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Pep Guardiola es el hombre adecuado para el Bayern Múnich

Después de que Bayern Munich perdiera por marcador global de 5-3 ante Barcelona en las semifinales de la Champions League, puedo garantizarte que en algún lugar podrás encontrar algo parecido a lo siguiente.

"Pep Guardiola es un fraude. Bayern estaría completamente loco como para ofrecerle una tercera temporada. Son dos años en fila que el equipo es eliminado en semifinales con marcador global de 3-10, ¿acaso están bromeando?"

"¿A quién le importa si ganó la Bundesliga? Es algo complicado no ganar la Bundesliga, para ser honesto, cuando diriges al Bayern. Cada entrenador que ha dirigido al club en los últimos 19 años ha ganado el título a excepción de Jurgen Klinsmann. Esta es una liga donde el segundo lugar, Wolfsburg, está enloqueciendo a los aficionados con un equipo donde Bas Dost y Nicklas Bendtner comparten la delantera".

"Es una liga de un equipo, especialmente ahora que el Borussia Dortmund se ha caído, y el único equipo es el que Pep tiene la suerte de dirigir"

¿Y adivinen qué? Se está poniendo peor. Bayern ganó el triplete antes de la llegada de Pep. En su primera temporada, consiguieron el doblete. Este año sólo consiguió el mísero campeonato alemán. ¿Otra temporada? La progresión lógica sugiere que será una campaña sin títulos si permance Guardiola y poca inteligencia".

"¿Clase alta? ¿Presionar? Extrañas formaciones con un Rafinha en el mediocampo? Ahora lo notan. ¿Qué tal trabajar en el aspecto defensivo para que dos defensas centrales como Jerome Boateng y Mehdi Benatia no luzcan como estatuas congeladas?"

"No se deje engañar por este tipo. Claro, Pep ganó algunas ligas en España y títulos europeos con el Barcelona, pero eso fue porque heredó un gran equipo. Después de todo, Frank Rijkaard ganó mucho en el Barça, con los mismos jugadores. ¿Qué le pasó al holandés? Su último trabajo fue al frente de la Selección de Arabia Saudita, quien lo despidió en 2013".

"En última instancia, Pep es expuesto porque, en pocas palabras, puede vencer a equipos malos pero le cuesta mucho contra los buenos. ¿Quieren una prueba? Vean su marca contra los equipos que actualmente están en los primeros seis lugares de la Bundesliga. Wolfsburg, Borussia Mönchengladbach, Bayer Leverkusen, Augsburgo y el Schalke. Ha jugado 10 partidos, ganó 3, empató 3, perdió 4, anotó 10 goles y permitió 12. Un registro perdedor".

"Basta ya. Basta del obsoleto tiki-taka. Este emperador está completamente desnudo".

Todo lo anterior está bien. Una derrota tiene sus consecuencias y van desde la crítica a cosas más serias. Pero a veces es necesario retroceder un poco y preguntarnos sobre qué base debemos juzgar a un entrenador de futbol.

El cliché de que "los resultados lo son todo" es francamente tonto. Los resultados, sobre todo en un juego de pocos puntos como el fútbol, es solo una función de muchas cosas, incluyendo el azar y probabilidad. Esto es especialmente cierto en las competiciones de eliminatoria directa.

Esto no quiere decir que los resultados son irrelevantes porque mantenemos un puntaje por una razón ya que esto no es patinaje artístico donde los jueces otorgan subjetivamente puntos, pero no son el trabajo del entrenador. Los puntos no son más que un reflejo de ello. Piense en el entrenador como un artista que está haciendo una pintura y en los resultados como el reflejo de la pintura en un charco de agua. Ondas, ondulaciones y todas estas cosas pueden afectar como se ve el cuadro al momento de la reflexión.

Guardiola ha competido por seis grandes trofeos en sus dos años en el Bayern. Ganó tres de ellos y casi llegó a la final de los otros tres, antes de ser eliminado una vez en penales por Borussia Dortmund en la Copa de Alemania en semifinales esta temporada, y dos veces por los gigantes españoles que claramente estaban por encima.

