Alejandro Caravario 9y

La leyenda del invencible

BUENOS AIRES -- El estadio Santiago Bernabeu será el escenario de la segunda semifinal entre Real Madrid y Juventus. Una puja de gigantes donde cualquier pronóstico es temerario.

Aun así, los antecedentes inmediatos nos hablan de un equipo italiano en incesante avance. Con su estilo austero y pragmático (el sello itálico, más poderoso que la masiva presencia inmigrante), viene de obtener su cuarto scudetto consecutivo y de imponerse en el partido de ida.

Luego de instalar una hegemonía duradera en su país, va por el postergado anhelo de la Champions (no levanta la copa más importante de Europa desde 1996).

En el centro de la Juve se erige un ganador todoterreno. Goleador de la liga italiana, gestor fundamental del ataque de su equipo y además, a esta altura, un verdadero fetiche: Carlos Tevez. Si Pirlo genera contagio por su aplomo y experiencia, el Apache, además de su enorme talento, tiene en su archivo un récord de vueltas olímpicas que salpica optimismo.

Fue campeón cuatro veces con Boca (incluidos tres títulos internacionales), con el Corinthians, con el United y el City en Manchester (nueve trofeos en total), con la Juve en tres competencias y hasta se coronó en los Juegos Olímpicos de 2004 con la Selección Argentina.

Su campaña asombrosa -que lleva a sospechar de algún favor oculto del destino- y su actualidad en la cresta de la ola lo convierten en el faro de la Juventus y en un rival con perfil de invencible para el Madrid.

Con 31 años, Tevez ha conseguido un equilibrio alquímico. Al tiempo que conserva intactas su explosión, su velocidad y su orientación prodigiosa en el área, adoptó una madurez de carácter que favorece sus decisiones.

No corre menos sino mejor. Y huye del tumulto, tentación que lo aquejaba en un pasado no tan lejano, cuando confundía temperamento con barullo.

Tampoco parece dispuesto a dilapidar energía en rebeldías vacuas. Por más que todavía se altere con algunas imposiciones de sus jefes, como cuando lo cambiaron en el partido ante el Madrid y tuvo un gesto destemplado con el entrenador Massimiliano Allegri.

Ciudadano del mundo, sobreadaptado, Tevez juega de local en cualquier país, en cualquier cancha, en cualquier club. Extinguidas las chispas del cortocircuito, ahora regresa a la Selección de Gerardo Martino.

Si bien no es titular, de mantener este rendimiento, su aporte será una vitamina para el plantel que buscará conquistar la Copa América en Chile.

A pesar de ser líder en su equipo de origen, Tevez parece haber aceptado con profesionalismo que aquí no es el primero de la fila y que la enorme sombra de Messi se proyecta sobre todos los que comparten equipo con él.

Aunque siempre manifestó su deseo de pegar la vuelta al pago boquense, este esplendor en Juventus lo ha convencido de quedarse un año más.

Así que los hinchas de Boca, que lo han conservado a la distancia en el pedestal de los ídolos, deberán aguardar por lo menos hasta 2016 para verlo con la camiseta azul y amarilla. Nada de qué preocuparse: Tevez ha demostrado perfeccionarse con el paso de los años. Para dominar la ansiedad de la espera, el público boquense podría decir, como Luis Alberto Spinetta, "mañana es mejor".

^ Al Inicio ^