Jordi Blanco | Corresponsal 9y

Dos escenarios, un desenlace

BARCELONA -- Dos años después de que el Espanyol le diera el título al Barça empatando frente al Real Madrid en Cornellà, el doble duelo entre catalanes y madrileños devuelve al plano el mismo escenario, con la salvedad de que esta vez los dos choques se disputarán a la misma hora.

El Atlético de Madrid recibió con el pasillo de campeón al Barça de Tito Vilanova el 12 de mayo de 2013, a tres jornadas de acabar la Liga, gracias a que la noche anterior el Espanyol de Javier Aguirre le arrancó un empate (1-1) al Madrid de Mourinho y ya convirtió el choque del Calderón en una fiesta azulgrana, que certificó el título remontando el inicial 1-0 de Falcao para celebrar con honores el campeonato.

Este domingo se repetirán los escenarios con leves salvedades. De entrada todos los partidos se disputan a la misma hora y necesitando para ser campeón el Barça una victoria o, en cualquier caso, conseguir el mismo resultado del Madrid en Cornellà, los dos rivales, Atlético y Espanyol, no acudirán a la cita de simples comparsas.

El equipo de Simeone precisa asegurarse aún la tercera plaza por delante del Valencia para no verse abocado a la disputa de una eliminatoria previa en la próxima Champions y el de Sergio González sueña todavía con acabar el campeonato en séptimo puesto, con billete a la Europa League. Y para ello es imprescindible dar la campanada ante un Madrid que ha ganado en siete de sus últimos diez partidos en feudo periquito.

Con la vista puesta en varios partidos con mucho en juego (el descenso podría ser una realidad para Deportivo, Eibar o Granada) el título está a 90 minutos de distancia en el Vicente Calderón, donde el grupo de Luis Enrique tiene la posibilidad de conseguir el primer gran objetivo de la temporada.

"No hemos ganado nada todavía", advirtió el viernes Piqué, rebajando el tono de euforia que se respira en el entorno azulgrana y dando por hecho que el Atlético de Madrid, más allá de su enemistad manifiesta con el Real, no será un rival cualquiera.

Si hace dos años el Calderón aplaudió y encumbró al Barça, hace uno se invirtieron los papeles de manera bestial, cuando el Camp Nou se llenó para llevar en volandas al equipo de Martino y acabó aplaudiendo al Atlético de Simeone que conquistó en Barcelona este mismo campeonato.

La casualidad ha querido que en esta penúltima jornada su duelo se dibuje otra vez con el carácter de decisivo y el vestuario azulgrana acude a la cita centrado en sentenciar por la vía rápida el asunto.

La duda de Suárez, con molestias desde Munich, preocupa con vistas a lo que se le viene encima al equipo, pero no se deja de tener en cuenta que la depresión del Real Madrid puede acabar por ser tan decisiva como el propio partido en el Calderón, a la vista de la ausencia de Sergio Ramos y quizá de Kroos, el ambiente infernal que se respira en el Bernabéu y la sensación de que el equipo de Ancelotti ha arrojado la toalla consciente de la imposibilidad de dar la vuelta a la situación.

La Liga pasa por el Vicente Calderón en 90 minutos que pueden cerrar todas las dudas y concretar esa superioridad que el Barça ha mostrado desde que comenzó este 2015 con su derrota en San Sebastián. Desde entonces, sus 28 victorias en 30 partidos oficiales le han catapultado a las puertas de la gloria.

El entorno barcelonista tiene sus ojos fijos en el Triplete, pero como bien se apunta desde el propio equipo, aún no se ha ganado nada y es el momento oportuno, e innegociable, de ir paso a paso, partido a partido como diría Simeone, para recoger los frutos de una temporada que muchos ya dibujan como imperial.

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