Pep no es perfecto y las actuaciones del Bayern en las pasadas dos semifinales fueron decepcionantes. El estratega catalán tenía circunstancias atenuantes, en particular este año, porque no contaba con jugadores claves como Franck Ribéry, Arjen Robben y David Alaba, los cuales resultaron lesionados pero no hay duda de que Guardiola también un buen porcentaje de la responsabilidad del fracaso.

La pregunta debería ser la siguiente: ¿Guardiola se queda corto a causa de alguna ineptitud fundamental o no tomó la mejor decisión para encarar el partido ante Barcelona? Si es esto último, ¿hay razones para creer que va a tomar mejores decisiones la próxima vez?

Los juicios en los medios de comunicación a menudo no funcionan de esa manera. Y, para ser justos, tampoco lo hacen muchos clubes de fútbol. Se prefiere un método más sencillo. Si ganas, eres un genio. Si pierdes, eres un tonto.

Guardiola llegó al Bayern hace poco más de dos años, y no fue su única tarea entregar buenos resultados, la mayoría de sus predecesores lo habían hecho muy bien en ese departamento, sino también en la evolución de la filosofía del club.

Filosofía. Suena como una palabra rimbombante. Pero en realidad no la es. Llámenlo conceptos, si lo prefieren. Bayern no lo firmó porque ganó dos Champions League y tres títulos de Liga en cuatro años en el Camp Nou. Más bien, el club cree que algunos de sus conceptos sobre el terreno de juego debían ser actualizados. Pensaron que Pep era el hombre adecuado para hacerlo, por lo que había hecho en sus años en Barcelona.

Ese mito de heredar un equipo de superestrellas y simplemente ponerlas en el terreno de juego es sólo eso: un mito. Una temporada antes de que Guardiola se hiciera cargo, Barcelona terminó en tercer lugar y a 18 puntos del primer lugar. Inmediatamente, se puso a trabajar para cambiar el equipo. Dani Alves fue comprado a Sevilla, Gerard Piqué regresó a casa procedente del Manchester United, Thiago Alcántara, Sergio Busquets y Pedro fueron promovidos del Barcelona B. Guardiola ganó el triplete en su primera temporada y continuó modificando al equipo: Salieron Thierry Henry, Rafa Márquez, Eidur Gudjohnsen y Samuel Eto'o. Un año después, Zlatan Ibrahimovic se marchó y también Yaya Touré.

El punto es que Pep nunca adoptó la mentalidad de "si algo no está roto, no lo arregles". Él modificó a su equipo y no sólo en términos de la plantilla, pero en la táctica también. Su 4-3-3 se convirtió en 3-4-3 o 3-5-2 en algunas veces y en ocasiones no se podía explicar lo que estaba haciendo. Pero todo era parte de un plan, una evolución, un experimento en el uso de los jugadores y el espacio.

Es cierto que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Es cierto que se extralimita y juzga mal las situaciones que a veces forman parte de su gran experimento. Pero sus errores son casi siempre el resultado de ser progresivo en lugar de ser conservador.

Eso es lo que quería Bayern. Eso es lo que el Bayern consiguió. Eso es lo que - y esto es uno de sus talentos como entrenador - los jugadores abrazaron esa idea.

Porque esa es la otra cara de la gestión. A excepción de Ibrahimovic, encontraremos muy pocos alumnos de Pep que hablen mal de él. Desde los jugadores hasta el personal o la directiva. Bayern compró lo que hace Guardiola. Una vez que usted se compromete, a menos que tenga una edad mental de 12 años, usted no lo va a crucificar por no tener una formación definida. O por tocar la clase alta del equipo. O por mover a Alaba y Philipp Lahm al centro del campo. O por viajar al Camp Nou y no adoptar un juego defensivo al más puro estilo del 'Catenaccio' o de alguna pesadilla de juego que se practicaba en 1960. Pero como no vas a crucificarle por ser eliminados por segunda ocasión consecutiva en semifinales de Champions League

Es por eso que el Bayern asegura que están comprometidos con el proyecto. Insisten en que entienden que hay más de una manera de como evaluar el trabajo de un entrenador.

Por todos los golpes que aguantará en las próximas semanas, tienen razón. El Bayern tiene suerte de tener a Pep Guardiola. Y él la suerte de tener a un equipo que lo entiende.