Gasol, lo dejaron pagando como alguien que espera a un taxi que lo pasa de largo bajo la lluvia. Irving es un ancho de bastos que se puede convertir en uno de espadas tranquilamente y eso es un alivio tanto para su entrenador David Blatt como para todo Cleveland ante la ausencia forzada de Kevin Love.

Él no solo es capaz de desbaratar a las defensas contrarias en la zona pintada, sino que cuatro de sus ocho tiros de campo el lunes fueron triples. ¿Pero...entonces...como...se supone...que puedes detenerlo?

Detener a Irving o a Rose es imposible, solo puedes aspirar a amortiguar el daño que ambos causan como si fuese aquella pelea entre Iron Man y el Increíble Hulk en Avengers 2.

La diferencia es que estos dos titanes de la NBA no son aliados, sino que dos acérrimos rivales. Solamente uno de ellos permanecerá vigente en los playoffs una vez que termine esta serie.

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