<
>

El ascenso meteórico de Mike Conley

Mike Conley Jr. no es ningún superhéroe, pero sí se pone una máscara y salva a unos Memphis Grizzlies que si no están al borde de la desesperación por ganar un título, o al menos llegar a las Finales de la NBA por primera vez en las dos décadas de historia de la franquicia, están muy cerca de caer en ella.

Conley tendrá la cara rota, pero su talento está intacto. El veterano de 27 años anotó 22 puntos en la victoria de los Grizzlies por 97-90 este martes ante unos Golden State Warriors que no perdían en casa desde el 27 de enero para así no solo robarle la ventaja de la localía al equipo con la mejor marca de la NBA en la temporada regular, sino que para quebrar el dominio psicológico del conjunto californiano.

Ya ven, los verdaderos superhéroes no solo salvan a la chica en peligro, sino que también liberan a su gente de la opresión.

Los Warriors habían ganado sus últimos tres encuentros contra Memphis, incluyendo los dos más recientes y memorables con los 26 puntos en un cuarto de Klay Thompson y el triunfo convincente en el primer juego de la serie por 101-86. Sin embargo, Conley no había aparecido en ninguno de esos dos compromisos. A los Grizzlies garra y corazón no les falta, entre Zach Randolph y Marc Gasol tienen más que suficiente. Lo que el armador que se había perdido los últimos tres partidos de esta postemporada le aporta al quinteto de Memphis es una cuota extraordinaria de talento. En pocas palabras, él es el jugador distinto.

Un jugador ¨distinto¨ es el que se enfrenta mano a mano a Stephen Curry, el nuevo MVP de la NBA, y no se achica encestando sus primeras cuatro canastas del partido como si la máscara protectora que lo incomoda y lo hace transpirar no fuese más que un adorno.

El jugador distinto es el que disputa cada balón como si fuese el último de su vida pero a la misma vez parece hacerlo con el esfuerzo mínimo indispensable y deja a sus oponentes en ridículo de vez en cuando.

¿JUGADOR DE ELITE?

Conley como armador encaja más en el molde de un anotador con capacidad para asistir, y eso es evidente ya que él promedió 15,8 puntos y 5,8 asistencias por partido durante la campala regular y nunca ha superado las 6,5 asistencias por encuentro en sus ocho temporadas en la NBA a pesar de contar con grandotes versátiles como Gasol y Randolph y tiradores como Courtney Lee y Vince Carter.

Es decir, nadie nunca lo va a confundir con Chris Paul o una versión moderna de Jason Kidd. Él es como Derrick Rose, Russell Westbrook y el mismo Curry yendo para adelante con la convicción de que la pelota va a acariciar la red.

Un momento que me quedó grabado del partido del martes fue cuando los Warriors perdían por 87-80 con dos minutos por jugar en el último cuarto, aferrándose a la esperanza hasta que Conley se la arrebató con un triple que fue como una daga en el corazón.

Eso es lo que hacen los jugadores de elite, los que leen el partido con frialdad y saben cuando es necesario hacer algo que alza los ánimos de su equipo o derrumba la moral del otro.

Es más, te digo algo, Conley está entre los cuatro mejores bases de la Conferencia Oeste en estos playoffs.

Está bien si no me creen, él está acostumbrado a ser subestimado. Después de todo varios lo cuestionaban cuando se declaró para el Draft del 2007 tras apenas un año en la Universidad de Ohio State junto a Greg Oden.

Oden fue la primer selección de aquel draft, Kevin Durant la segunda, Al Horford tercero y Conley cuarto. Oden ya no está en la liga y los otros dos son jugadores símbolo de sus respectivas franquicias. Sacando a Curry de la discusión como obvio número uno entre los bases de toda la NBA como JMV y con Chris Paul en segundo lugar tras jugar la serie de su vida contra los San Antonio Spurs (muslo desgarrado y todo), fijémonos en el resto y en lo que ellos ofrecen comparados a Conley.

LA COMPARACIÓN CLAVE

¿Jeff Teague? Él promedia cuatro puntos menos y 1,6 balones perdidos más que Conley con los Atlanta Hawks durante estos playoffs. Es más, se podría decir que su relevo Dennis Schroder está jugando mejor que él actualmente.

¿John Wall? Cantidad de puntos casi idéntica en la postemporada 2015 (17,4 para Wall, 17,5 para Conley) y una diferencia estratosférica a su favor en asistencias (12,6 a 3,5), aunque él también regala el balón mucho más seguido (3 a 1,3).

¿Kyrie Irving? Un talento excepcional con los Cleveland Cavaliers, capaz de marcar la diferencia con más puntos (24,6) y asistencias (4,6) con apenas 1,4 balones perdidos. Diría que él completa el podio.

¿Derrick Rose? El base de los Bulls también es un distinto, pero con Conley yo sé que él no es tan frágil físicamente. Conley no se ha ausentado de más de nueve partidos de la temporada regular desde el 2012 y su historial de lesiones no es tan extenso.

¿Jason Terry? Por favor. Gran tirador, atrevido pero avanzado en edad y limitado. James Harden maneja los hilos de los Houston Rockets y todos se salen de su camino.

Además, consideremos que Tony Parker jugó mal para los Spurs en la serie contra los Clippers, que Damian Lillard considera a la defensa como algo opcional y que Rajon Rondo anda con una crisis anímica.

Es hora de tomar en serio a Conley y los Grizzlies. Sus garras están afiladas, su potencial es ilimitado y su hambre de gloria es inmensa.

Eso sí, el segundo juego de la serie fue apenas una batalla de siete. Queda por verse si Conley es capaz de llevar a su equipo a ganar la guerra cuando las papas quemen y la presión sea vital.

A esta altura de su carrera, me animo a decir que sí puede. Todo Memphis cuenta con ello.