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Tevez pone en jaque al campeón

BUENOS AIRES -- Para el hincha de la Juventus, Carlos Tevez es el hombre que elimina barreras y acerca utopías. Siente que con El Apache todo es posible. Hasta eliminar en las semifinales de la Copa de Europa al vigente campeón, en una temporada que no parecía propicia para arrojar manteca al techo hace unos pocos meses.

Cuando 'Carlitos' apareció en el minuto 57 para armar una contra letal y fabricar el penal que abría el camino a la victoria para la Vecchia Signora de Turín, todo el mundo en el Juventus Stadium se convenció de lo cierta que resulta la frase "la fe mueve montañas".

El argentino disputó 86 minutos y se convirtió en el jugador sudamericano más destacado de la noche turinesa. ¿Jornada de gloria? El choque de vuelta en el Santiago Bernabéu determinará hasta qué punto ha podido ser decisiva esta victoria de una Juve, que ya desempolvó el escudo y se acicala para lo que vendrá.

Tevez sobresalió, pero no sólo por el gol redentor y la maniobra que lo precedió al obligar al lateral derecho madridista Daniel Carvajal a cometerle infracción en el área. El punto es que nunca dejó de involucrarse en el juego por un instante.

Cierto es que el exjugador de Boca peleó cabeza a cabeza con James Rodríguez la nominación de ESPN a figura sudamericana del encuentro. Su determinación y acierto hacen que el internacional argentino se haya ganado estar acá con letras de oro. Entró en contacto con la pelota en muchas menos ocasiones de las que hubiera deseado, pero se equivocó poco y fue un incordio. Se acomodó en el lugar en el que mejor podía explotar sus virtudes, se benefició de una noche aciaga del Real Madrid en defensa, y hasta le ayudó el hecho de que Carlo Ancelotti adelantara en el terreno de juego a Sergio Ramos para colocarle como mediocentro defensivo, complementario de Toni Kroos.

Tevez encaró, se sintió cómodo en la guerra de guerrillas que sostuvo con la zaga blanca, y ganó por veloz, pillo y mortífero. Tan oportuno este martes, como durante toda la campaña de la Serie A para ganar un nuevo Scudetto el pasado fin de semana.

A decir verdad, ningún tifoso juventino olvidará jamás semejantes días de laureles, vino y rosas. Su equipo amenaza con liquidar a la última generación de galácticos y tiene con qué hacerlo, como la última vez que apearon al Real Madrid de las instancias finales de la UEFA Champions League.

Completó El Apache 31 de 34 pases (91% de eficacia en el juego de posesión), disparó al arco en tres oportunidades, y fuera otras dos. Fue objeto de tres faltas y cometió una tras intentar cercenar una salida rápida del rival. Y convirtió su 7mo gol en la competición, uno menos que Messi y dos menos que Cristiano Ronaldo. Muy activo, todo el mundo entendió como una maniobra entre temerosa y suicida que el entrenador Massimiliano Allegri le sacara de la cancha a los 86 minutos para dar entrada al también argentino Roberto 'Tucu' Pereyra.

Allegri tomó una decisión muy riesgosa al quitar del equipo al jugador más determinante que tiene, el que más condiciona al adversario, para darle acción a un hombre con características completamente diferentes y una orientación menos ofensiva. Como el triunfo se quedó en casa, nadie sometió a debate su elección, pero imaginen qué habría ocurrido de haberse modificado el resultado sobre el final del partido.

El público se pasó el tiempo vociferando su grito de guerra. "¡¡Cár-lí-to-Téeeee-vez, lará-lalá-lará-lalalalááála!!" Rudimentario canto, tan precario de creatividad y primitivo como la mayoría de los que se escuchan en las tribunas de los estadios europeos, pero feliz. Exultante.

Le han dado jaque al campeón récord, al equipo de La Décima... ¿Quién les quita lo bailado?